Isco se crea más enemigos
Se encaró con el Bernabéu y le hizo un feo al club al rechazar el brazalete. Marcelo, volvió a tirarle de las orejas: "Cuando te pitan, está claro que tienes que cambiar algo...".
Carlos Forjanes
As
Isco empieza a quedarse sin aliados en el Real Madrid. Su divorcio con Solari estalló en Roma, ayer se enfrentó de manera pública al Bernabéu al grito de “¡Qué queréis!” y terminó haciéndole un feo al club: rechazó al brazalete de capitán...
La noche fue particularmente tétrica para el malagueño. En su anterior presencia en Concha Espina llamó a la paz con un doblete al Melilla en Copa. Pero el CSKA lo volatilizó todo. Con 0-2, en el minuto 54, el Bernabéu perdió la paciencia con Isco cuando prefirió terminar él mismo una gran ocasión (el chut se le marchó fuera) en vez de pasarle la pelota a Vinicius. Los pitos atronaron y el 22 madridista se encaró con la grada: “¡Qué queréis, qué queréis!”, se le pudo leer en los labios en las imágenes de televisión.
Desde ese momento, Isco pasó a estar en la diana del público. Cada vez que tocó la pelota o la perdía (hasta 22 pérdidas, el que más del partido) recibió silbidos. Respondió con pasividad. Pero el enfado de Isco fue in crescendo hasta el punto de que no quiso ser el capitán durante los últimos minutos. Marcelo, al ser sustuido, le dio el brazalete a Carvajal... cuando el siguiente en el escalafón era precisamente Isco. Preguntado por ese detalle, el brasileño, segundo capitán, dejó en evidencia a su compañero: “Intenté dárselo a Isco, pero dijo que se lo diera a Carvajal, el porqué no lo sé”. La fractura llega también al vestuario de Solari.
Porque el incidente del brazalete había venido con preludio ante los micrófonos. “¿Pitos? Los pitos no eran sólo para él, eran para todos, también me pitaron a mí”, analizó Marcelo: “Pero cuando el público te pita, está claro que tienes que cambiar algo...”. La sucesión de tirones de orejas del lateral al internacional español empezó en Roma. Isco se quedó fuera de la convocatoria pese a viajar y Marcelo insinuó, como motivo, una falta de esfuerzo: “Somos mayores, sabemos lo que tenemos que hacer. Hay que trabajar. No digo que Isco no trabaje pero el fútbol es así. Ver en lo que estás fallando y mejorar”.
La confesión de Marcelo sobre el brazalete descafeinó la anterior intervención de Butragueño (“Pitar a uno de los nuestros nos debilita”) y acentuó la media explicación que ofreció Solari (“Los pitos no nos gustan a nadie, pero no estuvimos bien y lo tenemos que asumir”). Isco se queda solo en su particular El Álamo.
Carlos Forjanes
As
Isco empieza a quedarse sin aliados en el Real Madrid. Su divorcio con Solari estalló en Roma, ayer se enfrentó de manera pública al Bernabéu al grito de “¡Qué queréis!” y terminó haciéndole un feo al club: rechazó al brazalete de capitán...
La noche fue particularmente tétrica para el malagueño. En su anterior presencia en Concha Espina llamó a la paz con un doblete al Melilla en Copa. Pero el CSKA lo volatilizó todo. Con 0-2, en el minuto 54, el Bernabéu perdió la paciencia con Isco cuando prefirió terminar él mismo una gran ocasión (el chut se le marchó fuera) en vez de pasarle la pelota a Vinicius. Los pitos atronaron y el 22 madridista se encaró con la grada: “¡Qué queréis, qué queréis!”, se le pudo leer en los labios en las imágenes de televisión.
Desde ese momento, Isco pasó a estar en la diana del público. Cada vez que tocó la pelota o la perdía (hasta 22 pérdidas, el que más del partido) recibió silbidos. Respondió con pasividad. Pero el enfado de Isco fue in crescendo hasta el punto de que no quiso ser el capitán durante los últimos minutos. Marcelo, al ser sustuido, le dio el brazalete a Carvajal... cuando el siguiente en el escalafón era precisamente Isco. Preguntado por ese detalle, el brasileño, segundo capitán, dejó en evidencia a su compañero: “Intenté dárselo a Isco, pero dijo que se lo diera a Carvajal, el porqué no lo sé”. La fractura llega también al vestuario de Solari.
Porque el incidente del brazalete había venido con preludio ante los micrófonos. “¿Pitos? Los pitos no eran sólo para él, eran para todos, también me pitaron a mí”, analizó Marcelo: “Pero cuando el público te pita, está claro que tienes que cambiar algo...”. La sucesión de tirones de orejas del lateral al internacional español empezó en Roma. Isco se quedó fuera de la convocatoria pese a viajar y Marcelo insinuó, como motivo, una falta de esfuerzo: “Somos mayores, sabemos lo que tenemos que hacer. Hay que trabajar. No digo que Isco no trabaje pero el fútbol es así. Ver en lo que estás fallando y mejorar”.
La confesión de Marcelo sobre el brazalete descafeinó la anterior intervención de Butragueño (“Pitar a uno de los nuestros nos debilita”) y acentuó la media explicación que ofreció Solari (“Los pitos no nos gustan a nadie, pero no estuvimos bien y lo tenemos que asumir”). Isco se queda solo en su particular El Álamo.