Dembélé se despierta con un golazo

El francés marcó un tanto descomunal en un partido en el que Cillessen hizo sufrir a los Spurs.

Santi Giménez
As
Dembélé se despertó a lo grande antes de que el Barça se durmiera en los laureles aferrado a una actuación sensacional de Cillessen que acabó con un empate a uno que no afecta al primer puesto del equipo barcelonista, pero que permite a los ingleses pasar a octavos gracias al fiasco del Inter en su casa ante el PSV.


Siete minutos tardó Dembélé en convertir su pereza matinal en una anécdota de genio, en una nota a pie de página, en despejar el recelo de los socios y cambiarlo por una razón para acudir al campo. Si se le levantara de la cama tan rápido como recorre el campo, nunca llegaría tarde.

Por la mañana se supo que el Barça le impondría una multa económica que equivalen, como poco, a dos hipotecas de triste mortal y horas después, Valverde, que en la previa reconocía que su caso es un descalzaperros que tiene a todo el mundo desconcertado optaba por darle una oportunidad como titular para ver si con la pelota se apañaba más que con el despertador. Y el resultado fue descomunal.

Ajeno a todo y con el espíritu de un pura sangre desbocado, a la primera ocasión que tuvo, el extremo francés recuperó una pelota atropellando a Walker-Peters que todavía busca de dónde apareció el vendaval que le robó la pelota, le cambió de ritmo en plena carrera y que cuando entró en el área rizó el rizo para recortar a Alderweideld, que llegaba a la desesperada, sentarle en un quiebro bárbaro, cambiarse el balón de pierna y batir a Hugo Lloris.

A partir de ahí, y teniendo en cuenta que el Barcelona era primero de grupo pasara lo que pasara, el partido ya había valido la pena. Llegaba el momento de valorar las rotaciones de Valverde, que colocó de titular a Aleñá, fabuloso, y a Miranda, que volvió a poner a Arthur y a Coutinho y que dejo la porteria en manos de un Cillessen que frustró los intentos de los Spurs de recuperarse del mazazo de la jugada del francés.

A medida que el partido se sedimentó, el Tottenham se encomendó al coreano Son para tratar de empatar, pero el Barça resistió tratando de salir a la contra y cuando estaba a punto de acabar la primera parte Coutinho disparo al palo en una reivindicación personal ante la impresionante puesta en escena del jugador que le relego al banquillo en el último partido de Liga. Luego, se durmió en los laureles, pero se despertó en la gloria.

En la segunda parte, Valverde retiró a Rakitic para dosificar minutos con Busquets y el Tottenham, que no quería depender del PSV , dio un paso al frente, pero se volvió a topar con Cillessen y con la mala puntería de Kane, que reclamó penalti en una pugna ante Lenglet.

Dos arrancadas de Dembélé, que cedió un gol a Coutinho que dudó en la definición, equilibró las fuerzas antes de que Messi ingresara en el campo para jugar la última media hora al tiempo que en Milán Icardi marcaba el tanto del empate que echaba a los ingleses de la Champions. A los ingleses, les urgía el gol poniendo el partido en un toma y daca en el que los Spurs golpearon primero pero volvieron a toparse con un Cillessen fenomenal.

Pochettino ya se lo jugó el todo por el todo poniendo a Llorente por Winks en el instante que Coutinho volvió a chutar al palo en una definición de lo que es vivir en el alambre que Moura, en una contra mal defendida por el Barça empató el partido en el 85. Ese gol volvía a meter a los ingleses en octavos que pasaron los últimos minutos más pendientes de Milán que de lo que pasaba en el Camp Nou donde Cillessen dio un recital y Dembélé se ganó poder dormir a pierna suelta.

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