El Barça y Messi no aflojan
Salió con empate, provocó el 2-1 en el que Cuéllar reclamó falta y luego sentenció. Dembélé, que se exhibió y se lesionó, hizo el 1-0. Braithwaite llegó a empatar.
Santi Giménez
As
El Barça no afloja y se mantiene firme en el liderato tras derrotar al Leganés por 3-1 en un encuentro que gobernó Dembélé primero, luego se complicó con el tanto del equipo de Pellegrino en su primera aproximación y empeoró para el Barça con la lesión del francés y que acabó con Messi saliendo del banco para gobernar y archivar el duelo con la suficiencia con la que llegaba el Séptimo de Caballería para acabar con cualquier amenaza en el último momento. Messi es el puñetazo encima de la mesa que acaba cualquier discusión.
En un técnico tan poco dado a las rotaciones como es Valverde, cuando éstas aparecen son un termómetro más que fiable del paisaje inmediato del equipo. Dejando a Lenglet fuera de la lista y reservando a Rakitic y a Messi en el banquillo pensando en el partido del miércoles en el Sánchez Pizjuán, el técnico culé dejó muy claro que la Copa ha pasado a ser tan prioridad como LaLiga.
Poco importó que el Atlético se pusiera ayer a dos puntos y que visitara el Camp Nou el Leganés de Pellegrino, el primer equipo que derrotó al Barça en la competición y el técnico que le ha ganado dos veces con dos equipos distintos (Alavés y el propio Leganés).
Le costó mucho al Barcelona mandar en el partido, porque el Leganés interpretó su papel a la perfección. Muy ordenados atrás, presionando bien cuando la pelota la tenían los blaugranas y contundentes en los duelos directos, los madrileños alejaron al Barça de la portería de Cuéllar. No creaban peligro, pero tampoco pasaban agobios.
Pero dentro de un partido tan cartesiano, el elemento desequilibrante de Dedmbélé resultó providencial para el Barcelona y letal para su rival. Dembélé es incontrolable. Y si está inspirado como pasó durante el partido, más.
El francés no tenía problema alguno en enfrentarse a cuatro defensores rivales. Dos acciones suyas sembraron el pánico en la defensa pepinera, pero la jugada se pudo abortar antes de llegar a la hora del remate.
No pasó lo mismo justo pasada la primera media hora de juego cuando una salida de balón magistral de Piqué fue continuada por Aleñá, más que notable en su primera titularidad liguera en casa, para que Demebélé se asociara con Alba al más puro estilo Messi y batiera a Cuéllar.
Pudo el Barça aumentar la diferencia en el último minuto tras jugada de Dembélé que Coutinho no dirigió bien. El brasileño acabó con cierta melancolía. Ve como la figura del francés brilla más, en contraste, él se empequeñece.
El partido parecía controlado para el Barcelona, que tenía al Leganés en su parcela controlado, pero tal y como pasó en la primera vuelta, en una jugada aislada cambió totalmente el decorado. Un contragolpe del Leganés que Alba cerró mal permitió a Braithwaite empatar el partido en la primera acción de ataque del conjunto de Pellegrino tras una gran carrera de En Nesyri.
Con el empate, no le quedaba otra que dar entrada a Messi, que entró por Aleñá y a Rakitic por Arthur. Coutinho, lamentable, se salvaba de la quema. Pero el guión cambió de manera abrupta con un resbalón de Demebélé que, le dejó fuera de combate y obligó a entrar a Malcom.
Con el Camp Nou aguantando la respiración, Messi, que se echó al equipo a la espalda, sacó un disparó fabuloso a la escuadra desde la frontal al que Cuéllar respondió con un paradón que dejó el balón franco para que Suárez marcara el segundo. Tras impactar el balón, por la inercia, el uruguayo impactó con el portero, que trató de exagerar el impacto buscando que se anulara. Tras consulta, el colegiado no dudó en conceder el tanto.
Con Messi reinando en el campo, el árbitro alargó el partido siete minutos, lo que le dio tiempo al argentino para marcar su tanto. Si alargan más, mete más.
Santi Giménez
As
El Barça no afloja y se mantiene firme en el liderato tras derrotar al Leganés por 3-1 en un encuentro que gobernó Dembélé primero, luego se complicó con el tanto del equipo de Pellegrino en su primera aproximación y empeoró para el Barça con la lesión del francés y que acabó con Messi saliendo del banco para gobernar y archivar el duelo con la suficiencia con la que llegaba el Séptimo de Caballería para acabar con cualquier amenaza en el último momento. Messi es el puñetazo encima de la mesa que acaba cualquier discusión.
En un técnico tan poco dado a las rotaciones como es Valverde, cuando éstas aparecen son un termómetro más que fiable del paisaje inmediato del equipo. Dejando a Lenglet fuera de la lista y reservando a Rakitic y a Messi en el banquillo pensando en el partido del miércoles en el Sánchez Pizjuán, el técnico culé dejó muy claro que la Copa ha pasado a ser tan prioridad como LaLiga.
Poco importó que el Atlético se pusiera ayer a dos puntos y que visitara el Camp Nou el Leganés de Pellegrino, el primer equipo que derrotó al Barça en la competición y el técnico que le ha ganado dos veces con dos equipos distintos (Alavés y el propio Leganés).
Le costó mucho al Barcelona mandar en el partido, porque el Leganés interpretó su papel a la perfección. Muy ordenados atrás, presionando bien cuando la pelota la tenían los blaugranas y contundentes en los duelos directos, los madrileños alejaron al Barça de la portería de Cuéllar. No creaban peligro, pero tampoco pasaban agobios.
Pero dentro de un partido tan cartesiano, el elemento desequilibrante de Dedmbélé resultó providencial para el Barcelona y letal para su rival. Dembélé es incontrolable. Y si está inspirado como pasó durante el partido, más.
El francés no tenía problema alguno en enfrentarse a cuatro defensores rivales. Dos acciones suyas sembraron el pánico en la defensa pepinera, pero la jugada se pudo abortar antes de llegar a la hora del remate.
No pasó lo mismo justo pasada la primera media hora de juego cuando una salida de balón magistral de Piqué fue continuada por Aleñá, más que notable en su primera titularidad liguera en casa, para que Demebélé se asociara con Alba al más puro estilo Messi y batiera a Cuéllar.
Pudo el Barça aumentar la diferencia en el último minuto tras jugada de Dembélé que Coutinho no dirigió bien. El brasileño acabó con cierta melancolía. Ve como la figura del francés brilla más, en contraste, él se empequeñece.
El partido parecía controlado para el Barcelona, que tenía al Leganés en su parcela controlado, pero tal y como pasó en la primera vuelta, en una jugada aislada cambió totalmente el decorado. Un contragolpe del Leganés que Alba cerró mal permitió a Braithwaite empatar el partido en la primera acción de ataque del conjunto de Pellegrino tras una gran carrera de En Nesyri.
Con el empate, no le quedaba otra que dar entrada a Messi, que entró por Aleñá y a Rakitic por Arthur. Coutinho, lamentable, se salvaba de la quema. Pero el guión cambió de manera abrupta con un resbalón de Demebélé que, le dejó fuera de combate y obligó a entrar a Malcom.
Con el Camp Nou aguantando la respiración, Messi, que se echó al equipo a la espalda, sacó un disparó fabuloso a la escuadra desde la frontal al que Cuéllar respondió con un paradón que dejó el balón franco para que Suárez marcara el segundo. Tras impactar el balón, por la inercia, el uruguayo impactó con el portero, que trató de exagerar el impacto buscando que se anulara. Tras consulta, el colegiado no dudó en conceder el tanto.
Con Messi reinando en el campo, el árbitro alargó el partido siete minutos, lo que le dio tiempo al argentino para marcar su tanto. Si alargan más, mete más.