López Obrador rechazó propuesta de España de integrar grupo para intervenir en Venezuela
México, EFE
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, antepusieron este miércoles el fortalecimiento de la buena relación entre ambos países a sus diferencias sobre la solución que debe tener Venezuela.
Ambos mandatarios se reunieron en el Palacio Nacional de Ciudad de México en un encuentro marcado por la buena sintonía y lleno de simbolismo al ser Sánchez el primer líder extranjero que recibe López Obrador desde su toma de posesión el pasado 1 de diciembre.
A pesar de la buena sintonía, en la rueda de prensa posterior al encuentro López Obrador rechazó la propuesta de Sánchez de formar parte de un grupo de contacto internacional de países europeos y latinoamericanos sobre la situación actual de venezolana.
López Obrador, cuyo Gobierno sigue reconociendo la Presidencia de Nicolás Maduro, expresó que el primer diálogo que se tiene que producir es entre las partes en pugna en Venezuela porque esta crisis “la tienen que resolver los venezolanos”.
“Primero se tienen que sentar a dialogar las partes y el diálogo, como dije, es un buen avance para el entendimiento. Lo mejor es que se auspicie el diálogo entre las partes”, sostuvo el presidente mexicano.
Además abogó por “una solución pacífica” en Venezuela y se mostró abierto a que, si ambas partes lo solicitan a México, este país latinoamericano pueda desarrollar algún tipo de mediación.
Por su parte, Sánchez se mostró más moderado que el martes en República Dominicana, donde tildó de “tirano” a Maduro, si bien defendió la postura española de reclamar elecciones inmediatas en Venezuela y reiteró que no pretende “quitar ni poner gobiernos” sino ayudar a buscar una salida.
Defendió la posición común de los principales líderes europeos y la configuración de un grupo de contacto internacional que se está conformando y al que quieren que se sumen países latinoamericanos.
Pese a estas diferencias, tanto Sánchez como López Obrador subrayaron que la estrecha relación entre España y México no se verá afectada.
“La relación de México y España va más allá de nuestras posturas específicas sobre el caso de Venezuela”, aseguró López Obrador, y declaró que “hay condiciones inmejorables para la relación de amistad” entre ambos países.
Por su parte, Sánchez aseguró que el Gobierno español ha vivido con “enorme expectativa y entusiasmo” la victoria del movimiento izquierdista de López Obrador, y ensalzó que ambos países tienen ahora “gobiernos progresistas” que luchan contra las desigualdades.
Ambos líderes destacaron la importancia que tienen para el desarrollo económico de México las 6.000 empresas españolas que trabajan en este país y que tienen un gran peso en los sectores bancario y de infraestructuras mexicano.
López Obrador recordó que España es el segundo inversor extranjero en México después de Estados Unidos y afirmó que las empresas españolas “tienen las puertas abiertas en nuestro país”.
También el Gobierno español respaldó al mexicano en su plan para impulsar el desarrollo de Centroamérica y mitigar la llegada de migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras que atraviesan México en dirección a Estados Unidos.
Según la Cancillería mexicana, ambos líderes refrendaron la vigencia de la Asociación Estratégica México-España, con proyección en los espacios bilateral, iberoamericano, birregional y multilateral, sustentada en un diálogo político al más alto nivel.
Asimismo, pactaron celebrar las contribuciones del exilio español a México “y construir sobre su legado una nueva etapa de colaboración y diálogo bilateral”.
Posteriormente, en la comida en honor al presidente visitante, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, declaró que la visita significa que “a la muy estrecha relación que tenemos con España por razones culturales, económicas e históricas, ahora se suma lo que yo llamaría un entendimiento progresista”.
Como elementos de ese entendimiento citó “filosofía, valores y aspiraciones similares, comunes, que tienen que ver con la defensa de libertades y derechos y sobre todo con igualdad”.
A continuación, Sánchez se desplazó a El Colegio de México, una institución académica creada en 1938 para acoger a intelectuales que escapaban de la Guerra Civil española, para impartir una conferencia sobre el exilio español en México.
Sánchez también se reunirá mañana con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y con empresarios de ambos países.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, antepusieron este miércoles el fortalecimiento de la buena relación entre ambos países a sus diferencias sobre la solución que debe tener Venezuela.
Ambos mandatarios se reunieron en el Palacio Nacional de Ciudad de México en un encuentro marcado por la buena sintonía y lleno de simbolismo al ser Sánchez el primer líder extranjero que recibe López Obrador desde su toma de posesión el pasado 1 de diciembre.
A pesar de la buena sintonía, en la rueda de prensa posterior al encuentro López Obrador rechazó la propuesta de Sánchez de formar parte de un grupo de contacto internacional de países europeos y latinoamericanos sobre la situación actual de venezolana.
López Obrador, cuyo Gobierno sigue reconociendo la Presidencia de Nicolás Maduro, expresó que el primer diálogo que se tiene que producir es entre las partes en pugna en Venezuela porque esta crisis “la tienen que resolver los venezolanos”.
“Primero se tienen que sentar a dialogar las partes y el diálogo, como dije, es un buen avance para el entendimiento. Lo mejor es que se auspicie el diálogo entre las partes”, sostuvo el presidente mexicano.
Además abogó por “una solución pacífica” en Venezuela y se mostró abierto a que, si ambas partes lo solicitan a México, este país latinoamericano pueda desarrollar algún tipo de mediación.
Por su parte, Sánchez se mostró más moderado que el martes en República Dominicana, donde tildó de “tirano” a Maduro, si bien defendió la postura española de reclamar elecciones inmediatas en Venezuela y reiteró que no pretende “quitar ni poner gobiernos” sino ayudar a buscar una salida.
Defendió la posición común de los principales líderes europeos y la configuración de un grupo de contacto internacional que se está conformando y al que quieren que se sumen países latinoamericanos.
Pese a estas diferencias, tanto Sánchez como López Obrador subrayaron que la estrecha relación entre España y México no se verá afectada.
“La relación de México y España va más allá de nuestras posturas específicas sobre el caso de Venezuela”, aseguró López Obrador, y declaró que “hay condiciones inmejorables para la relación de amistad” entre ambos países.
Por su parte, Sánchez aseguró que el Gobierno español ha vivido con “enorme expectativa y entusiasmo” la victoria del movimiento izquierdista de López Obrador, y ensalzó que ambos países tienen ahora “gobiernos progresistas” que luchan contra las desigualdades.
Ambos líderes destacaron la importancia que tienen para el desarrollo económico de México las 6.000 empresas españolas que trabajan en este país y que tienen un gran peso en los sectores bancario y de infraestructuras mexicano.
López Obrador recordó que España es el segundo inversor extranjero en México después de Estados Unidos y afirmó que las empresas españolas “tienen las puertas abiertas en nuestro país”.
También el Gobierno español respaldó al mexicano en su plan para impulsar el desarrollo de Centroamérica y mitigar la llegada de migrantes de El Salvador, Guatemala y Honduras que atraviesan México en dirección a Estados Unidos.
Según la Cancillería mexicana, ambos líderes refrendaron la vigencia de la Asociación Estratégica México-España, con proyección en los espacios bilateral, iberoamericano, birregional y multilateral, sustentada en un diálogo político al más alto nivel.
Asimismo, pactaron celebrar las contribuciones del exilio español a México “y construir sobre su legado una nueva etapa de colaboración y diálogo bilateral”.
Posteriormente, en la comida en honor al presidente visitante, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, declaró que la visita significa que “a la muy estrecha relación que tenemos con España por razones culturales, económicas e históricas, ahora se suma lo que yo llamaría un entendimiento progresista”.
Como elementos de ese entendimiento citó “filosofía, valores y aspiraciones similares, comunes, que tienen que ver con la defensa de libertades y derechos y sobre todo con igualdad”.
A continuación, Sánchez se desplazó a El Colegio de México, una institución académica creada en 1938 para acoger a intelectuales que escapaban de la Guerra Civil española, para impartir una conferencia sobre el exilio español en México.
Sánchez también se reunirá mañana con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y con empresarios de ambos países.