Nancy Pelosi dirigirá el asalto demócrata a Trump desde el nuevo Congreso
La veterana congresista, elegida líder de la Cámara de Representantes, pilotará la ofensiva contra el presidente en la segunda mitad de su mandato
Pablo Guimón
Washington, El País
Más diverso, más femenino, más demócrata. Así es el nuevo Congreso de Estados Unidos, que este jueves ha tomado posesión con la elección de Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara baja. Ella será la encargada de conjugar las prisas por derrocar a Trump, estrechando el cerco de la investigación de la trama rusa, y el pragmatismo de moderar los tiempos. Comienza la segunda mitad del mandato de Trump, en un contexto muy diferente al de la primera. El presidente, entretanto, no afloja el pulso migratorio que mantiene el Gobierno parcialmente cerrado, en un presagio de los retos que esperan.
“Es un día nuevo en América”, tuiteó la congresista Ilhan Omar, refugiada somalí, junto a una foto que la retrataba, tocada con hijab, a las puertas del Capitolio. Rashida Tlaib, la otra de las dos primeras mujeres musulmanas elegidas al Congreso, honró su herencia palestina vistiendo un tradicional thobe. Deb Haaland, nativa americana que desde ayer se sienta en el Congreso, acudió cubierta de alhajas plateadas y turquesa, y calzada con mocasines, como mandan los cánones indumentarios de los indios pueblo.
La clase de 2019 es la más étnicamente diversa y femenina en los más de 200 años de historia de la institución. La renovación se produce sobre todo en las filas del Partido Demócrata, que ha estrenado este jueves su mayoría en la Cámara baja, y llega con el mandato democrático de convertir la segunda mitad de la Administración Trump en algo muy diferente de la primera.
Toma las riendas de esa nueva mayoría Nancy Pelosi, no por veterana menos pionera, que será, por segunda vez en sus 78 años de vida, la mujer electa más poderosa de Estados Unidos. Fue la primera mujer presidenta de la Cámara (entre 2007 y 2011) y es, desde hoy, la segunda.
Pelosi, recibida este jueves por una ovación de la nueva bancada demócrata puesta en pie, será la encargada de catalizar todo ese caudal de energía fresca para plantar cara eficazmente a Donald Trump y demostrar al país que los demócratas están preparados para sustituirlo en 2020. Los retos son colosales, como demuestra el hecho de que el Congreso ha tomado posesión con el Gobierno parcialmente cerrado, desde hace casi dos semanas, debido a la negativa de los demócratas a financiar el muro que Trump quiere levantar en la frontera con México.
La reunión en la Sala de Crisis de la Casa Blanca, que el presidente convocó el miércoles para informar de su política migratoria a los líderes de los partidos en el Congreso, terminó en el previsible fracaso. El tono encendido y rudo de la misma, según el relato de los presentes, sugiere que el final de la crisis no está cerca.
El control demócrata de la Cámara baja plantea serias amenazas a Trump. El deseo de castigar al presidente será, con toda probabilidad, uno de las fuerzas que moldee la nueva mayoría. La excitación se hacía notar en los comités parlamentarios que se preparan para el relevo demócrata en su liderazgo. Particularmente en el judicial, que presidirá Jerrold Nadler, quien planea introducir de inmediato un proyecto de ley que blinde de interferencias políticas la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 y la posible conspiración del entorno de Trump con Moscú para llevar al magnate a la Casa Blanca
Será Pelosi la encargada de manejar la intensidad de esa ofensiva y lograr el delicado equilibrio entre las ansias por derrocar a Trump y la realpolitik que desaconseja apresurarse. En una entrevista televisiva por la mañana, Pelosi dejó la puerta abierta a un impeachment del presidente, un eventual proceso de destitución en el contexto de las investigaciones de Mueller.
La iniciativa de iniciar el proceso, que cuenta con un importante respaldo entre los nuevos congresistas demócratas, corresponde en exclusiva a la Cámara de Representantes. De prosperar en la Cámara baja, habría de resolverse por mayoría de dos tercios en el Senado, donde los republicanos mantienen el control.“Debemos esperar a ver qué pasa con el informe de Mueller”, dijo Pelosi, con medida cautela para no frustrar las ansias de los recién llegados. “No deberíamos promover el impeachment por razones políticas, pero tampoco deberíamos evitarlo por razones políticas. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla”.
Otra cosa es la imputación del presidente, algo que podría intentar el fiscal especial Mueller. A pesar de unas directrices del Departamento de Justicia que sugieren que no se puede imputar a un presidente en activo, Pelosi tampoco quiso cerrar esa puerta. “No creo que eso sea concluyente, creo que es una discusión abierta en términos legales”, advirtió en la misma entrevista televisiva.
Con la seguridad en sí misma que la caracteriza, Pelosi publicó extractos de su discurso como nueva presidenta de la Cámara de Representantes, antes incluso de ganar la votación que la convertiría en la tercera autoridad del país. “Nuestra democracia se refuerza con el optimismo, el idealismo y el patriotismo de esta nueva promoción transformadora”, dijo. Pelosi repasó las que serán prioridades de su mayoría, como la lucha contra las desigualdades y por la clase media (”columna vertebral de la democracia”), así como el combate contra el cambio climático, “la amenaza existencial de nuestro tiempo”.
Pablo Guimón
Washington, El País
Más diverso, más femenino, más demócrata. Así es el nuevo Congreso de Estados Unidos, que este jueves ha tomado posesión con la elección de Nancy Pelosi como presidenta de la Cámara baja. Ella será la encargada de conjugar las prisas por derrocar a Trump, estrechando el cerco de la investigación de la trama rusa, y el pragmatismo de moderar los tiempos. Comienza la segunda mitad del mandato de Trump, en un contexto muy diferente al de la primera. El presidente, entretanto, no afloja el pulso migratorio que mantiene el Gobierno parcialmente cerrado, en un presagio de los retos que esperan.
“Es un día nuevo en América”, tuiteó la congresista Ilhan Omar, refugiada somalí, junto a una foto que la retrataba, tocada con hijab, a las puertas del Capitolio. Rashida Tlaib, la otra de las dos primeras mujeres musulmanas elegidas al Congreso, honró su herencia palestina vistiendo un tradicional thobe. Deb Haaland, nativa americana que desde ayer se sienta en el Congreso, acudió cubierta de alhajas plateadas y turquesa, y calzada con mocasines, como mandan los cánones indumentarios de los indios pueblo.
La clase de 2019 es la más étnicamente diversa y femenina en los más de 200 años de historia de la institución. La renovación se produce sobre todo en las filas del Partido Demócrata, que ha estrenado este jueves su mayoría en la Cámara baja, y llega con el mandato democrático de convertir la segunda mitad de la Administración Trump en algo muy diferente de la primera.
Toma las riendas de esa nueva mayoría Nancy Pelosi, no por veterana menos pionera, que será, por segunda vez en sus 78 años de vida, la mujer electa más poderosa de Estados Unidos. Fue la primera mujer presidenta de la Cámara (entre 2007 y 2011) y es, desde hoy, la segunda.
Pelosi, recibida este jueves por una ovación de la nueva bancada demócrata puesta en pie, será la encargada de catalizar todo ese caudal de energía fresca para plantar cara eficazmente a Donald Trump y demostrar al país que los demócratas están preparados para sustituirlo en 2020. Los retos son colosales, como demuestra el hecho de que el Congreso ha tomado posesión con el Gobierno parcialmente cerrado, desde hace casi dos semanas, debido a la negativa de los demócratas a financiar el muro que Trump quiere levantar en la frontera con México.
La reunión en la Sala de Crisis de la Casa Blanca, que el presidente convocó el miércoles para informar de su política migratoria a los líderes de los partidos en el Congreso, terminó en el previsible fracaso. El tono encendido y rudo de la misma, según el relato de los presentes, sugiere que el final de la crisis no está cerca.
El control demócrata de la Cámara baja plantea serias amenazas a Trump. El deseo de castigar al presidente será, con toda probabilidad, uno de las fuerzas que moldee la nueva mayoría. La excitación se hacía notar en los comités parlamentarios que se preparan para el relevo demócrata en su liderazgo. Particularmente en el judicial, que presidirá Jerrold Nadler, quien planea introducir de inmediato un proyecto de ley que blinde de interferencias políticas la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016 y la posible conspiración del entorno de Trump con Moscú para llevar al magnate a la Casa Blanca
Será Pelosi la encargada de manejar la intensidad de esa ofensiva y lograr el delicado equilibrio entre las ansias por derrocar a Trump y la realpolitik que desaconseja apresurarse. En una entrevista televisiva por la mañana, Pelosi dejó la puerta abierta a un impeachment del presidente, un eventual proceso de destitución en el contexto de las investigaciones de Mueller.
La iniciativa de iniciar el proceso, que cuenta con un importante respaldo entre los nuevos congresistas demócratas, corresponde en exclusiva a la Cámara de Representantes. De prosperar en la Cámara baja, habría de resolverse por mayoría de dos tercios en el Senado, donde los republicanos mantienen el control.“Debemos esperar a ver qué pasa con el informe de Mueller”, dijo Pelosi, con medida cautela para no frustrar las ansias de los recién llegados. “No deberíamos promover el impeachment por razones políticas, pero tampoco deberíamos evitarlo por razones políticas. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla”.
Otra cosa es la imputación del presidente, algo que podría intentar el fiscal especial Mueller. A pesar de unas directrices del Departamento de Justicia que sugieren que no se puede imputar a un presidente en activo, Pelosi tampoco quiso cerrar esa puerta. “No creo que eso sea concluyente, creo que es una discusión abierta en términos legales”, advirtió en la misma entrevista televisiva.
Con la seguridad en sí misma que la caracteriza, Pelosi publicó extractos de su discurso como nueva presidenta de la Cámara de Representantes, antes incluso de ganar la votación que la convertiría en la tercera autoridad del país. “Nuestra democracia se refuerza con el optimismo, el idealismo y el patriotismo de esta nueva promoción transformadora”, dijo. Pelosi repasó las que serán prioridades de su mayoría, como la lucha contra las desigualdades y por la clase media (”columna vertebral de la democracia”), así como el combate contra el cambio climático, “la amenaza existencial de nuestro tiempo”.