Dembélé: imprescindible en el campo, corregible lejos del césped
Barcelona, AS
El francés es uno de los jugadores más determinantes en el equipo azulgrana en lo que va de temporada, aunque también el que más agitó el entorno.
Llegó dentro de los márgenes de tiempo estipulados a la sesión preparatoria de esta mañana en la Ciutat Esportiva (minutos después de las 10:20) y eso supuso un alivio para todos los integrantes y responsables técnicos del club azulgrana, tristemente acostumbrados a los retrasos de Ousmane Dembélé, uno de los futbolistas con más futuro en el fútbol mundial y que el Barcelona espera que sea vestido de azulgrana.
El francés fue felicitado por sus compañeros nada más acabar el partido ante el Tottenham (1-1). Su golazo le valió el perdón ante el equipo. Ya el día de la previa, el lunes, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba, entre otros, bromearon con Dembélé, que siempre encajó con una sonrisa los comentarios jocosos de sus compañeros, aunque existió una disculpa por parte de Dembélé, siempre con la cabeza gacha y sin querer hacer ruido.
El multazo impuesto por el club al jugador (más de 100.000 euros, que como también explicó AS ayer podrían doblarse o triplicarse) debería servir para cerrar un asunto que a Ernesto Valverde le costó encajar, pero el enfado acabó con una sonrisa picara cuando Dembélé marcó el gol ante los ingleses.
Si Dembélé es corregible lejos del césped, sobre el terreno de juego es cada vez más imprescindible. Siempre deja su firma en los partidos que juega, ya sea anotando o asistiendo. En los 20 partidos que ha jugado hasta el momento esta temporada (14 de Liga, cuatro de Champions League, uno de Copa y otro de Supercopa), el extremo hizo nueve goles (seis en Liga, dos en Champions y uno determinante para darle el título de Supercopa de España ante el Sevilla en agosto), además de dar cinco asistencias (tres en Liga, uno en Champions y otro en Copa).
El francés es uno de los jugadores más determinantes en el equipo azulgrana en lo que va de temporada, aunque también el que más agitó el entorno.
Llegó dentro de los márgenes de tiempo estipulados a la sesión preparatoria de esta mañana en la Ciutat Esportiva (minutos después de las 10:20) y eso supuso un alivio para todos los integrantes y responsables técnicos del club azulgrana, tristemente acostumbrados a los retrasos de Ousmane Dembélé, uno de los futbolistas con más futuro en el fútbol mundial y que el Barcelona espera que sea vestido de azulgrana.
El francés fue felicitado por sus compañeros nada más acabar el partido ante el Tottenham (1-1). Su golazo le valió el perdón ante el equipo. Ya el día de la previa, el lunes, Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba, entre otros, bromearon con Dembélé, que siempre encajó con una sonrisa los comentarios jocosos de sus compañeros, aunque existió una disculpa por parte de Dembélé, siempre con la cabeza gacha y sin querer hacer ruido.
El multazo impuesto por el club al jugador (más de 100.000 euros, que como también explicó AS ayer podrían doblarse o triplicarse) debería servir para cerrar un asunto que a Ernesto Valverde le costó encajar, pero el enfado acabó con una sonrisa picara cuando Dembélé marcó el gol ante los ingleses.
Si Dembélé es corregible lejos del césped, sobre el terreno de juego es cada vez más imprescindible. Siempre deja su firma en los partidos que juega, ya sea anotando o asistiendo. En los 20 partidos que ha jugado hasta el momento esta temporada (14 de Liga, cuatro de Champions League, uno de Copa y otro de Supercopa), el extremo hizo nueve goles (seis en Liga, dos en Champions y uno determinante para darle el título de Supercopa de España ante el Sevilla en agosto), además de dar cinco asistencias (tres en Liga, uno en Champions y otro en Copa).