Bolsonaro prometió luchar contra el narcoterrorismo y la radicalización islámica
George Chaya
Infobae
Según el último censo efectuado en Brasil en 2010, había 35.167 musulmanes viviendo en el país, muchos de ellos concentrados en las ciudades de San Pablo y Foz do Iguazú. Inmigrantes islámicos chiitas recientes han gravitado en las comunidades musulmanas de San Pablo, Curitiba y Foz do Iguazú. A la fecha, en Brasil hay más de treinta y seis mezquitas, centros religiosos islámicos y asociaciones islámicas en todo el territorio brasileño. La nueva administración del presidente Jair Bolsonaro ha informado su compromiso de luchar contra estos flagelos.
Fuentes de la seguridad brasileña han manifestado preocupación por otra tendencia reciente: el aumento de las conversiones religiosas al islam entre los ciudadanos no árabes. Según fuentes y medios musulmanes en Brasil, recientemente se estima que hay cerca de 10.000 personas convertidas al islam viviendo en Brasil.
Durante los últimos 30 años, el Islam se ha hecho cada vez más notable en la sociedad brasileña, ello no solo por la construcción de mezquitas, sino también de bibliotecas, centros de arte, escuelas islámicas y periódicos que publican. Por ejemplo, en la ciudad de Sao Paulo se encuentra la "Sociedad de Beneficencia Musulmana" que alberga la famosa Mezquita de Sao Paolo, la más grande de Brasil.
Varias agencias de prensa y periódicos en Brasil señalan que agentes de Al-Qaeda han estado planeando ataques, recaudando dinero y reclutando seguidores en su país. Los brasileños sostienen que las áreas aisladas y deshabitadas en el norte del país permiten que Al-Qaeda en Brasil (AQB) se entrene en secreto.
Una fuente del nuevo gobierno brasileño sostuvo bajo anonimato que una estructura de clase rígida con pobreza rampante y la corrupción generalizada del gobierno anterior hizo que las condiciones hayan sido las adecuadas para que una teología religiosa extremista se expanda rápidamente en Brasil.
Los cultos radicales practican el adoctrinamiento religioso estricto utilizando técnicas de lavado de cerebro y la retórica religiosa fundamentalista con interpretaciones radicales y distorsionadas. La mayoría de la ciudadanía percibe como muy peligrosa la desidia de la administración anterior sobre este punto. El nuevo gobierno tiene como foco central avanzar sobre el problema, reveló una fuente de seguridad desde Brasilia.
En el pasado y en el presente, varios operativos de alto perfil de Al-Qaeda, como Khaled Hussein Ali, han estado activos en Brasil difundiendo propaganda anti-americana e israelí durante años.
Una investigación reciente de la policía brasileña encontró videos y mensajes de texto dirigidos a los seguidores de Al-Qaeda. El hombre sospechosos (de origen árabe) había creado cuentas de correo electrónico "spam", generadas desde su computadora que promovía el odio a los judíos y los negros.
Brasil es el hogar de una de las mayores poblaciones árabes fuera del Oriente Medio, con la mayoría de ellos viviendo en Sao Paulo y Foz do Iguazu, y es desde allí donde se produce el mayor foco de tráfico de cocaína en la región conocida como la triple frontera (TB), cerca de Argentina y Paraguay.
Segun las agencias de seguridad en la región de la triple frontera habitan unos 12.000 residentes de origen árabe islámico, la mayoría en la ciudad de Foz do Iguazu. El área tambien tiene tráfico activo de armas para los numerosos cárteles criminales de Brasil. El nuevo gobierno sabe que la mayoría de estos cárteles ya poseían armas "de vanguardia" que "superaban" a la policía y el ejército brasileño en todo el país, especialmente en las peligrosas áreas de favelas de país.
Un ejemplo específico de cuánto deberán trabajar la policía y las agencias de seguridad, se aprecia fácilmente en un sector de Sao Paulo apodada "Cracolandia" o "Tierra de crack". El distrito es un área completa de una población estimada en miles de adictos a la cocaína. Una de las características de "Cracolandia" en Sao Paolo, son los graffitis de los señores de la droga, adictos al crack y niños abandonados que socialmente están destinados a seguir la misma suerte que sus padres.
Los actuales funcionarios brasileños han reconocido formalmente que están lidiando con una "epidemia de crack" y un aumento de la violencia relacionada con las drogas. Esto, a pesar del hecho de que pequeñas cantidades de marihuana para uso personal son completamente legales en Brasil.
Las fuentes de los medios de comunicación brasileños señalan que la adicción al crack sobre la cocaína se debe al hecho de que el "crack" es más barato y está disponible. Sin embargo, ambas adicciones han devastado tambien otras ciudades importantes.
Además de la ciudad brasileña de Sao Paulo, numerosas "Cracolandias" han aparecido en todo el país en la última década para incluir una "Cracolandia" en el destino turístico más popular de Brasil: Río de Janeiro. Ya en 2011, la presidenta Dilma Rousseff asignó $ 150 millones de dólares del presupuesto federal de Brasil para combatir la cocaína y el crack. La mayoría de los gastos se destinaron al tratamiento y educación de drogas para los aproximadamente 1,5 millones de adictos al crack en el país.
Una comparación con el manejo de la epidemia de crack-cocaína con el manejo de Al-Qaeda en Brasil (AQB) requiere un análisis simple de la inteligencia sociológica:"Si se piensa que la Policía Federal de Brasil puede suprimir a los agentes de Al-Qaeda o ISIS, extremada y altamente capacitados, entrenados en terrorismo avanzado en las montañas de Afganistán y con experiencia de combate en la guerra Siria que pueden estar integrados en las comunidades brasileñas, la verdad es que se estaría pensando erróneamente".
Más allá de la adicción al crack y el alcoholismo, la adicción al juego también entra en escena. El problema de las apuestas en Brasil, aparentemente benigno, pero altamente adictivo y extremadamente ilegal, se centra en los numerosos salones de juegos de "bingo" del país.
Sobre los Extremistas islámicos en Brasil, las agencias de inteligencia global y los grupos de vigilancia de organizaciones no gubernamentales (ONG´s) han estado preocupados durante años por el hecho de que la región de la triple frontera podría ser un centro de recaudación de fondos para los grupos extremistas islámicos del Hezbollah libanes y el Hamas palestino.
Ambos grupos practican el fundamentalismo islámico radical que utiliza operaciones de secuestro, atentados suicidas y fabricación de explosivos improvisados pero mortales. Sin embargo, Brasil, a pesar de los proyectos legislativos vigentes aun no ha aprobado una legislación contundente y específica contra el terrorismo, Brasil todavía no reconoce a Hezbollah o Hamas como grupos terroristas, y la gestión de gobierno del Partido de los Trabajadores disolvió el servicio anti-terrorista de la Policía Federal en 2009. Algo que el nuevo presidente Jair Bolsonaro, ha mencionado como un servicio que comenzará a operar nuevamente.
Los analistas coinciden en que la Resistencia Islámica en el Líbano, con el tema de Hezbollah, comenzó su infiltración en América Latina a mediados de la década de 1980, estableciendo su primer bastión importante en la triple frontera, una región relativamente sin ley en las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay. Desde esta base en el corazón de América del Sur, Hezbollah estableció empresas ilícitas para financiar sus operaciones en el Oriente Medio y en otros lugares.
Los tipos actuales de actividades delictivas discutidas en la región de la triple frontera por fuentes brasileñas incluyen lavado de dinero, falsificación de ropa de marca, perfumes, crema facial para mujeres, joyas (relojes), piratería de películas en DVD y programas informáticos y tráfico de cigarrillos y drogas, principalmente cocaína.
Las autoridades policiales brasileñas en San Pablo detuvieron, años atrás, a un ciudadano árabe que tenía un sitio web cuyo foro incluía una brutal retórica antiestadounidense escrita en árabe. El hombre fue considerado un islamista clave en la campaña de propaganda de las redes sociales de Al Qaeda. Además de cerrar el sitio web extremista, la policía brasileña también incautó sus computadoras para determinar cualquier relación con otras redes terroristas. Los fiscales brasileños describieron el contenido del sitio web como "deplorable" y colmado de mensajes sobre el odio a los estadounidenses y a los judíos.
Sin embargo, los oficiales de seguridad se sintieron frustrados porque el sospechoso tuvo que ser liberado en 21 días por tener una residencia fija y legal en Brasil. La policía sostuvo entonces que la persona pudo ser acusada bajo las leyes brasileñas que penalizan la promoción electrónica de la intolerancia racial. Cuando se presionó para obtener más información, el gobierno de Rousseff descomprimió la investigación y no se mostró colaborativo con las autoridades de seguridad estadounidenses.
Los funcionarios de seguridad de la administración de Bolsonaro han manifestado que las cosas cambiarán en adelante y se difundirá toda la información sobre cómo los terroristas islámicos se han infiltrado en el país, se los buscara y se los neutralizará.
El nuevo Director de Inteligencia de la Policía Federal de Brasil presentó un esquema de subversión terrorista islámica radical en Brasil: en la que los extremistas religiosos utilizaron a Brasil como una "parada" para evitar la detección en el país más grande de América Latina y la población más poblada, la ciudad de San Pablo, en muchos casos, elementos islamistas se han casado con prostitutas y adoptaron hijos para obtener la residencia legal en el país.
Utilizaron también una retórica islámica seductora promoviendo una vida mejor para los pobres de Brasil, y una vez atrincherados en suelo brasileño, los terroristas comenzaron a planear atacar objetivos en el exterior. Actualmente, las agencias de seguridad dicen tener información creíble de que muchos islamistas se han asociado a movimientos terroristas de izquierda para ese cometido y también con grupos de delincuentes y narcotraficantes poderosos.
Otro problema que ha denunciado la nueva administración del gobierno anterior es la negativa de la existencia de la amenaza terrorista en su país. A pesar de que un presunto miembro de Al Qaeda tenía dos casas en San Pablo y coordinó el llamado "batallón de redes sociales" de yihadistas. Sin embargo, los temas de las redes sociales de Internet se transformaron en "sitios web de redes sociales" para reclutamiento, logística, capacitación en comunicación y "llamadas a la acción" para alcanzar objetivos terroristas y nada se hizo al respecto desde la administración de Rousseff, que manifestó siempre un ligero desinterés por el movimiento islámico radical en Brasil, porque sostuvo que Al Qaeda no tenía intención de atacar a su país anfitrión.
Bolsonaro no permitirá que país católico liberal marche a una rígida sociedad islámica en Brasil
El sitio web discoveringislam.org presenta videos en Internet de brasileños de fe católica tradicional que recientemente se han convertido al islam. Los videos de moda en línea muestran una amplia gama de testimonios de conversos, desde una joven brasileña hasta un ex pastor evangélico, ambos comprometidos con su nueva fe islámica. Otro clip de medios de comunicación destaca cómo diecinueve personas se convirtieron al islam durante la celebración de Brasil del torneo internacional de fútbol de la Copa Mundial.
Esto será lo que no permitirá la nueva administración, indicó el círculo más estrecho del nuevo presidente. No se permitirá que un país católico liberal marche a una rígida sociedad islámica en Brasil.
Se desconoce si los miles de religiosos conversos al islam dentro de Brasil se produjeron a partir de una mera ilustración de la religión islámica, un alejamiento de la doctrina católica o simplemente un rechazo de la cultura brasileña. Sin embargo, las "conversiones" rápidas al islam serán observadas muy de cerca, declaró un funcionario de la policía. No aceptaremos la "radicalización" que generalmente sienta las bases para una teología extremista islámica conducente a acciones terroristas.
Brasil ha negado repetidamente la actividad terrorista dentro de la República, a pesar del hecho de que Hezbollah tiene células importantes operando en el país e incluso hay algunos operativos de Al Qaeda.
Aunque Hezbollah y Al Qaeda provienen de diferentes y hostiles ramas del islam, esto no es un obstáculo para que las dos organizaciones formen alianzas de conveniencia que busquen alcanzar objetivos comunes contra un adversario "común", los Estados Unidos. "Nuestras fuerzas trabajarán muy distinto a lo que hizo el Gobierno anterior", dijo a la prensa un funcionario de Seguridad Interior en Brasilia.
La región de TB tiene rasgos acentuados de crimen organizado y falta de ley que la hacen particularmente atractiva para generar ingresos para financiar actividades terroristas. Dijo el vocero de la Policía Federal.
En comparación, el país vecino de Brasil, Argentina, ya experimentó la misma tendencia de los extremistas islámicos en los años noventa. Dos incidentes que ponen de relieve el peligro del islamismo radical en América Latina fueron los asesinatos de veintinueve personas por un atentado suicida con bomba en la embajada israelí en Buenos Aires en 1992 y el asesinato de noventa y cinco en un atentado en el Centro Comunitario Judío (AMIA) en 1994.
Específicamente, la teología extremista religiosa de Hezbollah o Al Qaeda es un dogma social negativo en Brasil y la región. Factores adicionales como la pobreza, la discriminación y la ineficiencia permitirán que los islamistas radicales se multipliquen y que la teología terrorista islamista se convierta en un peligroso movimiento social en Brasil.
El análisis del terreno humano y la inteligencia sociológica señalan que ambos grupos se ha incrustado en comunidades islámicas benévolas y pacíficas de Brasil. No creer que ellos están activos en Brasil y la región es un problema social importante y una grave falla de la inteligencia.
Infobae
Según el último censo efectuado en Brasil en 2010, había 35.167 musulmanes viviendo en el país, muchos de ellos concentrados en las ciudades de San Pablo y Foz do Iguazú. Inmigrantes islámicos chiitas recientes han gravitado en las comunidades musulmanas de San Pablo, Curitiba y Foz do Iguazú. A la fecha, en Brasil hay más de treinta y seis mezquitas, centros religiosos islámicos y asociaciones islámicas en todo el territorio brasileño. La nueva administración del presidente Jair Bolsonaro ha informado su compromiso de luchar contra estos flagelos.
Fuentes de la seguridad brasileña han manifestado preocupación por otra tendencia reciente: el aumento de las conversiones religiosas al islam entre los ciudadanos no árabes. Según fuentes y medios musulmanes en Brasil, recientemente se estima que hay cerca de 10.000 personas convertidas al islam viviendo en Brasil.
Durante los últimos 30 años, el Islam se ha hecho cada vez más notable en la sociedad brasileña, ello no solo por la construcción de mezquitas, sino también de bibliotecas, centros de arte, escuelas islámicas y periódicos que publican. Por ejemplo, en la ciudad de Sao Paulo se encuentra la "Sociedad de Beneficencia Musulmana" que alberga la famosa Mezquita de Sao Paolo, la más grande de Brasil.
Varias agencias de prensa y periódicos en Brasil señalan que agentes de Al-Qaeda han estado planeando ataques, recaudando dinero y reclutando seguidores en su país. Los brasileños sostienen que las áreas aisladas y deshabitadas en el norte del país permiten que Al-Qaeda en Brasil (AQB) se entrene en secreto.
Una fuente del nuevo gobierno brasileño sostuvo bajo anonimato que una estructura de clase rígida con pobreza rampante y la corrupción generalizada del gobierno anterior hizo que las condiciones hayan sido las adecuadas para que una teología religiosa extremista se expanda rápidamente en Brasil.
Los cultos radicales practican el adoctrinamiento religioso estricto utilizando técnicas de lavado de cerebro y la retórica religiosa fundamentalista con interpretaciones radicales y distorsionadas. La mayoría de la ciudadanía percibe como muy peligrosa la desidia de la administración anterior sobre este punto. El nuevo gobierno tiene como foco central avanzar sobre el problema, reveló una fuente de seguridad desde Brasilia.
En el pasado y en el presente, varios operativos de alto perfil de Al-Qaeda, como Khaled Hussein Ali, han estado activos en Brasil difundiendo propaganda anti-americana e israelí durante años.
Una investigación reciente de la policía brasileña encontró videos y mensajes de texto dirigidos a los seguidores de Al-Qaeda. El hombre sospechosos (de origen árabe) había creado cuentas de correo electrónico "spam", generadas desde su computadora que promovía el odio a los judíos y los negros.
Brasil es el hogar de una de las mayores poblaciones árabes fuera del Oriente Medio, con la mayoría de ellos viviendo en Sao Paulo y Foz do Iguazu, y es desde allí donde se produce el mayor foco de tráfico de cocaína en la región conocida como la triple frontera (TB), cerca de Argentina y Paraguay.
Segun las agencias de seguridad en la región de la triple frontera habitan unos 12.000 residentes de origen árabe islámico, la mayoría en la ciudad de Foz do Iguazu. El área tambien tiene tráfico activo de armas para los numerosos cárteles criminales de Brasil. El nuevo gobierno sabe que la mayoría de estos cárteles ya poseían armas "de vanguardia" que "superaban" a la policía y el ejército brasileño en todo el país, especialmente en las peligrosas áreas de favelas de país.
Un ejemplo específico de cuánto deberán trabajar la policía y las agencias de seguridad, se aprecia fácilmente en un sector de Sao Paulo apodada "Cracolandia" o "Tierra de crack". El distrito es un área completa de una población estimada en miles de adictos a la cocaína. Una de las características de "Cracolandia" en Sao Paolo, son los graffitis de los señores de la droga, adictos al crack y niños abandonados que socialmente están destinados a seguir la misma suerte que sus padres.
Los actuales funcionarios brasileños han reconocido formalmente que están lidiando con una "epidemia de crack" y un aumento de la violencia relacionada con las drogas. Esto, a pesar del hecho de que pequeñas cantidades de marihuana para uso personal son completamente legales en Brasil.
Las fuentes de los medios de comunicación brasileños señalan que la adicción al crack sobre la cocaína se debe al hecho de que el "crack" es más barato y está disponible. Sin embargo, ambas adicciones han devastado tambien otras ciudades importantes.
Además de la ciudad brasileña de Sao Paulo, numerosas "Cracolandias" han aparecido en todo el país en la última década para incluir una "Cracolandia" en el destino turístico más popular de Brasil: Río de Janeiro. Ya en 2011, la presidenta Dilma Rousseff asignó $ 150 millones de dólares del presupuesto federal de Brasil para combatir la cocaína y el crack. La mayoría de los gastos se destinaron al tratamiento y educación de drogas para los aproximadamente 1,5 millones de adictos al crack en el país.
Una comparación con el manejo de la epidemia de crack-cocaína con el manejo de Al-Qaeda en Brasil (AQB) requiere un análisis simple de la inteligencia sociológica:"Si se piensa que la Policía Federal de Brasil puede suprimir a los agentes de Al-Qaeda o ISIS, extremada y altamente capacitados, entrenados en terrorismo avanzado en las montañas de Afganistán y con experiencia de combate en la guerra Siria que pueden estar integrados en las comunidades brasileñas, la verdad es que se estaría pensando erróneamente".
Más allá de la adicción al crack y el alcoholismo, la adicción al juego también entra en escena. El problema de las apuestas en Brasil, aparentemente benigno, pero altamente adictivo y extremadamente ilegal, se centra en los numerosos salones de juegos de "bingo" del país.
Sobre los Extremistas islámicos en Brasil, las agencias de inteligencia global y los grupos de vigilancia de organizaciones no gubernamentales (ONG´s) han estado preocupados durante años por el hecho de que la región de la triple frontera podría ser un centro de recaudación de fondos para los grupos extremistas islámicos del Hezbollah libanes y el Hamas palestino.
Ambos grupos practican el fundamentalismo islámico radical que utiliza operaciones de secuestro, atentados suicidas y fabricación de explosivos improvisados pero mortales. Sin embargo, Brasil, a pesar de los proyectos legislativos vigentes aun no ha aprobado una legislación contundente y específica contra el terrorismo, Brasil todavía no reconoce a Hezbollah o Hamas como grupos terroristas, y la gestión de gobierno del Partido de los Trabajadores disolvió el servicio anti-terrorista de la Policía Federal en 2009. Algo que el nuevo presidente Jair Bolsonaro, ha mencionado como un servicio que comenzará a operar nuevamente.
Los analistas coinciden en que la Resistencia Islámica en el Líbano, con el tema de Hezbollah, comenzó su infiltración en América Latina a mediados de la década de 1980, estableciendo su primer bastión importante en la triple frontera, una región relativamente sin ley en las fronteras de Argentina, Brasil y Paraguay. Desde esta base en el corazón de América del Sur, Hezbollah estableció empresas ilícitas para financiar sus operaciones en el Oriente Medio y en otros lugares.
Los tipos actuales de actividades delictivas discutidas en la región de la triple frontera por fuentes brasileñas incluyen lavado de dinero, falsificación de ropa de marca, perfumes, crema facial para mujeres, joyas (relojes), piratería de películas en DVD y programas informáticos y tráfico de cigarrillos y drogas, principalmente cocaína.
Las autoridades policiales brasileñas en San Pablo detuvieron, años atrás, a un ciudadano árabe que tenía un sitio web cuyo foro incluía una brutal retórica antiestadounidense escrita en árabe. El hombre fue considerado un islamista clave en la campaña de propaganda de las redes sociales de Al Qaeda. Además de cerrar el sitio web extremista, la policía brasileña también incautó sus computadoras para determinar cualquier relación con otras redes terroristas. Los fiscales brasileños describieron el contenido del sitio web como "deplorable" y colmado de mensajes sobre el odio a los estadounidenses y a los judíos.
Sin embargo, los oficiales de seguridad se sintieron frustrados porque el sospechoso tuvo que ser liberado en 21 días por tener una residencia fija y legal en Brasil. La policía sostuvo entonces que la persona pudo ser acusada bajo las leyes brasileñas que penalizan la promoción electrónica de la intolerancia racial. Cuando se presionó para obtener más información, el gobierno de Rousseff descomprimió la investigación y no se mostró colaborativo con las autoridades de seguridad estadounidenses.
Los funcionarios de seguridad de la administración de Bolsonaro han manifestado que las cosas cambiarán en adelante y se difundirá toda la información sobre cómo los terroristas islámicos se han infiltrado en el país, se los buscara y se los neutralizará.
El nuevo Director de Inteligencia de la Policía Federal de Brasil presentó un esquema de subversión terrorista islámica radical en Brasil: en la que los extremistas religiosos utilizaron a Brasil como una "parada" para evitar la detección en el país más grande de América Latina y la población más poblada, la ciudad de San Pablo, en muchos casos, elementos islamistas se han casado con prostitutas y adoptaron hijos para obtener la residencia legal en el país.
Utilizaron también una retórica islámica seductora promoviendo una vida mejor para los pobres de Brasil, y una vez atrincherados en suelo brasileño, los terroristas comenzaron a planear atacar objetivos en el exterior. Actualmente, las agencias de seguridad dicen tener información creíble de que muchos islamistas se han asociado a movimientos terroristas de izquierda para ese cometido y también con grupos de delincuentes y narcotraficantes poderosos.
Otro problema que ha denunciado la nueva administración del gobierno anterior es la negativa de la existencia de la amenaza terrorista en su país. A pesar de que un presunto miembro de Al Qaeda tenía dos casas en San Pablo y coordinó el llamado "batallón de redes sociales" de yihadistas. Sin embargo, los temas de las redes sociales de Internet se transformaron en "sitios web de redes sociales" para reclutamiento, logística, capacitación en comunicación y "llamadas a la acción" para alcanzar objetivos terroristas y nada se hizo al respecto desde la administración de Rousseff, que manifestó siempre un ligero desinterés por el movimiento islámico radical en Brasil, porque sostuvo que Al Qaeda no tenía intención de atacar a su país anfitrión.
Bolsonaro no permitirá que país católico liberal marche a una rígida sociedad islámica en Brasil
El sitio web discoveringislam.org presenta videos en Internet de brasileños de fe católica tradicional que recientemente se han convertido al islam. Los videos de moda en línea muestran una amplia gama de testimonios de conversos, desde una joven brasileña hasta un ex pastor evangélico, ambos comprometidos con su nueva fe islámica. Otro clip de medios de comunicación destaca cómo diecinueve personas se convirtieron al islam durante la celebración de Brasil del torneo internacional de fútbol de la Copa Mundial.
Esto será lo que no permitirá la nueva administración, indicó el círculo más estrecho del nuevo presidente. No se permitirá que un país católico liberal marche a una rígida sociedad islámica en Brasil.
Se desconoce si los miles de religiosos conversos al islam dentro de Brasil se produjeron a partir de una mera ilustración de la religión islámica, un alejamiento de la doctrina católica o simplemente un rechazo de la cultura brasileña. Sin embargo, las "conversiones" rápidas al islam serán observadas muy de cerca, declaró un funcionario de la policía. No aceptaremos la "radicalización" que generalmente sienta las bases para una teología extremista islámica conducente a acciones terroristas.
Brasil ha negado repetidamente la actividad terrorista dentro de la República, a pesar del hecho de que Hezbollah tiene células importantes operando en el país e incluso hay algunos operativos de Al Qaeda.
Aunque Hezbollah y Al Qaeda provienen de diferentes y hostiles ramas del islam, esto no es un obstáculo para que las dos organizaciones formen alianzas de conveniencia que busquen alcanzar objetivos comunes contra un adversario "común", los Estados Unidos. "Nuestras fuerzas trabajarán muy distinto a lo que hizo el Gobierno anterior", dijo a la prensa un funcionario de Seguridad Interior en Brasilia.
La región de TB tiene rasgos acentuados de crimen organizado y falta de ley que la hacen particularmente atractiva para generar ingresos para financiar actividades terroristas. Dijo el vocero de la Policía Federal.
En comparación, el país vecino de Brasil, Argentina, ya experimentó la misma tendencia de los extremistas islámicos en los años noventa. Dos incidentes que ponen de relieve el peligro del islamismo radical en América Latina fueron los asesinatos de veintinueve personas por un atentado suicida con bomba en la embajada israelí en Buenos Aires en 1992 y el asesinato de noventa y cinco en un atentado en el Centro Comunitario Judío (AMIA) en 1994.
Específicamente, la teología extremista religiosa de Hezbollah o Al Qaeda es un dogma social negativo en Brasil y la región. Factores adicionales como la pobreza, la discriminación y la ineficiencia permitirán que los islamistas radicales se multipliquen y que la teología terrorista islamista se convierta en un peligroso movimiento social en Brasil.
El análisis del terreno humano y la inteligencia sociológica señalan que ambos grupos se ha incrustado en comunidades islámicas benévolas y pacíficas de Brasil. No creer que ellos están activos en Brasil y la región es un problema social importante y una grave falla de la inteligencia.