Tras las masivas protestas de los "chalecos amarillos", Macron decretó el estado de emergencia económico y social
El presidente de Francia aseguró que "entiende la rabia" de los manifestantes y pidió “un nuevo contrato para la Nación”. Adelantó que mañana presentará ante el Parlamento un paquete de medidas económicas
Infobae
Macron reconoció que sus palabras "han herido a algunos" en el pasado y consideró justificado el descontento que ha provocado las protestas, por lo que anunció que decreta un "estado de emergencia económico y social" para hacerle frente.
El jefe del Estado hizo los anuncios en una alocución televisada con la que rompió más de una semana de mutismo frente a la crisis más grave de sus diecinueve meses de mandato.
El mandatario adelantó un paquete económico que presentará mañana ante el Parlamento, que incluye el aumento de 100 euros en el salario mínimo a partir de 2019. Además, anunció que cancelará uno de los impuestos a los jubilados que cobren la pensión mínima y que las horas extras ya no pagarán impuestos ni cargas sociales. También, pidió a los empleadores que otorguen un premio de fin de año, que tampoco tributará.
Por el contrario, no aceptó reinstaurar el impuesto sobre la fortuna (ISF), que lo pagaban aquellos con un patrimonio neto imponible superior a los 1,3 millones de euros y que fue sustituido por un impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI).
"Queremos una Francia donde una persona pueda vivir dignamente de su trabajo. Pido al Gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario", concluyó sobre el conjunto de medidas previstas, que fueron acompañadas de una condena a los actos de violencia registrados en las protestas.
Horas antes de esa intervención, reunió en el Elíseo a patronal y sindicatos, junto a miembros de su gobierno y a los presidentes de las cámaras parlamentarias y de otras instituciones, para escuchar sus propuestas y hablar de las iniciativas que puedan poner fin a las manifestaciones.
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Macron reconoció que sus palabras "han herido a algunos" en el pasado y consideró justificado el descontento que ha provocado las protestas, por lo que anunció que decreta un "estado de emergencia económico y social" para hacerle frente.
El jefe del Estado hizo los anuncios en una alocución televisada con la que rompió más de una semana de mutismo frente a la crisis más grave de sus diecinueve meses de mandato.
El mandatario adelantó un paquete económico que presentará mañana ante el Parlamento, que incluye el aumento de 100 euros en el salario mínimo a partir de 2019. Además, anunció que cancelará uno de los impuestos a los jubilados que cobren la pensión mínima y que las horas extras ya no pagarán impuestos ni cargas sociales. También, pidió a los empleadores que otorguen un premio de fin de año, que tampoco tributará.
Por el contrario, no aceptó reinstaurar el impuesto sobre la fortuna (ISF), que lo pagaban aquellos con un patrimonio neto imponible superior a los 1,3 millones de euros y que fue sustituido por un impuesto sobre la fortuna inmobiliaria (IFI).
"Queremos una Francia donde una persona pueda vivir dignamente de su trabajo. Pido al Gobierno y al Parlamento que hagan lo necesario", concluyó sobre el conjunto de medidas previstas, que fueron acompañadas de una condena a los actos de violencia registrados en las protestas.
Horas antes de esa intervención, reunió en el Elíseo a patronal y sindicatos, junto a miembros de su gobierno y a los presidentes de las cámaras parlamentarias y de otras instituciones, para escuchar sus propuestas y hablar de las iniciativas que puedan poner fin a las manifestaciones.