Tras Mourinho, Solskjaer le devuelve el estilo al United
El noruego ha recuperado para el equipo de Old Trafford su signo más distintivo, las victorias, para lo que se ha apoyado en un mejor trato del balón.
Mario Cortegana
As
El Manchester United de Mourinho pareció, sobre todo en su decadente etapa final, un equipo autocomplaciente en el aburrimiento. Agonizó hasta que llegó Solskjaer, cuatro triunfos de cuatro posibles, y empezó a desenmascarar esa falsa apariencia como quien le descubre al resto que la tarta de zanahoria no sabe a zanahoria. Para ello, el relevo del portugués lo ha apostado todo por la posesión, a partir de la que inició una secuencia lógica rumbo a la alegría: más balón-más tiros-más goles-más victorias.
Antes siquiera de dar los buenos días, lo primero que hizo el noruego al volver a Old Trafford fue averiguar cómo recuperar el estilo, algo que se acercase a la vistosa fórmula del éxito que conoció allí de jugador. A ese primer objetivo se aproximó ocupándose de la recuperación anímica y de la posesión, que si no da la felicidad desde luego contribuye mucho a ello. Con Solskjaer, el United está promediando un 70% de posesión y su porcentaje más bajo ha sido un 66%; esta temporada, con Mourinho tuvo de media un 52,66% en 24 partidos en los que sólo llegó a ese 66% mínimo del noruego dos veces y lo superó una, y de los que sólo en 13 disfrutó de más balón que el rival.
En esta nueva era, el United mejora casi libra por libra los promedios de su versión anterior: chuta más a puerta, 8,5 por 5,54; marca más, 3,5 por 1,58; y encaja menos, 0,75 por 1,45. Por eso ahora está a seis puntos de la Champions, cuando Mourinho cogió puerta a once. Y por eso a Solskjaer se le concede el mérito de haber hecho lo difícil, caer de pie en terreno bacheado, aunque también se le recuerde que aún le queda lo más difícil, conseguir mantenerse.
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El Manchester United de Mourinho pareció, sobre todo en su decadente etapa final, un equipo autocomplaciente en el aburrimiento. Agonizó hasta que llegó Solskjaer, cuatro triunfos de cuatro posibles, y empezó a desenmascarar esa falsa apariencia como quien le descubre al resto que la tarta de zanahoria no sabe a zanahoria. Para ello, el relevo del portugués lo ha apostado todo por la posesión, a partir de la que inició una secuencia lógica rumbo a la alegría: más balón-más tiros-más goles-más victorias.
Antes siquiera de dar los buenos días, lo primero que hizo el noruego al volver a Old Trafford fue averiguar cómo recuperar el estilo, algo que se acercase a la vistosa fórmula del éxito que conoció allí de jugador. A ese primer objetivo se aproximó ocupándose de la recuperación anímica y de la posesión, que si no da la felicidad desde luego contribuye mucho a ello. Con Solskjaer, el United está promediando un 70% de posesión y su porcentaje más bajo ha sido un 66%; esta temporada, con Mourinho tuvo de media un 52,66% en 24 partidos en los que sólo llegó a ese 66% mínimo del noruego dos veces y lo superó una, y de los que sólo en 13 disfrutó de más balón que el rival.
En esta nueva era, el United mejora casi libra por libra los promedios de su versión anterior: chuta más a puerta, 8,5 por 5,54; marca más, 3,5 por 1,58; y encaja menos, 0,75 por 1,45. Por eso ahora está a seis puntos de la Champions, cuando Mourinho cogió puerta a once. Y por eso a Solskjaer se le concede el mérito de haber hecho lo difícil, caer de pie en terreno bacheado, aunque también se le recuerde que aún le queda lo más difícil, conseguir mantenerse.
