Torrico, el abogado más temido que operaba con delincuentes

El “abogado torturador” no sólo amenazaba de muerte a sus víctimas, sino que tenía un archivo personal de las agresiones, dos de esas filmaciones se filtraron.

Carlos Quisbert / La Paz
El 4 de febrero de 2017, luego de golpear a quien lo crió y le dio su apellido, miró a sus 15 cómplices y les gritó: “¡¿Quién domina a los policías, a fiscales y jueces?!”. A coro, ellos les respondieron: “¡Usted, doctor!”, relató Julián, el padrastro de Jhasmani Torrico Lecrere, el abogado más temido de Cochabamba.


Luego de secuestrarlas, Jhasmani Torrico amenazaba de muerte a sus víctimas, no sólo para evitar que lo denuncien, sino también para que paguen montos de dinero y firmen papeles redactados a su conveniencia, así lo revelaron dos videos que el miércoles fueron filtrados a los medios de comunicación.

“Sabes, no es la primera vez que hago lo que hago (torturar), yo trabajo con choros, con maleantes, así que hermano querido no te vas a sentir especial, eres un cualquiera más en mi casa”, amenazó Torrico a una de las dos víctimas que aún no han sido identificadas y aparecen en las imágenes reveladas.

“El abogado torturador” –como lo apodaron los medios locales–, lanzó la amenaza mientras mostraba a la víctima el archivo personal de videos que tenía en su celular, según la grabación. La víctima observó en el celular cómo se propinaban golpes y agresiones a otras personas.

En ambos videos se observa que Torrico cometía los delitos en complicidad de al menos seis personas. Julián relató que en su caso incluso había tres personas vestidas de policías.

“Estoy sorprendido, he criado a un monstruo. Por favor, no puedo coordinar mis ideas, no puedo hablar en este momento”, comentó brevemente Julián Torrico ayer a Página Siete respecto al contenido de los videos.



Dijo sentirse afectado por la crueldad con la que actuó su hijastro, a quien crió desde los dos años junto a sus otros tres hermanos.

Según notas publicadas por el diario Opinión, que realizó el seguimiento del caso desde el año pasado, esa era la forma de operar de Torrico, en complicidad de un grupo de abogados, policías, fiscales, jueces y civiles para ganar casos judiciales.

Fuentes que no quieren ser identificadas, por temor a represalias, afirmaron que el abogado extorsionaba a los policías y jueces con los que trabajaba.

Ganaba su confianza, “los llevaba a tomar (alcohol) a donde querían, les pagaba con mujeres de mala vida y luego (ebrios) los filmaba y con eso extorsionaba a todos”, denunció la fuente.

Jhasmani Torrico está en la cárcel de El Abra de Cochabamba desde el 15 de noviembre de 2018, imputado por los delitos de secuestro, extorsión, asociación criminal y lesiones graves cometidos contra el mecánico de 50 años Juan Antonio Cuéllar.

El 16 de marzo de ese año, 13 meses después de despojar a su padrastro de su casa, donde instaló su oficina “Lecrere y Asociados”, Torrico y sus cómplices secuestraron a Cuéllar.

Luego de intentar ahogarlo en un bañador con agua, darle choques eléctricos, golpearlo, amenazarlo con matar a su esposa y violar a su hija de 17 años, obligó a Cuéllar a firmar un acuerdo en el que admitía que su dueño de casa le devolvió 20.000 dólares que él prestó.

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