Vladimir Putin advirtió que no permitirá una repetición en Rusia de los disturbios de los "chalecos amarillos" en París
El mandatario hizo el comentario como respuesta a los cuestionamientos en su contra surgidos por la detención del activista ruso Lev Ponomariov, acusado de convocar a una protesta
Infobae
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el martes de que no permitirá la celebración de protestas no autorizadas, ya que quiere evitar la repetición en Rusia de disturbios como los provocados en Francia por los "chalecos amarillos"
"Nosotros no queremos que ocurran sucesos parecidos a los de París, donde cogen adoquines, queman todo lo que se encuentran por delante y el país desemboca en un estado de emergencia", dijo Putin durante la reunión del Consejo de Derechos Humanos adscrito al Kremlin.
Putin respondió así cuando los miembros del consejo le pidieron que intercediera para lograr la puesta en libertad del conocido activista ruso Lev Ponomariov, que fue condenado a 16 días de arresto por llamar a protesta en Facebook, sentencia que fue condenada dentro y fuera de Rusia.
Prometió que hablaría con el fiscal general, Yuri Chaika, pero recordó que Ponomariov fue detenido y arrestado por llamamientos a participar en un "mitin no autorizado".
"Poner ahora en duda la justicia de una decisión tomada por un tribunal es muy difícil para mí, es simplemente imposible", aseguró.
La pasada semana el juzgado del distrito Tverskói de Moscú aceptó rebajar de 25 a 16 días el arresto administrativo dictado contra Ponomariov, que acusó a las autoridades de encerrarle por criticar insistentemente los excesos del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), pero se negó a ponerle en libertad.
Tanto Amnistía Internacional (AI) y la Defensora del Pueblo ruso, Tatiana Moskalkova, como el presidente de la Comisión de derechos humanos del Kremlin, Mijaíl Fedótov, y varios políticos opositores han exigido la inmediata liberación del activista, de 77 años.
El mitin en cuestión fue convocado a finales de octubre en apoyo de varios jóvenes imputados en dos casos penales por presunto extremismo y terrorismo, que podrían ser condenados a entre 5 y 10 años de prisión, y que denuncian que las fuerzas de seguridad les arrancaron confesiones de culpabilidad mediante torturas.
Al respecto, Putin aceptó el martes la propuesta de Fedótov de "comprobar" las denuncias de los jóvenes imputados contra los agentes del FSB.
"Vamos a mirarlo atentamente. Es algo que me preocupa, me preocupa realmente. Es algo inadmisible", dijo Putin, quien fue criticado por activistas y opositores por acudir a la capilla ardiente de la nonagenaria defensora de los derechos humanos Ludmila Alexéyeva, cuando tiene lugar una campaña de persecución de los derechos básicos en el país.
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El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el martes de que no permitirá la celebración de protestas no autorizadas, ya que quiere evitar la repetición en Rusia de disturbios como los provocados en Francia por los "chalecos amarillos"
"Nosotros no queremos que ocurran sucesos parecidos a los de París, donde cogen adoquines, queman todo lo que se encuentran por delante y el país desemboca en un estado de emergencia", dijo Putin durante la reunión del Consejo de Derechos Humanos adscrito al Kremlin.
Putin respondió así cuando los miembros del consejo le pidieron que intercediera para lograr la puesta en libertad del conocido activista ruso Lev Ponomariov, que fue condenado a 16 días de arresto por llamar a protesta en Facebook, sentencia que fue condenada dentro y fuera de Rusia.
Prometió que hablaría con el fiscal general, Yuri Chaika, pero recordó que Ponomariov fue detenido y arrestado por llamamientos a participar en un "mitin no autorizado".
"Poner ahora en duda la justicia de una decisión tomada por un tribunal es muy difícil para mí, es simplemente imposible", aseguró.
La pasada semana el juzgado del distrito Tverskói de Moscú aceptó rebajar de 25 a 16 días el arresto administrativo dictado contra Ponomariov, que acusó a las autoridades de encerrarle por criticar insistentemente los excesos del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), pero se negó a ponerle en libertad.
Tanto Amnistía Internacional (AI) y la Defensora del Pueblo ruso, Tatiana Moskalkova, como el presidente de la Comisión de derechos humanos del Kremlin, Mijaíl Fedótov, y varios políticos opositores han exigido la inmediata liberación del activista, de 77 años.
El mitin en cuestión fue convocado a finales de octubre en apoyo de varios jóvenes imputados en dos casos penales por presunto extremismo y terrorismo, que podrían ser condenados a entre 5 y 10 años de prisión, y que denuncian que las fuerzas de seguridad les arrancaron confesiones de culpabilidad mediante torturas.
Al respecto, Putin aceptó el martes la propuesta de Fedótov de "comprobar" las denuncias de los jóvenes imputados contra los agentes del FSB.
"Vamos a mirarlo atentamente. Es algo que me preocupa, me preocupa realmente. Es algo inadmisible", dijo Putin, quien fue criticado por activistas y opositores por acudir a la capilla ardiente de la nonagenaria defensora de los derechos humanos Ludmila Alexéyeva, cuando tiene lugar una campaña de persecución de los derechos básicos en el país.