Las malas perspectivas de Apple y las dudas sobre China hunden Wall Street
El Dow Jones cae un 2,8% y golpea a los parqués europeos en otra dura jornada bursátil
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Apple pinchó y con ella arrastró a toda Wall Street. La tecnológica de Cupertino cerró la sesión con una caída del 10%, el mayor golpe que sufre en la era del iPhone. Y provocó de rebote que el índice Dow Jones, el de referencia del parqué neoyorquino, se dejara un 2,8% y se colocara en los 22.686,22 puntos, dejando el soporte de los 23.000 puntos. Las dudas sobre la pujanza económica de China aumentaron el pesimismo. El S&P 500 retrocedió casi un 2,5% mientras que el Nasdaq, el de la nueva economía, lo hizo en un 3,04%.
La segunda jornada bursátil de 2019 ha sido la peor para Apple desde 2013. El detonante de esta ola de negatividad es la revisión a la baja de las estimaciones de ingresos en el trimestre de las compras navideñas; ha pasado de esperar ingresar 91.500 millones de dólares a 84.000 millones (entre 78.309 y 81.829 millones de euros). Si este rendimiento se confirma cuando presente los resultados, será una contracción de casi un 5% respecto a hace un año. Horas antes, estas malas noticias de Apple y la incertidumbre sobre el futuro económico de China, provocaron el derrumbe de los parqués europeos.
Precisamente Tim Cook, consejero delegado de Apple, echó la culpa a China. Y eso también es una mala noticia para el conjunto del mercado. Uno de los motivos de la tensión que acusa Wall Street desde el pasado octubre es una desaceleración de la mayor economía asiática y el efecto de la batalla arancelaria. Como dicen los analistas, Apple suele ser un termómetro del crecimiento en China.
Otra futura revisión
Goldman Sachs ha asegurado que es probable que Apple tenga que volver a revisar a la baja sus previsiones de ingresos en función de la evolución de la demanda de sus productos en China en 2019. “El recorte de previsión de Apple confirma nuestra opinión negativa en relación con la demanda en China, algo que hemos estado observando desde finales de septiembre”, explicado el analista del banco estadounidense Rod Hall.
Asimismo, el analista de Goldman Sachs puso el acento sobre el argumento de Tim Cook de que la base de dispositivos Apple activos aumentó en más de 100 millones de unidades en los últimos doce meses. “Nokia vio una rápida expansión de las tasas de reemplazo a finales de 2007 que fue mucho más allá de lo que hubiera avanzado cualquier pronóstico”, alertó Hall. “Más allá de China, no vemos pruebas sólidas de una desaceleración de los consumidores en 2019, pero solo señalamos a los inversores que creemos que las tasas de reemplazo de Apple probablemente sean mucho más sensibles al entorno macroeconómico, ya que la compañía se está acercando a la máxima penetración de mercado para el iPhone”, apostilló.
En este sentido, Goldman Sachs aseguró que no estima que la situación mejore en marzo, por lo que recomendó “permanecer cauteloso” con respecto a la región asiática.
El gigante de la maquinaria Caterpillar, otro de los canarios en la mina de la economía china, se dejó un 4%. Boeing sufrió un golpe similar. El anuncio de Apple, por tanto, no hace más que apilar la ansiedad que ya acusan los inversores y que provocó que 2018 fuera el peor año para Wall Street desde la crisis financiera. También fue el peor diciembre desde 1931, durante los años de la Gran Depresión.
La tensión de ayer también se explica porque el índice de producción industrial en EE UU cayó a 54,1 puntos en diciembre, lo que podría indicar también que hay una desaceleración en el crecimiento global. Hoy se conocerá la evolución del empleo en diciembre, un dato clave para la Reserva Federal al modular la estrategia de normalización de la política monetaria a lo largo de 2019.
En relación con la desaceleración mundial, el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, ha apostado por mantener los tipos de interés sin cambios durante el primer semestre del año, a la espera de constatar si este parón económico es transitorio o algo más serio.
Sandro Pozzi
Nueva York, El País
Apple pinchó y con ella arrastró a toda Wall Street. La tecnológica de Cupertino cerró la sesión con una caída del 10%, el mayor golpe que sufre en la era del iPhone. Y provocó de rebote que el índice Dow Jones, el de referencia del parqué neoyorquino, se dejara un 2,8% y se colocara en los 22.686,22 puntos, dejando el soporte de los 23.000 puntos. Las dudas sobre la pujanza económica de China aumentaron el pesimismo. El S&P 500 retrocedió casi un 2,5% mientras que el Nasdaq, el de la nueva economía, lo hizo en un 3,04%.
La segunda jornada bursátil de 2019 ha sido la peor para Apple desde 2013. El detonante de esta ola de negatividad es la revisión a la baja de las estimaciones de ingresos en el trimestre de las compras navideñas; ha pasado de esperar ingresar 91.500 millones de dólares a 84.000 millones (entre 78.309 y 81.829 millones de euros). Si este rendimiento se confirma cuando presente los resultados, será una contracción de casi un 5% respecto a hace un año. Horas antes, estas malas noticias de Apple y la incertidumbre sobre el futuro económico de China, provocaron el derrumbe de los parqués europeos.
Precisamente Tim Cook, consejero delegado de Apple, echó la culpa a China. Y eso también es una mala noticia para el conjunto del mercado. Uno de los motivos de la tensión que acusa Wall Street desde el pasado octubre es una desaceleración de la mayor economía asiática y el efecto de la batalla arancelaria. Como dicen los analistas, Apple suele ser un termómetro del crecimiento en China.
Otra futura revisión
Goldman Sachs ha asegurado que es probable que Apple tenga que volver a revisar a la baja sus previsiones de ingresos en función de la evolución de la demanda de sus productos en China en 2019. “El recorte de previsión de Apple confirma nuestra opinión negativa en relación con la demanda en China, algo que hemos estado observando desde finales de septiembre”, explicado el analista del banco estadounidense Rod Hall.
Asimismo, el analista de Goldman Sachs puso el acento sobre el argumento de Tim Cook de que la base de dispositivos Apple activos aumentó en más de 100 millones de unidades en los últimos doce meses. “Nokia vio una rápida expansión de las tasas de reemplazo a finales de 2007 que fue mucho más allá de lo que hubiera avanzado cualquier pronóstico”, alertó Hall. “Más allá de China, no vemos pruebas sólidas de una desaceleración de los consumidores en 2019, pero solo señalamos a los inversores que creemos que las tasas de reemplazo de Apple probablemente sean mucho más sensibles al entorno macroeconómico, ya que la compañía se está acercando a la máxima penetración de mercado para el iPhone”, apostilló.
En este sentido, Goldman Sachs aseguró que no estima que la situación mejore en marzo, por lo que recomendó “permanecer cauteloso” con respecto a la región asiática.
El gigante de la maquinaria Caterpillar, otro de los canarios en la mina de la economía china, se dejó un 4%. Boeing sufrió un golpe similar. El anuncio de Apple, por tanto, no hace más que apilar la ansiedad que ya acusan los inversores y que provocó que 2018 fuera el peor año para Wall Street desde la crisis financiera. También fue el peor diciembre desde 1931, durante los años de la Gran Depresión.
La tensión de ayer también se explica porque el índice de producción industrial en EE UU cayó a 54,1 puntos en diciembre, lo que podría indicar también que hay una desaceleración en el crecimiento global. Hoy se conocerá la evolución del empleo en diciembre, un dato clave para la Reserva Federal al modular la estrategia de normalización de la política monetaria a lo largo de 2019.
En relación con la desaceleración mundial, el presidente de la Fed de Dallas, Robert Kaplan, ha apostado por mantener los tipos de interés sin cambios durante el primer semestre del año, a la espera de constatar si este parón económico es transitorio o algo más serio.