China conquista la cara oculta de la Luna y hace historia
A la llegada la sonda desplegó los paneles solares y las antenas y tomó las primeras fotografías detalladas de este lado desconocido del satélite de la Tierra.
AFP y EFE / Pekín
China realizó con éxito ayer el alunizaje de una sonda en la cara oculta de la Luna, una primicia mundial que refuerza las ambiciones espaciales de Pekín. La sonda Chang’e-4, que había despegado de la Tierra el 8 de diciembre, se posó sin problemas en la Luna a las 10:26 hora de Pekín (2:26 GMT), informó la agencia Xinhua.
Chang’e-4 -llamado así en honor a la diosa de la Luna en la mitología china- envió una foto de la superficie lunar al satélite Queqiao, en órbita alrededor de la Luna, precisó la televisión pública CCTV. “Logramos un resultado extremadamente preciso. El alunizaje fue suave y en un lugar ideal, en el centro de la zona seleccionada”, declaró el ingeniero de la Administración Espacial Nacional de China (CNSA) Sun Zezhou, jefe de la misión Chang’e-4.
Ninguna sonda ni ningún módulo de exploración se había posado nunca antes en la superficie de la cara oculta de la Luna. Todos los alunizajes precedentes tuvieron lugar en la cara visible de la Luna, la más cercana a la Tierra, que está siempre orientada hacia nuestro planeta.
La cara oculta de la Luna también recibe el nombre de “lado oscuro”, aunque es inapropiado, ya que la luz solar baña toda la superficie del satélite de la Tierra. La cara oculta es montañosa y accidentada, salpicada de cráteres, mientras que la faz visible dispone de numerosas superficies planas para posarse.
La segunda imagen captada por la Chang’e-4.
La primera en logar captar imágenes de la cara oculta de la Luna fue la Unión Soviética el 7 de octubre de 1959 con su sonda automática Luna 3. China llevaba años preparando esta operación, especialmente difícil desde el punto de vista tecnológico.
Uno de los mayores desafíos es lograr comunicarse con el robot lunar. Como la cara oculta de la Luna está orientada en sentido opuesto a la Tierra, no hay una “línea de visión” directa para transmitir señales, salvo que se instale un relevo.
Así, China lanzó en mayo un satélite que bautizó Queqiao, posicionado en la órbita lunar para transmitir órdenes y datos intercambiados entre la Tierra y el módulo. Durante la noche lunar, que dura 14 días terrestres, las temperaturas bajan a -173 grados Celsius y durante el día lunar, también equivalente a 14 días terrestres, pueden alcanzar los 127ºC.
Para hacerlo aún más difícil, el Chang’e-4 se envió en dirección a una región del polo sur de la Luna, la cuenca Aitken, cuyo terreno es particularmente complejo y empinado. El Chang’e-4 llevará a cabo estudios sobre radiofrecuencias bajas, el cultivo de tomates en otros planetas y los recursos minerales, entre otras cosas.
Un detalle a color de la superficie lunar.
“Las informaciones recolectadas servirán también para la futura base lunar que Pekín quiere construir y para las actividades científicas en la cara oculta de la Luna”, explica a la AFP Chen Lan, analista para GoTaikonauts.com, especializada en el programa espacial chino.
“También servirá para la futura misión de China en Marte, prevista para 2020. En 2021, quiere que aterrize un robot similar al de Chang’e 4. Es una buena oportunidad para probar esta tecnología”.
Esta es la segunda vez que China envía un módulo para explorar la superficie lunar después del Yutu (Conejo de Jade) en 2013, que permaneció activo durante 31 meses. El año que viene prevé lanzar un Chang’e-5 para extraer muestras y traerlas a la Tierra. China invierte miles de millones en su programa espacial, dirigido por el ejército.
Una impresión artística de la sonda lunar china Chang’e-4.
Llegada de Chang’e 4 a la Luna y su misión
Alunizaje La sonda inició el descenso desde el punto más cercano de su órbita, a 15 kilómetros de la Luna. A partir de entonces, transcurrieron 12 interminables minutos para los ingenieros chinos: la velocidad respecto a la Luna se fue reduciendo de 1,7 kilómetros por segundo a prácticamente 0.
Descenso Cuando solo faltaban 100 metros, la Chang’e 4 planeó para identificar obstáculos y medir las pendientes de la superficie y seleccionó una zona lo suficientemente llana en la que descender de forma lenta y vertical. A apenas a dos metros del objetivo, el motor se paró y el aparato alunizó.
Llanura La Administración Nacional del Espacio de China precisó que el alunizaje se produjo en una llanura rodeada de montañas que se elevan hasta 10 kilómetros.
Misión La misión realizará tareas de observación astronómica de radio de baja frecuencia, detección de composición mineral y estructura de la superficie lunar poco profunda, así como de medición de la radiación de neutrones y átomos neutrales para estudiar el medioambiente en la cara oculta de la Luna.
AFP y EFE / Pekín
China realizó con éxito ayer el alunizaje de una sonda en la cara oculta de la Luna, una primicia mundial que refuerza las ambiciones espaciales de Pekín. La sonda Chang’e-4, que había despegado de la Tierra el 8 de diciembre, se posó sin problemas en la Luna a las 10:26 hora de Pekín (2:26 GMT), informó la agencia Xinhua.
Chang’e-4 -llamado así en honor a la diosa de la Luna en la mitología china- envió una foto de la superficie lunar al satélite Queqiao, en órbita alrededor de la Luna, precisó la televisión pública CCTV. “Logramos un resultado extremadamente preciso. El alunizaje fue suave y en un lugar ideal, en el centro de la zona seleccionada”, declaró el ingeniero de la Administración Espacial Nacional de China (CNSA) Sun Zezhou, jefe de la misión Chang’e-4.
Ninguna sonda ni ningún módulo de exploración se había posado nunca antes en la superficie de la cara oculta de la Luna. Todos los alunizajes precedentes tuvieron lugar en la cara visible de la Luna, la más cercana a la Tierra, que está siempre orientada hacia nuestro planeta.
La cara oculta de la Luna también recibe el nombre de “lado oscuro”, aunque es inapropiado, ya que la luz solar baña toda la superficie del satélite de la Tierra. La cara oculta es montañosa y accidentada, salpicada de cráteres, mientras que la faz visible dispone de numerosas superficies planas para posarse.
La segunda imagen captada por la Chang’e-4.
La primera en logar captar imágenes de la cara oculta de la Luna fue la Unión Soviética el 7 de octubre de 1959 con su sonda automática Luna 3. China llevaba años preparando esta operación, especialmente difícil desde el punto de vista tecnológico.
Uno de los mayores desafíos es lograr comunicarse con el robot lunar. Como la cara oculta de la Luna está orientada en sentido opuesto a la Tierra, no hay una “línea de visión” directa para transmitir señales, salvo que se instale un relevo.
Así, China lanzó en mayo un satélite que bautizó Queqiao, posicionado en la órbita lunar para transmitir órdenes y datos intercambiados entre la Tierra y el módulo. Durante la noche lunar, que dura 14 días terrestres, las temperaturas bajan a -173 grados Celsius y durante el día lunar, también equivalente a 14 días terrestres, pueden alcanzar los 127ºC.
Para hacerlo aún más difícil, el Chang’e-4 se envió en dirección a una región del polo sur de la Luna, la cuenca Aitken, cuyo terreno es particularmente complejo y empinado. El Chang’e-4 llevará a cabo estudios sobre radiofrecuencias bajas, el cultivo de tomates en otros planetas y los recursos minerales, entre otras cosas.
Un detalle a color de la superficie lunar.
“Las informaciones recolectadas servirán también para la futura base lunar que Pekín quiere construir y para las actividades científicas en la cara oculta de la Luna”, explica a la AFP Chen Lan, analista para GoTaikonauts.com, especializada en el programa espacial chino.
“También servirá para la futura misión de China en Marte, prevista para 2020. En 2021, quiere que aterrize un robot similar al de Chang’e 4. Es una buena oportunidad para probar esta tecnología”.
Esta es la segunda vez que China envía un módulo para explorar la superficie lunar después del Yutu (Conejo de Jade) en 2013, que permaneció activo durante 31 meses. El año que viene prevé lanzar un Chang’e-5 para extraer muestras y traerlas a la Tierra. China invierte miles de millones en su programa espacial, dirigido por el ejército.
Una impresión artística de la sonda lunar china Chang’e-4.
Llegada de Chang’e 4 a la Luna y su misión
Alunizaje La sonda inició el descenso desde el punto más cercano de su órbita, a 15 kilómetros de la Luna. A partir de entonces, transcurrieron 12 interminables minutos para los ingenieros chinos: la velocidad respecto a la Luna se fue reduciendo de 1,7 kilómetros por segundo a prácticamente 0.
Descenso Cuando solo faltaban 100 metros, la Chang’e 4 planeó para identificar obstáculos y medir las pendientes de la superficie y seleccionó una zona lo suficientemente llana en la que descender de forma lenta y vertical. A apenas a dos metros del objetivo, el motor se paró y el aparato alunizó.
Llanura La Administración Nacional del Espacio de China precisó que el alunizaje se produjo en una llanura rodeada de montañas que se elevan hasta 10 kilómetros.
Misión La misión realizará tareas de observación astronómica de radio de baja frecuencia, detección de composición mineral y estructura de la superficie lunar poco profunda, así como de medición de la radiación de neutrones y átomos neutrales para estudiar el medioambiente en la cara oculta de la Luna.