Cantera contra la crisis del Madrid
Florentino Pérez impulsa la apuesta de Solari por los jóvenes talentos tras comprobar en noviembre que la plantilla no recupera el tono competitivo sin Cristiano
Diego Torres
Madrid, El País
El día que Vinicius disparó a la espalda de Kiko Oliva y la pelota se metió rebotada en la portería del Valladolid a falta de diez minutos para el final, los estrategas del Real Madrid reunidos en el palco del Bernabéu no celebraron la victoria (2-0) con el mismo énfasis con que se alarmaron ante la falta de respuestas del equipo titular para complacer a una hinchada decepcionada tras el 5-1 del Camp Nou. Aquel sábado 3 de noviembre debutó Santiago Solari en el banquillo de Chamartín con un once que incluyó a Casemiro, Kroos, Modric, Bale, Benzema y Asensio, núcleo del proyecto de Florentino Pérez para asaltar la temporada. El presidente confió en que la venta de Cristiano desataría la ambición contenida en jugadores que habían ocupado un lugar más o menos secundario en las conquistas de las últimas Champions. La visita del Valladolid puso término a esta convicción. Desde entonces los dirigentes activan el plan B. Se imparten órdenes de recurrir a la cantera como paso previo a la renovación total. El equipo que este domingo visita Cornellá (Movistar Partidazo, 20:45 horas) es el resultado de este cambio de rumbo.
“En momentos de crisis deportiva y económica salen más jugadores de las canteras, tanto en clubes pequeños como grandes”, dice Alberto Giráldez, director de las categorías inferiores del Madrid hasta 2014. “En situaciones de prosperidad los clubes se fijan menos en los chicos. La Quinta en el 85, Raúl en el 94, Casillas en el 99… todos surgieron en momentos de dificultad”.
Reacio a escuchar las sugerencias que le enviaba el presidente por medio de diversos empleados, Julen Lopetegui frenó la entrada de canteranos en el primer equipo hasta que fue destituido. Santiago Solari, su sucesor en el banquillo, lo enmendó con celeridad. Salvo Nacho y Casemiro, todos los futbolistas con antecedentes de la escuela de Valdebebas han aumentado su participación.
Solari, que venía de dirigir al Castilla y cuya vocación le aproxima más a la administración del semillero que al primer equipo, ha dado 870 minutos de competición a Vinicius, convertido en su jugador número 13º después de ser el 22º en el ránking de reparto de tiempo con Lopetegui. Además, el técnico ha brindado 760 minutos a Llorente, restituido al puesto 15ª después de pasar inadvertido en el 23º; 717 minutos a Reguilón, asentado ya como sustituto de Marcelo; 577 a Valverde, y 346 a Javi Sánchez. Además, ha impulsado el debut de Cristo, Francisco García y Fidalgo en la búsqueda de cómplices que conoce desde hace años. Su preferencia por Lucas Vázquez, de 16º con Lopetegui a 4º más utilizado de la plantilla, expresa un nuevo modo de actuar. Ante las dudas los canteranos tienen prioridad. Incluso en detrimento de Isco y Asensio.
“La necesidad favorece a la cantera”, asiente Jorge Valdano. “Cuando yo fui entrenador del Madrid se vivía otro momento de necesidad. Por eso salieron Raúl, Guti, Rivera, Víctor… Nosotros entrenábamos hasta tres veces por semana con un grupo selecto de canteranos para intentar adelantar su adaptación y finalmente para lanzarlos a la jaula de los leones. Yo me encontré con que no había dinero en el club. Cuando me fui, al año siguiente llegaron Illgner, Secretario, Panucci, Mijatovic, Seedorf, Suker, Roberto Carlos… Si uno tiene a su disposición todas esas figuras ya consagradas no apuesta por los jóvenes. Y estos jugadores, como Reguilón, como Carvajal, o como Lucas, ayudan a la consistencia futbolística y sentimental del equipo. Que también es importante en estos momentos donde el fútbol parece no tener raíces”.
La cantera es imprescindible pero no ha sido suficiente. En los últimos 40 años el Madrid no ha logrado competir en Europa sin hacer grandes inversiones en fichajes y salarios. Ahora se observa una tendencia distinta. Desde 2016 el club reduce gastos. Los 250 millones de euros empeñados en contratar futbolistas en este periodo contrastan con los 300 que ha ingresado el club desprendiéndose de figuras como Cristiano. Que desde 2016 el jugador más veterano en llegar —de un total de 20— haya sido Courtois, con 26 años, redunda en un profundo recorte salarial.
Ocho de 27
Miguel Ángel Portugal, que fue entrenador de alguna de las generaciones más prolíficas del Castilla entre 1997 y 2006, señala una transformación: “En los años 70 el canterano no era un recurso para épocas de crisis. Había tres maneras de reforzar el equipo: el jugador bueno español, los tres extranjeros que te permitía el reglamento, y los buenos de la cantera. Actualmente al canterano se le prepara también como fuente de ingresos del club. Antes salir del Madrid era más difícil. Ahora hay tanto dinero en el fútbol que ya no es tan importante que el jugador se prepare para jugar en el Madrid sino para hacer una carrera. La cantera es como un máster”.
Hasta 27 jugadores salidos de la cantera dispusieron de minutos en el primer equipo entre 2012 y 2017. Ocho de ellos permanecen: Casemiro, Carvajal, Nacho, Vallejo, Lucas Vázquez, Marcos Llorente, Mariano y Luca Zidane. Todos menos Nacho y Zidane adquirieron experiencia en equipos europeos de Primera División ante de dar el salto.
“De los que han salido en los últimos tres años, Marcos Llorente es quien tiene mayor potencial”, señala Giráldez. “Es escrupuloso en su preparación, disciplinado. Cuando empezó era mucho más pequeñito que sus compañeros, a veces sus entrenadores no le ponían, y esto le hizo desarrollar un fuerte instinto competitivo. Pasarán dos años pero se hará el amo de allí porque es un gran jugador y tiene una ventaja. Los chicos criados en Madrid se adaptan mejor ya que comprenden el trasfondo político y social del club”.
En las últimas décadas Valdebebas ha dejado de enfocar la Comunidad de Madrid como fuente gratuita de talentos para invertir cantidades cada vez más elevadas en fichar adolescentes extranjeros. Con Juni Calafat como responsable de la captación internacional se ha contratado a Casemiro (6 millones al Sao Paulo), Vinicius (40 millones al Flamengo) o Rodrygo (40 millones al Santos). Las cifras por la adquisición de derechos federatovos sobre niños no han dejado de aumentar.
“Desde la ley Bosman el Madrid tiene un mercado mundial y se hace muy difícil consolidarse en el primer equipo”, explica Valdano. “Estos chicos que pegan el salto de la cantera al primer equipo y ahora desde Brasil o desde Mallorca —como Vinicius y Asensio—, solo tiene sentido que permanezcan si se les da una oportunidad de jugar un mínimo de 30 partidos en la temporada. Porque se evoluciona compitiendo y eso no es fácil cuando la exigencia diaria es tan desproporcionada como la que hay en el Madrid”.
Cómplice de la consolidación de la Quinta del Buitre como jugador, y responsable de la dirección deportiva madridista en los periodos 2000-2004 y 2009-2011, Valdano adquirió condición de padrino de la cantera cuando en 1994 respaldó el salto al primer equipo de Raúl, Guti, Víctor y Rivera. Su receta es sencilla. "Un jugador joven, si no es un genio, está lleno de defectos", dice. "Si tú quieres hacer carrera con ese chico te tienes que enamorar de una virtud. Generalmente los chicos que llegan al primer equipo de un grande tienen una virtud sobresaliente. Y enamorarse de esa virtud significa aportarle la confianza necesaria para que haga muchas veces aquello que sabe hacer. Ahí es donde el entrenador es importante. Muchas veces la manera académica de llevar una cantera te induce a enamorarte de jugadores que no tienen defectos. Para mí lo importante es enamorarte de jugadores que tengan una virtud sobresaliente".
"Esta situación puede aplastar a Vinicius"
“A los pibes hay que ponerlos en momentos buenos porque en momentos malos se queman”, advierte Ángel Cappa, que como segundo entrenador del Madrid de la mano de Valdano, fue testigo directo de la aparición de Raúl, el último futbolista de campo en alcanzar la condición de mito tras salir de la cantera. “Raúl”, prosigue Cappa, “apareció en un momento muy propicio en un equipo en el que todo encajaba”.
“El primer partido oficial fue con el Sevilla”, recuerda el técnico, “a los 15 segundos ganábamos 0-1. A los 15 minutos 0-3. Entonces le dieron una patada a Alfonso y estuvo seis meses lesionado. Ahí aparece Raúl. Él incorporó lo suyo a ese engranaje. En cambio ahora el Madrid está en un momento de incertidumbre. Aparece un joven y en vez de incorporarse a algo armado tiene que ir salvando obstáculos. En vez de favorecerlo, esta situación podría aplastarlo”.
“Nosotros”, concluye Cappa, “llegamos a un Madrid que llevaba cuatro años sin ganar la Liga. Todo lo que hiciéramos era bienvenido. Ahora es al revés. Se ha entrado en una etapa de transición. Vinicius no juega con la tranquilidad de estar amparado en un orden. Él agarra la pelota y quiere regatear a todos los contrarios para salvar la situación y esto conduce a que juega mal. Porque él no es un eslabón más de un colectivo armado sino que lo ponen para que el barco no se hunda. Asume responsabilidades que no le corresponden”.
Arquetipo del canterano contemporáneo, puesto a punto en Valdebebas pero formado en Río de Janeiro, el espolón de la nueva estrategia del Madrid es Vinicius Júnior. Solo tiene 18 años y ocupa la franja izquierda del ataque, nada menos que el solar que liberó Cristiano Ronaldo.
Diego Torres
Madrid, El País
El día que Vinicius disparó a la espalda de Kiko Oliva y la pelota se metió rebotada en la portería del Valladolid a falta de diez minutos para el final, los estrategas del Real Madrid reunidos en el palco del Bernabéu no celebraron la victoria (2-0) con el mismo énfasis con que se alarmaron ante la falta de respuestas del equipo titular para complacer a una hinchada decepcionada tras el 5-1 del Camp Nou. Aquel sábado 3 de noviembre debutó Santiago Solari en el banquillo de Chamartín con un once que incluyó a Casemiro, Kroos, Modric, Bale, Benzema y Asensio, núcleo del proyecto de Florentino Pérez para asaltar la temporada. El presidente confió en que la venta de Cristiano desataría la ambición contenida en jugadores que habían ocupado un lugar más o menos secundario en las conquistas de las últimas Champions. La visita del Valladolid puso término a esta convicción. Desde entonces los dirigentes activan el plan B. Se imparten órdenes de recurrir a la cantera como paso previo a la renovación total. El equipo que este domingo visita Cornellá (Movistar Partidazo, 20:45 horas) es el resultado de este cambio de rumbo.
“En momentos de crisis deportiva y económica salen más jugadores de las canteras, tanto en clubes pequeños como grandes”, dice Alberto Giráldez, director de las categorías inferiores del Madrid hasta 2014. “En situaciones de prosperidad los clubes se fijan menos en los chicos. La Quinta en el 85, Raúl en el 94, Casillas en el 99… todos surgieron en momentos de dificultad”.
Reacio a escuchar las sugerencias que le enviaba el presidente por medio de diversos empleados, Julen Lopetegui frenó la entrada de canteranos en el primer equipo hasta que fue destituido. Santiago Solari, su sucesor en el banquillo, lo enmendó con celeridad. Salvo Nacho y Casemiro, todos los futbolistas con antecedentes de la escuela de Valdebebas han aumentado su participación.
Solari, que venía de dirigir al Castilla y cuya vocación le aproxima más a la administración del semillero que al primer equipo, ha dado 870 minutos de competición a Vinicius, convertido en su jugador número 13º después de ser el 22º en el ránking de reparto de tiempo con Lopetegui. Además, el técnico ha brindado 760 minutos a Llorente, restituido al puesto 15ª después de pasar inadvertido en el 23º; 717 minutos a Reguilón, asentado ya como sustituto de Marcelo; 577 a Valverde, y 346 a Javi Sánchez. Además, ha impulsado el debut de Cristo, Francisco García y Fidalgo en la búsqueda de cómplices que conoce desde hace años. Su preferencia por Lucas Vázquez, de 16º con Lopetegui a 4º más utilizado de la plantilla, expresa un nuevo modo de actuar. Ante las dudas los canteranos tienen prioridad. Incluso en detrimento de Isco y Asensio.
“La necesidad favorece a la cantera”, asiente Jorge Valdano. “Cuando yo fui entrenador del Madrid se vivía otro momento de necesidad. Por eso salieron Raúl, Guti, Rivera, Víctor… Nosotros entrenábamos hasta tres veces por semana con un grupo selecto de canteranos para intentar adelantar su adaptación y finalmente para lanzarlos a la jaula de los leones. Yo me encontré con que no había dinero en el club. Cuando me fui, al año siguiente llegaron Illgner, Secretario, Panucci, Mijatovic, Seedorf, Suker, Roberto Carlos… Si uno tiene a su disposición todas esas figuras ya consagradas no apuesta por los jóvenes. Y estos jugadores, como Reguilón, como Carvajal, o como Lucas, ayudan a la consistencia futbolística y sentimental del equipo. Que también es importante en estos momentos donde el fútbol parece no tener raíces”.
La cantera es imprescindible pero no ha sido suficiente. En los últimos 40 años el Madrid no ha logrado competir en Europa sin hacer grandes inversiones en fichajes y salarios. Ahora se observa una tendencia distinta. Desde 2016 el club reduce gastos. Los 250 millones de euros empeñados en contratar futbolistas en este periodo contrastan con los 300 que ha ingresado el club desprendiéndose de figuras como Cristiano. Que desde 2016 el jugador más veterano en llegar —de un total de 20— haya sido Courtois, con 26 años, redunda en un profundo recorte salarial.
Ocho de 27
Miguel Ángel Portugal, que fue entrenador de alguna de las generaciones más prolíficas del Castilla entre 1997 y 2006, señala una transformación: “En los años 70 el canterano no era un recurso para épocas de crisis. Había tres maneras de reforzar el equipo: el jugador bueno español, los tres extranjeros que te permitía el reglamento, y los buenos de la cantera. Actualmente al canterano se le prepara también como fuente de ingresos del club. Antes salir del Madrid era más difícil. Ahora hay tanto dinero en el fútbol que ya no es tan importante que el jugador se prepare para jugar en el Madrid sino para hacer una carrera. La cantera es como un máster”.
Hasta 27 jugadores salidos de la cantera dispusieron de minutos en el primer equipo entre 2012 y 2017. Ocho de ellos permanecen: Casemiro, Carvajal, Nacho, Vallejo, Lucas Vázquez, Marcos Llorente, Mariano y Luca Zidane. Todos menos Nacho y Zidane adquirieron experiencia en equipos europeos de Primera División ante de dar el salto.
“De los que han salido en los últimos tres años, Marcos Llorente es quien tiene mayor potencial”, señala Giráldez. “Es escrupuloso en su preparación, disciplinado. Cuando empezó era mucho más pequeñito que sus compañeros, a veces sus entrenadores no le ponían, y esto le hizo desarrollar un fuerte instinto competitivo. Pasarán dos años pero se hará el amo de allí porque es un gran jugador y tiene una ventaja. Los chicos criados en Madrid se adaptan mejor ya que comprenden el trasfondo político y social del club”.
En las últimas décadas Valdebebas ha dejado de enfocar la Comunidad de Madrid como fuente gratuita de talentos para invertir cantidades cada vez más elevadas en fichar adolescentes extranjeros. Con Juni Calafat como responsable de la captación internacional se ha contratado a Casemiro (6 millones al Sao Paulo), Vinicius (40 millones al Flamengo) o Rodrygo (40 millones al Santos). Las cifras por la adquisición de derechos federatovos sobre niños no han dejado de aumentar.
“Desde la ley Bosman el Madrid tiene un mercado mundial y se hace muy difícil consolidarse en el primer equipo”, explica Valdano. “Estos chicos que pegan el salto de la cantera al primer equipo y ahora desde Brasil o desde Mallorca —como Vinicius y Asensio—, solo tiene sentido que permanezcan si se les da una oportunidad de jugar un mínimo de 30 partidos en la temporada. Porque se evoluciona compitiendo y eso no es fácil cuando la exigencia diaria es tan desproporcionada como la que hay en el Madrid”.
Cómplice de la consolidación de la Quinta del Buitre como jugador, y responsable de la dirección deportiva madridista en los periodos 2000-2004 y 2009-2011, Valdano adquirió condición de padrino de la cantera cuando en 1994 respaldó el salto al primer equipo de Raúl, Guti, Víctor y Rivera. Su receta es sencilla. "Un jugador joven, si no es un genio, está lleno de defectos", dice. "Si tú quieres hacer carrera con ese chico te tienes que enamorar de una virtud. Generalmente los chicos que llegan al primer equipo de un grande tienen una virtud sobresaliente. Y enamorarse de esa virtud significa aportarle la confianza necesaria para que haga muchas veces aquello que sabe hacer. Ahí es donde el entrenador es importante. Muchas veces la manera académica de llevar una cantera te induce a enamorarte de jugadores que no tienen defectos. Para mí lo importante es enamorarte de jugadores que tengan una virtud sobresaliente".
"Esta situación puede aplastar a Vinicius"
“A los pibes hay que ponerlos en momentos buenos porque en momentos malos se queman”, advierte Ángel Cappa, que como segundo entrenador del Madrid de la mano de Valdano, fue testigo directo de la aparición de Raúl, el último futbolista de campo en alcanzar la condición de mito tras salir de la cantera. “Raúl”, prosigue Cappa, “apareció en un momento muy propicio en un equipo en el que todo encajaba”.
“El primer partido oficial fue con el Sevilla”, recuerda el técnico, “a los 15 segundos ganábamos 0-1. A los 15 minutos 0-3. Entonces le dieron una patada a Alfonso y estuvo seis meses lesionado. Ahí aparece Raúl. Él incorporó lo suyo a ese engranaje. En cambio ahora el Madrid está en un momento de incertidumbre. Aparece un joven y en vez de incorporarse a algo armado tiene que ir salvando obstáculos. En vez de favorecerlo, esta situación podría aplastarlo”.
“Nosotros”, concluye Cappa, “llegamos a un Madrid que llevaba cuatro años sin ganar la Liga. Todo lo que hiciéramos era bienvenido. Ahora es al revés. Se ha entrado en una etapa de transición. Vinicius no juega con la tranquilidad de estar amparado en un orden. Él agarra la pelota y quiere regatear a todos los contrarios para salvar la situación y esto conduce a que juega mal. Porque él no es un eslabón más de un colectivo armado sino que lo ponen para que el barco no se hunda. Asume responsabilidades que no le corresponden”.
Arquetipo del canterano contemporáneo, puesto a punto en Valdebebas pero formado en Río de Janeiro, el espolón de la nueva estrategia del Madrid es Vinicius Júnior. Solo tiene 18 años y ocupa la franja izquierda del ataque, nada menos que el solar que liberó Cristiano Ronaldo.