Así es el sorprendente Al Ain, posible rival del Real Madrid

Es el equipo con más títulos y uno de los tres que nunca han descendido en Emiratos Árabes Unidos. Sorprendió a River y sueña con hacerlo con los de Solari.

Mario Cortegana
As
Fundado en 1968 en los Emiratos Árabes Unidos, con una juventud insultante en comparación con la élite del fútbol mundial, el Al Ain es noticia por dar la campanada en las semifinales del Mundial de Clubes ante River Plate, que hace nueve días lloraba de alegría levantando la Libertadores en el Bernabéu y hoy lo hace de pena a más de 7.000 kilómetros, en el estadio Hazza Bin Zayed. En su mirilla ya aparece, con permiso del Kashima Antlers, el Real Madrid, palabras mayores, pero a la ilusión, y de eso deben de andar sobrados los chicos de Zoran Mamić, le sienta fatal la realidad. El técnico croata tomó en 2017 el testigo de su compatriota Zlatko Dalic. Junto al seleccionador de la Croacia finalista del último Mundial, dan lustre al historial del banquillo emiratí Tite (07-08), ahora en la Selección Brasileña, y Quique Sánchez Flores (13-14).


El palmarés del Al Ain, copado de trofeos tras medio siglo de vida, atestigua su superioridad nacional y alguna gloriosa incursión continental: son suyas 13 ediciones de la Liga Árabe del Golfo, siete de la Copa del Presidente, tres de la Copa de la Federación, cinco de la Supercopa, una de la Copa de Clubes Campeones del Golfo y, la joya de la corona, una de la Liga de Campeones de la AFC. No es aquí "la joya de la corona" sólo una expresión hecha: la Champions asiática, conseguida en 2003 por primera vez por un club del país, es el mayor orgullo del jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, príncipe heredero de Abu Dabi.

El padre del Golfo, como se conoce al Al Ain por sus imponentes vitrinas y por ser uno de los tres equipos del país que nunca han descendido, se ha citado con Madrid o Kashima gracias a una misión cumplida y dos sorpresas: primero tumbó al neozelandés Wellington, en penaltis como a River, y luego, inesperadamente, al campeón de África, el tunecino Esperance, y al de Sudamérica, el Millonario. Sobre el resto, en él sobresalen el delantero Marcus Berg: 32 años, experiencia en Hamburgo, PSV o Panathinaikos, presencia en la Eurocopa 2016 y el Mundial 2018 con Suecia, y pichichi del último campeonato liguero; y el brasileño Rodrigo Caio (28 goles y 36 asistencias desde 2016), otro delantero, en las filas del Kashima aunque sin minutos cuando se enfrentó al Madrid hace un año.

También destaca el portero Khalid Eisa, imprescindible en el torneo y héroe frente a River. Le acompañan otros 15 emiratís, mayoría en una plantilla que además cuenta con un emiratí de ascendencia marroquí, Ismail Ahmed; un francés nacionalizado malí, Doumbia; un japonés, Tsukasa Shiotani; dos egipcios, Hussein El Shahat y Yahia Nader; y un costamarfileño, Ibrahim Diaky. Mohamed Abdulrahman, centrocampista, guarda un vínculo familiar especial con un excompañero del Al Ain: Omar Abdulrahman, su hermano, que salió al Al Hilal de Arabia Saudí, está considerado uno de los cinco mejores jugadores de Asia.

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