Mucho Barça
Coutinho se reengancha a la causa. Messi marca el gol 400 en Liga. Brutal Suárez.
Santi Giménez
As
Por muy atrevido que sea un equipo, como es el caso del Eibar, es muy complicado aguantarle 90 minutos a un Barça concentrado. El Eibar lo comprobó en el Camp Nou, donde acabó cayendo por 3-0 después de completar una primera parte en la que logró llevar al equipo blaugrana a su terreno. Pero a la que Messi se despertó y se sumó al trabajo en ataque de Suárez, descomunal, y de un reivindicado Coutinho los blaugrana dieron un acelerón letal que se llevó por delante al equipo de Mendilibar.
Después del partido en el campo del Levante, Valverde tenía dos opciones: o dar un hachazo a Coutinho y convertir su suplencia en tema de comentario en el patio de luces que muchas veces es el entorno, o darle la oportunidad de tratar de arreglar el desaguisado por si mismo. Optó por la segunda y el brasileño fue titular por Demebélé, que parece que vive en un estado que está más allá de los avisos, los premios y los castigos. El francés para lo bueno y para lo malo, va a su bola.
La participación de Coutinho fue determinante porque en un partido que empezó espeso como la brea en el que el Eibar salió a presionar al Barcelona desde la misma portería de Ter Stegen (hasta diez hombres del equipo de Mendilibar se acumulaban en el mitad del campo culé cuando tenía la pelota el portero) sus aceleraciones resultaron demoledoras.
En ausencia de un Messi que dio la impresión de aburrirse soberanamente (en esto sí que Leo es como el resto de los mortales) con lo que pasaba en el campo, fue Coutinho el mejor socio de un Luis Suárez excelente. Para el uruguayo no hay partido aburrido mientras tenga a un central rival delante.
Tras 20 minutos en los que apenas pasaba nada, el Barça tuvo una inspiración y aceleró el juego vertiginosamente para lograr el 1-0. Un oasis en unos minutos grises. Un golazo en el que cinco jugadores del Barcelona se pasaron la pelota al primer toque a un ritmo que desarmó al Eibar. El mayor mérito de la jugada hay que apuntárselo a Coutinho, que combinó de cine con Suárez y al propio uruguayo, que ajustó el balón al poste de Riesgo en un escorzo de puro delantero centro. No había otra manera de marcar ese gol que no fuera convertirse en un equilibrista y Suárez lo hizo a la perfección.
Apenas cambió nada el gol hasta el descanso, porque el Eibar volvió a dormir el partido, que se jugaba en la mitad blaugrana. Un cabezazo de Sergi Enrich y una caída en el área de Coutinho, que volvió a romper en velocidad fueron lo único destacado antes del descanso.
Nada más arrancar el segundo acto, Messi se desperezó y decidió entrar en el partido por la puerta grande. Filtró un pase a Suárez, que volvió a asociarse con Coutinho para que la jugada acabara en el pie izquierdo para dejar clavados a los centrales y marcar su gol 400 en LaLiga.
El tanto de Messi cambió el partido por el completo. El Eibar quedó groggy y el Barça fue un vendaval. El partido no se parecía en nada a lo que había sido en la primera parte. Riesgo tuvo que multiplicarse y salvó a su equipo ante Suárez y Messi antes de que Suárez decidiera el partido con el 3-0 que hacía justicia a su partidazo. Valverde utilizó los minutos que quedaban para dar descanso a Busquets, carrete a Dembélé y Vidal y permitir a Coutinho reincorporarse a la causa y cerrar la primera vuelta más sólido que nunca.
Santi Giménez
As
Por muy atrevido que sea un equipo, como es el caso del Eibar, es muy complicado aguantarle 90 minutos a un Barça concentrado. El Eibar lo comprobó en el Camp Nou, donde acabó cayendo por 3-0 después de completar una primera parte en la que logró llevar al equipo blaugrana a su terreno. Pero a la que Messi se despertó y se sumó al trabajo en ataque de Suárez, descomunal, y de un reivindicado Coutinho los blaugrana dieron un acelerón letal que se llevó por delante al equipo de Mendilibar.
Después del partido en el campo del Levante, Valverde tenía dos opciones: o dar un hachazo a Coutinho y convertir su suplencia en tema de comentario en el patio de luces que muchas veces es el entorno, o darle la oportunidad de tratar de arreglar el desaguisado por si mismo. Optó por la segunda y el brasileño fue titular por Demebélé, que parece que vive en un estado que está más allá de los avisos, los premios y los castigos. El francés para lo bueno y para lo malo, va a su bola.
La participación de Coutinho fue determinante porque en un partido que empezó espeso como la brea en el que el Eibar salió a presionar al Barcelona desde la misma portería de Ter Stegen (hasta diez hombres del equipo de Mendilibar se acumulaban en el mitad del campo culé cuando tenía la pelota el portero) sus aceleraciones resultaron demoledoras.
En ausencia de un Messi que dio la impresión de aburrirse soberanamente (en esto sí que Leo es como el resto de los mortales) con lo que pasaba en el campo, fue Coutinho el mejor socio de un Luis Suárez excelente. Para el uruguayo no hay partido aburrido mientras tenga a un central rival delante.
Tras 20 minutos en los que apenas pasaba nada, el Barça tuvo una inspiración y aceleró el juego vertiginosamente para lograr el 1-0. Un oasis en unos minutos grises. Un golazo en el que cinco jugadores del Barcelona se pasaron la pelota al primer toque a un ritmo que desarmó al Eibar. El mayor mérito de la jugada hay que apuntárselo a Coutinho, que combinó de cine con Suárez y al propio uruguayo, que ajustó el balón al poste de Riesgo en un escorzo de puro delantero centro. No había otra manera de marcar ese gol que no fuera convertirse en un equilibrista y Suárez lo hizo a la perfección.
Apenas cambió nada el gol hasta el descanso, porque el Eibar volvió a dormir el partido, que se jugaba en la mitad blaugrana. Un cabezazo de Sergi Enrich y una caída en el área de Coutinho, que volvió a romper en velocidad fueron lo único destacado antes del descanso.
Nada más arrancar el segundo acto, Messi se desperezó y decidió entrar en el partido por la puerta grande. Filtró un pase a Suárez, que volvió a asociarse con Coutinho para que la jugada acabara en el pie izquierdo para dejar clavados a los centrales y marcar su gol 400 en LaLiga.
El tanto de Messi cambió el partido por el completo. El Eibar quedó groggy y el Barça fue un vendaval. El partido no se parecía en nada a lo que había sido en la primera parte. Riesgo tuvo que multiplicarse y salvó a su equipo ante Suárez y Messi antes de que Suárez decidiera el partido con el 3-0 que hacía justicia a su partidazo. Valverde utilizó los minutos que quedaban para dar descanso a Busquets, carrete a Dembélé y Vidal y permitir a Coutinho reincorporarse a la causa y cerrar la primera vuelta más sólido que nunca.