La supuesta agente rusa Maria Butina prepara su declaración de culpabilidad

La espía, de 30 años, trató de establecer canales de comunicación entre políticos estadounidenses y Moscú antes de las elecciones de 2016

Yolanda Monge
Washington, El País
Acusada de actuar secretamente como agente del Kremlin y encarcelada en régimen de aislamiento en una prisión de Virginia desde julio pasado, la ciudadana rusa Maria Butina ha solicitado este lunes una audiencia lo antes posible para cambiar su declaración inicial de inocencia. El documento, presentado en el juzgado por su abogado y el fiscal de EE UU para el Distrito de Columbia, no deja claro si Butina se declarará culpable de uno o de los dos delitos de los que está acusada, y que juntos pueden representar una pena de hasta 15 años de prisión. Tampoco se conoce si Butina ha aceptado aportar información a la Fiscalía. La investigación es independiente de la que lleva a cabo el fiscal especial para la trama rusa, Robert Mueller.


Butina, 30 años, fue detenida en Washington el verano pasado y acusada de conspiración por actuar como una agente extranjera no registrada en Estados Unidos. Según la acusación, el objetivo de la joven rusa era infiltrarse en el aparato político norteamericano y establecer canales de comunicación secretos entre “políticos estadounidenses” y Rusia. Maria Butina entró en el país con un visado para estudiar en la American University (Washington), pero nunca lo hizo. Entre 2015 y febrero de 2017, habría trabajado bajo las órdenes del alto funcionario del banco central ruso, Alexander Torshin. Tanto Butina como Torshin se declaraban fervientes admiradores y seguidores la poderosa Asociación Nacional del Rifle (NRA, por siglas en inglés).

Si acusación y defensa llegan a un acuerdo, el caso —que ocupó muchos titulares, hasta el punto de que llegó a decirse que la joven había ofrecido sexo para infiltrarse en grupos de presión estadounidense, algo que el Gobierno desmintió después—, quedaría cerrado.

Durante la campaña electoral de 2016 que acabó con la victoria del republicano Donald Trump y la derrota de la demócrata Hillary Clinton, Butina estuvo involucrada en varios eventos que ahora estudia la Fiscalía. Por ejemplo, en un acto en julio de 2015, Butina pudo conversar brevemente con Trump en un acto electoral sobre su visión de política exterior. El hoy presidente mencionó entonces al presidente ruso, Vladímir Putin y dijo que se llevaba “muy bien” con él.

En mayo de 2016, cuando la todopoderosa NRA celebraba su convención en Louisville (Kentucky), Butina se reunió con Donald Trump hijo durante una cena y, según el abogado de este último, mantuvieron una conversación sin importancia sobre las armas. En el escrito de acusación del FBI contra Butina se lee: “Los contactos podían ser usados por la Federación Rusa para penetrar el aparato de toma de decisiones de EE UU y hacer avanzar la agenda de la Federación Rusa”.

De las 33 personas acusadas por el fiscal especial Mueller —además de tres empresas—, 12 son oficiales de la inteligencia rusa imputados por piratear y distribuir documentos relacionados con la demócrata Clinton con el objetivo de interferir en los comicios presidenciales de noviembre de 2016.

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