La división en EEUU llega al Congreso, que promete hacer contrapeso a Trump

Para Trump, la asunción del 116º Congreso marca el paso de la Cámara de Representantes al control de los demócratas, que tendrán 235 de los 435 escaños frente a 199 republicanos.

La Razón Digital / AFP / Washington
Un nuevo capítulo comienza este jueves en la política estadounidense con la inauguración de un Congreso que refleja la división del país y promete hacer contrapeso a Donald Trump, quien tras dos años gobernando con viento a favor deberá negociar con los demócratas que recuperan la Cámara Baja.


Este nuevo Congreso, que marca un récord en el número de mujeres y de representantes provenientes de minorías, asumirá sus funciones al mediodía local (13.00 en Bolivia).

Para Trump, la asunción del 116º Congreso marca el paso de la Cámara de Representantes al control de los demócratas, que tendrán 235 de los 435 escaños frente a 199 republicanos.

La división es patente, pues en las elecciones de mitad de mandato los republicanos avanzaron en el Senado y aumentaron su mayoría a 53 escaños del total de 100.

La pérdida de la Cámara Baja complica el panorama a Trump para el resto de su mandato y en especial para proyectos como la construcción de un muro en la frontera con México, una de sus promesas insignia de campaña.

La inauguración se produce en medio de una feroz pugna que tiene parcialmente paralizado al gobierno desde el 22 de diciembre por la demanda de Trump de incluir en el presupuesto fondos para construir el muro.

El fantasma de la destitución

Los demócratas se han opuesto firmemente a esta iniciativa, que tiene un costo de más de 5.000 millones de dólares y que, según la oposición, no es una respuesta para un tema complejo como la inmigración. En este ciclo electoral, una de las figuras centrales será Nancy Pelosi, que este jueves aspira a recuperar a los 78 años el rol de líder de la bancada mayoritaria en la Cámara de Representantes, un cargo que ocupó entre 2007 y 2011.

Los demócratas ya anunciaron que Pelosi será su líder en la Cámara Baja y este jueves esa decisión debe someterse a votación en la sesión plenaria.

Para salir de la parálisis presupuestaria, los demócratas proponen por un lado renovar hasta el 30 de septiembre los presupuestos de las agencias que no son objeto de ninguna controversia y prolongar sólo hasta el 8 de febrero la partida del Departamento de Seguridad Interior, que se encarga de las fronteras.

Pero cualquier propuesta puede quedar en nada si no cuenta con la venia del Senado y específicamente con una mayoría de 60 votos que requieren las leyes presupuestarias.

Trump, que tiene derecho a veto, advirtió que mantendrá la situación actual "el tiempo que haga falta" y convocó a ambos partidos a una reunión el viernes. La dilatación de la negociación hace posible que ambas partes busquen un acuerdo más amplio que les permita salir victoriosos, por ejemplo, una hipótesis es que los demócratas den los fondos para el muro a cambio de un estatuto para los "dreamers", los indocumentados que llegaron siendo niños a Estados Unidos.

Con el control de la Cámara, los demócratas podrán no sólo bloquear iniciativas del mandatario sino también investigar sus finanzas y ahondar en la presunta colusión entre su equipo de campaña y Rusia en 2016, aumentando la posibilidad de que se inicie un proceso de destitución en su contra, aunque con escasas posibilidades de éxito.

Con la oposición en la Cámara se perfilan muchas investigaciones parlamentarias, con potestades como la convocatoria de testigos y la entrega de documentos.

Hasta ahora, Pelosi ha dicho que es contraria a lanzar un proceso de destitución contra Trump, pero los demócratas sí podrían agitar el clima político concretando su promesa de exigirle al presidente que presente su declaración de impuestos.



Los nuevos rostros

El nuevo Congreso es el que tiene el mayor número de hispanos de toda la historia, la mayoría de los cuales son demócratas. Además marca la irrupción de una nueva generación de políticos, más alejados de las élites y con orígenes sociales y raciales más diversos que en la anterior legislatura.

Uno de los ejemplos es la demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, de origen puertorriqueño y nacida en el Bronx hace apenas 29 años, que hizo historia al convertirse en la mujer más joven en ser electa al Congreso.

Ocasio-Cortez, que hace un año era mesera pero tiene una larga trayectoria como activista, se define como socialista. "Hay mucha gente que sabe que nos vamos a meter a la boca del lobo", dijo en noviembre a la prensa. "Incluso dentro del partido", matizó.

En esta oleada de cambio también entraron a la Cámara de Representantes dos mujeres indígenas: Sharice Davids y Deb Haaland, electas con la promesa de defender el medioambiente en lo alto de sus prioridades.

Los demócratas han prometido una comisión especial para abordar "la crisis climática", después de que Trump se retirara del Acuerdo de París.

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