El Madrid acusa el Mundial
Tanto en la época de la Intercontinental como con la actual denominación, al equipo blanco le ha solido pasar factura en el primer partido tras el torneo.
Mario Cortegana
As
Este Madrid adolescente, que ha ido de fiesta en fiesta en un último lustro de 14 títulos, ha cogido las vacaciones avisado para la vuelta de Navidades. La experiencia le aconseja no desmadrarse demasiado: ha perdido y empatado más que ganado en el partido siguiente a los Mundiales de Clubes que ha levantado. Es una resaca, tanto en tiempos de la Intercontinental como en los de la actual denominación, que no ha conseguido controlar.
La sufrió por primera vez en 1960, cuando venció a Peñarol y, de regreso en España, empezó la Liga perdiendo ante el Atlético (1-0). 38 años después, mejoró ligeramente: superó al Vasco da Gama aquel 1 de diciembre del 98 en el que Raúl patentó su Aguanís y empató en la visita al Espanyol (0-0) cuatro días más tarde. En 2002, sin embargo, prolongó la alegría de ganar al Olimpia haciéndole una manita al Mallorca (1-5), con Ronaldo, Guti y Raúl como principales destacados de la semana. Pero en la temporada que siguió a la Décima volvió el tropezar: tras imponerse en la final del Mundial de Clubes a San Lorenzo, el Valencia (2-1) fue demasiado para los de Ancelotti, que iniciaron en Mestalla su acelerada e inesperada descomposición.
Ya con Zidane, el Madrid estrenó en 2017 su condición de campeón mundial con un muy vistoso 3-0 en Copa frente al Sevilla. Pasaron 12 meses y, después de renovar su éxito intercontinental, el equipo de ZZ fue barrido (0-3) por el Barcelona en el Clásico liguero del Bernabéu. En total, el Madrid ha dejado dos victorias, un empate y tres derrotas en los partidos inmediatamente posteriores a la conquista del mundo. Con otro Mundial en el museo, el próximo 3 de enero vuelve al conocido reto de no relajarse ni menguar por los viajes largos o los cambios de horario. No sólo jugará ante el Villarreal, también contra sus errores del pasado.
Mario Cortegana
As
Este Madrid adolescente, que ha ido de fiesta en fiesta en un último lustro de 14 títulos, ha cogido las vacaciones avisado para la vuelta de Navidades. La experiencia le aconseja no desmadrarse demasiado: ha perdido y empatado más que ganado en el partido siguiente a los Mundiales de Clubes que ha levantado. Es una resaca, tanto en tiempos de la Intercontinental como en los de la actual denominación, que no ha conseguido controlar.
La sufrió por primera vez en 1960, cuando venció a Peñarol y, de regreso en España, empezó la Liga perdiendo ante el Atlético (1-0). 38 años después, mejoró ligeramente: superó al Vasco da Gama aquel 1 de diciembre del 98 en el que Raúl patentó su Aguanís y empató en la visita al Espanyol (0-0) cuatro días más tarde. En 2002, sin embargo, prolongó la alegría de ganar al Olimpia haciéndole una manita al Mallorca (1-5), con Ronaldo, Guti y Raúl como principales destacados de la semana. Pero en la temporada que siguió a la Décima volvió el tropezar: tras imponerse en la final del Mundial de Clubes a San Lorenzo, el Valencia (2-1) fue demasiado para los de Ancelotti, que iniciaron en Mestalla su acelerada e inesperada descomposición.
Ya con Zidane, el Madrid estrenó en 2017 su condición de campeón mundial con un muy vistoso 3-0 en Copa frente al Sevilla. Pasaron 12 meses y, después de renovar su éxito intercontinental, el equipo de ZZ fue barrido (0-3) por el Barcelona en el Clásico liguero del Bernabéu. En total, el Madrid ha dejado dos victorias, un empate y tres derrotas en los partidos inmediatamente posteriores a la conquista del mundo. Con otro Mundial en el museo, el próximo 3 de enero vuelve al conocido reto de no relajarse ni menguar por los viajes largos o los cambios de horario. No sólo jugará ante el Villarreal, también contra sus errores del pasado.