La posible candidatura del ex consejero delegado de Starbucks inquieta a Trump y a los demócratas

El multimillonario Howard Schultz anuncia que está "considerando seriamente" presentarse como candidato independiente centrista a las elecciones

Pablo Guimón
Washington, El País
“Amo a nuestro país, y estoy considerando seriamente presentarme a las elecciones presidenciales como centrista independiente”. Con este escueto tuit, acompañado de una entrevista en The New York Times y una breve aparición en un popular programa televisivo, el multimillonario Howard Schultz, presidente de Starbucks hasta el año pasado, añadía este domingo un elemento de emoción más a la ya agitada carrera para ocupar la Casa Blanca en 2020. Schultz abandonó el cargo de consejero delegado de Starbucks en abril de 2017, y un año después anunció que dejaba también la presidencia de la compañía, para dedicarse a la filantropía y el servicio público, lo que ya se interpretó en su día como el posible inicio de una ambiciosa carrera política.


La historia no está del lado del empresario: el éxito no suele acompañar a los candidatos independientes. Pero el eco inmediato que ha tenido su anuncio, que está aún lejos de constituir una candidatura formal, indica que se lo toman en serio a uno y otro lado del espectro político.

“¡Howard Schultz no tiene las agallas de presentarse a presidente!”, ha tuiteado a primera hora de la mañana de este lunes Donald Trump, el hombre que Schultz considera que "no está cualificado" para ostentar el cargo que ocupa.

Tampoco han tardado en emerger las críticas desde el otro lado del tablero, a la eventual entrada en el juego de un independiente que podría dividir el voto de rechazo a Trump, poniéndole en bandeja un segundo mandato. “Tengo tres palabras para Howard Schultz sobre su potencial candidatura independiente a presidente: no lo haga”, declaró Tina Podlodowski, presidenta del Partido Demócrata del Estado de Washington, cuando las intenciones de Schultz eran solo rumores que ni siquiera él había verbalizado.

Schultz, de 65 años, que convirtió Starbucks de una cadena de siete cafeterías en Seattle a un gigante global con 350.000 empleados, y abanderó un estilo empresarial progresista, anuncia en el Times que ya ha empezado a realizar los preparativos para poder presentar su candidatura en los 50 Estados. Pero explica que tomará la decisión después de realizar, durante los próximos tres meses, una gira por el país para promocionar su nuevo libro, una suerte de memorias que relatan el viaje de un niño que creció en el seno de una familia humilde en Brooklyn y se convirtió en un exitoso hombre de negocios que, en sus propias palabras, quiso “desafiar el rol tradicional de las empresas en la sociedad”.

Del esbozo que realiza Schultz de su eventual candidatura, se deduce que busca apelar a los votantes desencantados con el sistema político bipartidista. “Tenemos un sistema político roto con los dos partidos básicamente dedicados a preservar sus propias ideologías sin un reconocimiento y una responsabilidad de representar los intereses del pueblo estadounidense”, dice en la entrevista en el Times.

Se define Schultz como “demócrata de todo la vida” pero, preguntado sobre si se plantearía cambiar de estrategia y concurrir a las primarias del partido, en lugar de presentar una candidatura independiente, responde con una negativa que encierra un dardo envenenado directo al centro de la batalla ideológica en que se encuentra inmersa la formación, desde que Hillary Clinton perdió las elecciones de 2016. “Siento que si me presentara como candidato demócrata tendría que ser hipócrita y decir cosas que no creo, porque el partido se ha desplazado mucho a la izquierda”, dice en el Times. Las opciones de Schultz podrían ser mayores si el candidato victorioso de las primarias demócratas, a las que se espera que lleguen a concurrir decenas de candidatos, pertenece al sector más izquierdista del partido.

Schultz, con una riqueza estimada en 3.300 millones de dólares, no es el primer multimillonario que ha coqueteado con la idea de presentarse en 2020. Aún se espera que anuncie una decisión el magnate de la comunicación y exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg, que contempla desde hace meses presentar una candidatura, en su caso, a las primarias demócratas. Bloomberg ha dicho que, de decidirse, financiaría él mismo su campaña, mientras que Schultz ha asegurado que recurriría a la búsqueda de donaciones para completar los cerca de 1.000 millones de dólares en los que se estima el coste de una campaña presidencial independiente.

El objetivo de Schultz, apunta él mismo en el Times, sería apelar a ese cerca de un 42% de los votantes que se define, según sondeos recientes, como políticamente independiente. En la historia reciente, la candidatura independiente más exitosa fue la del conservador multimillonario texano Ross Perot, que llegó a liderar los sondeos y acabó cosechando un 19% del voto en las elecciones de 1992, lo que le dejó en tercer lugar, por detrás de Bill Clinton y George H.W. Bush.

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