De Gea, ángel y demonio en el empate contra el Arsenal

El portero español regaló el primer gol del Arsenal al palmear el balón hacia arriba y acabar por entrar en su portería. Lingard puso el empate final.

Alberto Muñoz
As
No va a ser fácil para Mourinho explicarle al aficionado del Manchester United por qué Pogba se quedó fuera del empate en Old Trafford hoy ante el Arsenal, que pudo llevarse la victoria de no haber sido por un De Gea que cantó en el primer gol (2-2). El francés, al que su entrenador llegó a llamar "virus" durante un enfrentamiento este fin de semana según la prensa inglesa, no disputó ni un solo minuto contra los 'gunners', que hicieron un buen papel a pesar del esfuerzo contra el Tottenham en el derbi.

No se sabe qué es lo que pasa por la cabeza de David De Gea desde el Mundial de Rusia del verano pasado, pero algo importante tiene que estar ocurriendo en la vida del madrileño para que su rendimiento haya dado un giro tan drástico que ahora sea capaz de mostrar lo mejor y lo peor de sí mismo en un solo partido. El que fuese elegido durante cuatro de las últimas cinco temporadas como mejor jugador del Manchester United, lleva 25 tantos encajados durante esta liga, pero es que el gol que le marca Mustafi para abrir el marcador en Old Trafford habría sido impensable hace menos de un año.

Un remate al que el jugador alemán llega forzado para cabecear un córner que acaba teniendo que picar y que llega casi sin peligro a las manos del español, que palmea el balón hacia arriba con cierto desdén y éste acaba introduciéndose en su portería. La jugada era incómoda de ver incluso para sus compañeros.

Por lo menos tan solo cinco minutos más tarde Ander, con la connivencia de un linier que no vio que estaba en claro fuera de juego, fue capaz de poner un pase raso al corazón del área que Martial pudo rematar a placer para poner el empate antes de que la grada, cansada de los resultados, se les echase encima.

Ninguno de los dos equipos es sin embargo especialmente bueno en las primeras partes, y de hecho el Arsenal debería estar en puestos de descenso si solo se tuviesen en cuenta los primeros 45 minutos, por lo que todo quedaba por decidirse en la segunda mitad, que explotó con la entrada de Lacazette al campo. El ex del Marsella provocó que Marcos Rojo se marcase un tanto en propia meta que a punto estuvo de lesionar también al francés después de que Bailly se cayese con todo su peso en la cabeza del delantero.

La respuesta, sin embargo, llegó en un minuto y 40 segundos gracias a un exceso de confianza de Mustafi que aprovechó Lingard para recuperar el empate. El partido se había desatado, y Aubameyang primero, obligando a De Gea a hacer una parada más propia de él que lo visto en el tanto inicial, y Mkhitaryan después, que falló a puerta vacía, la tuvieron en apenas dos minutos. En el tramo final, fue el internacional español el que consiguió salvar todos los intentos del equipo de Emery, lo que le permitió redimirse ante su público por el error inicial y mostrar las dos caras de un jugador que necesita recuperar la confianza en sí mismo para volver a ser el que era.

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