El jeque Llorente

Abu Dhabi, AS
En junio pasado, Marcos Llorente estuvo de vacaciones con su pareja y unos amigos en Al Wrakah (Qatar), en pleno Golfo Pérsico. Allí recorrió el desierto a lomos de un camello ataviado a lo Lawrence de Arabia. Seis meses después, a tiro de piedra, en Abu Dhabi, hizo suyas las semifinales contra el Kashima Antlers. Bale puso los goles y el mediocentro el bastón de mando: fue el que más destruyó el juego nipón, con nueve recuperaciones y seis anticipaciones para cortar balones. Quince acciones defensivas, el que más del Madrid. Un tapón.



Casemiro ha pisado el acelerador en su recuperación hasta el fondo (ha vuelto en cinco semanas cuando el pronóstico era de mes y medio) porque Marcos Llorente se ha convertido en una amenaza real para su condición de titularísimo. El brasileño salió a rodarse ante el Kashima y su pasividad dejó en bandeja el gol de Doi. Solari se queda sin coartadas futbolísticas para sentar, en la final, a Llorente. “Marcos está jugando muy bien. Empezó a jugar tarde pero desde que empezó se ha desempeñado como si lo hubiera hecho siempre”, fue el piropo del argentino, que quizá ofreció el porqué de la tardanza del canterano en hacerse valer: “A veces la falta de competición es un peso muy grande para algunos jugadores...”.

Llorente le ofrece una alternativa distinta. Desahoga. En el sistema de Solari, con Ramos siendo autosuficiente para sacar jugada la pelota, el que ayuda en esa función a Varane es Llorente. Se sitúa justo por delante del francés y propulsa al lateral más cercano a ambos, Carvajal. No es casualidad que, ayer, el mayor número de pases del mediocentro (17) fueron para el leganense, mucho más que hacia Kroos (5) y Modric (4).



Marcos Llorente, durante sus vacaciones en junio en Al Wakrah.

Se palpa. Con Llorente en el campo, el Madrid sólo ha concedido tres goles este curso. Dos en el 0-3 del CSKA y el de la semifinal de ayer. Las sensaciones le avalan para no irse al banquillo y las estadísticas son su escudo. Llorente es pura fiabilidad. No sólo es el que más pases acierta (el 94,5% de sus pases, por el 89,8% de Casemiro y el 94,2% de Kroos), a la vez es también el que menos balones pierde. Una pérdida cada 14 minutos, penalizando menos al equipo que Casemiro (cada 10’), Kroos (8’) y Modric (cada 7’ pierde una pelota)...

En Emirates Árabes Unidos, y con Al Ain como último obstáculo en el Mundial de Clubes, Marcos Llorente es el jeque madridista.

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