1x1 del Atlético de Madrid: Griezmann, pinceladas de crack
Sin ser su mejor tarde de inspiración, participó en los tres goles. Asistió a Kalinic en el primero, marcó de penalti y tiró de instinto para rescatar al Atlético en el peor momento.
Jorge García
As
Oblak. Seguro a varios centros laterales de dificultad que el Valladolid mandó al área durante el primer cuarto de hora. Aportó serenidad al equipo en esa franja, descolgando esos balones peligrosos. Antes de los goles, su mayor sobresalto llegó por un despeje de cabeza de Savic que buscaba su propia escuadra y al que respondió de forma felina.
Arias. Demasiado al límite cuando la carrera es de vuelta. Durante la primera parte entre Nacho, Toni y Óscar Plano le buscaron mucho las vueltas en el primer tiempo. Sufrió mucho y al Atlético casi le cuesta un gol antes del descanso. Hasta Griezmann le llamó a capítulo. Cierto que Correa también llegaba tarde a la ayuda. En ataque es otra cosa. Reguló y seleccionó bien las subidas y demuestra ese punto de pausa para elegir la mejor opción del centro. Así encontró a Griezmann en la jugada del penalti. En el segundo tiempo sacó una pelota bajo palos tras un remate de cabeza que presagiaba lo que después sucedería.
Savic. Ordena, cabecea, coloca, pero no corona sus partidos sin dejar algún rastro de dudas como un par de despejes hacia su portería o alguna falta gratuita a muchos metros del área. Cabeceó hacia su propio marco un centro que no terminó en gol porque Oblak se opuso. Después, el pasaje de agobio tras el 2-2, sí que estuvo firme en el juego aéreo, pero al Atlético ya le habían rematado demasiado para entonces. Aunque para anotarle, también es la asistencia a Griezmann en el tercer gol.
Godín. Tanto en Brujas como en Zorrilla manejó bastante bien dos partidos muy físicos tras salir de la lesión. Si en Bélgica fue Wesley, en Valladolid fue Enes Unal el que trató de complicarle con mucho cuerpo a cuerpo. El uruguayo lo negoció todo hasta el 63' cuando no pudo frenar el ímpetu del turco que le ganó un balón en el segundo palo que terminó en el autogol de Saúl. Pero se rehizo y ya no permitió más concesiones en el área.
Filipe. De los rojiblancos con las ideas más claras con balón en el primer tiempo, lástima que el Atlético no profundizara más por su costado. Volvía al once después de cuatro partidos de ausencia por lesión y tuvo que dejar el partido por la misma causa. No tuvo el mejor regreso.
Correa. Comprometió demasiado su costado, persiguiendo muy de lejos a su par y dejando a Arias en peligrosas inferioridades. No fue el Correa aplicado de otras tardes ni tampoco el inspirado. Simeone le aguantó en el campo esperando su chispazo, pero perdió la fe y le sustituyó.
Rodrigo. A menudo acumula buenos porcentajes en las entregas, pero no se le ve tanto pases que rompan líneas como el que inició la jugada con la que el Atlético inauguró el marcador. Encadenó, tras Brujas, otro partido de mucha refriega que negoció mejor con Thomas al lado. Bien.
Koke. No gobernó el partido al lado de Rodrigo como esperaba Simeone. Le posicionó junto al ex del Villarreal en el medio para controlar mejor las posesiones, pero entre los dos apenas pudieron dar continuidad al Atlético en la primera parte. Con la entrada de Thomas pasó a la derecha más para achicar agua y remangarse que para manejar el partido.
Saúl. Volvió al centro del campo después de dos partidos seguidos como lateral, pero solamente durante una hora. Hasta la lesión de Filipe. Entonces le tocó volver al lateral con tan mala suerte de que tres minutos después un remate de Unal rebotaba en sus piernas y significaba el 2-2. Jugando de volante izquierdo no había influido.
Griezmann. Su partido fue únicamente de pinceladas, pero de lo más relevantes. Decisivas. Sin atravesar su mejor momento de inspiración, asistió a Kalinic muy bien en el primer gol y después buscó atrás, con mucha inteligencia, la subida de Arias en la jugada que dio origen al penalti que transformó. Y cuando peor pintaba para el Atlético, después de haber dilapidado un 0-2, tiró de instinto en el área y de remate para hacer el 2-3. Y todavía tuvo una más para redondear el hat-trick. Peso de crack en el partido.
Kalinic. Se esforzó durante el primer tiempo posicionar al equipo en campo rival, sin mucho premio, unas veces porque perdía el duelo y otras porque cuando lo ganaba sus compañeros aparecían demasiado lejos. Pero su implicación tuvo resultado en el 26´ interpretando muy bien un desmarque en diagonal perfectamente habilitado al espacio por Griezmann. El croata definió al primer toque, como ante el Alavés. Precisión quirúrgica, música para los oídos de Simeone, y poco más.
Thomas. Entró por la lesión de Filipe para aportar algo de contundencia a una medular que, por entonces, perdía casi todos los duelos. El Atlético cambió algo con él en el campo y Rodrigo agradeció su ayuda.
Vitolo. Salió por Kalinic para partir desde el costado izquierdo. Necesita más minutos seguidos para alcanzar su mejor forma.
Gelson. Tuvo una buena puesta en escena desde el banquillo en un momento delicado del partido. Con pausa para oxigenar y estirar al Atlético cuando el empuje pucelano era enorme. Su habilidad fue un respiro durante esos minutos.
Jorge García
As
Oblak. Seguro a varios centros laterales de dificultad que el Valladolid mandó al área durante el primer cuarto de hora. Aportó serenidad al equipo en esa franja, descolgando esos balones peligrosos. Antes de los goles, su mayor sobresalto llegó por un despeje de cabeza de Savic que buscaba su propia escuadra y al que respondió de forma felina.
Arias. Demasiado al límite cuando la carrera es de vuelta. Durante la primera parte entre Nacho, Toni y Óscar Plano le buscaron mucho las vueltas en el primer tiempo. Sufrió mucho y al Atlético casi le cuesta un gol antes del descanso. Hasta Griezmann le llamó a capítulo. Cierto que Correa también llegaba tarde a la ayuda. En ataque es otra cosa. Reguló y seleccionó bien las subidas y demuestra ese punto de pausa para elegir la mejor opción del centro. Así encontró a Griezmann en la jugada del penalti. En el segundo tiempo sacó una pelota bajo palos tras un remate de cabeza que presagiaba lo que después sucedería.
Savic. Ordena, cabecea, coloca, pero no corona sus partidos sin dejar algún rastro de dudas como un par de despejes hacia su portería o alguna falta gratuita a muchos metros del área. Cabeceó hacia su propio marco un centro que no terminó en gol porque Oblak se opuso. Después, el pasaje de agobio tras el 2-2, sí que estuvo firme en el juego aéreo, pero al Atlético ya le habían rematado demasiado para entonces. Aunque para anotarle, también es la asistencia a Griezmann en el tercer gol.
Godín. Tanto en Brujas como en Zorrilla manejó bastante bien dos partidos muy físicos tras salir de la lesión. Si en Bélgica fue Wesley, en Valladolid fue Enes Unal el que trató de complicarle con mucho cuerpo a cuerpo. El uruguayo lo negoció todo hasta el 63' cuando no pudo frenar el ímpetu del turco que le ganó un balón en el segundo palo que terminó en el autogol de Saúl. Pero se rehizo y ya no permitió más concesiones en el área.
Filipe. De los rojiblancos con las ideas más claras con balón en el primer tiempo, lástima que el Atlético no profundizara más por su costado. Volvía al once después de cuatro partidos de ausencia por lesión y tuvo que dejar el partido por la misma causa. No tuvo el mejor regreso.
Correa. Comprometió demasiado su costado, persiguiendo muy de lejos a su par y dejando a Arias en peligrosas inferioridades. No fue el Correa aplicado de otras tardes ni tampoco el inspirado. Simeone le aguantó en el campo esperando su chispazo, pero perdió la fe y le sustituyó.
Rodrigo. A menudo acumula buenos porcentajes en las entregas, pero no se le ve tanto pases que rompan líneas como el que inició la jugada con la que el Atlético inauguró el marcador. Encadenó, tras Brujas, otro partido de mucha refriega que negoció mejor con Thomas al lado. Bien.
Koke. No gobernó el partido al lado de Rodrigo como esperaba Simeone. Le posicionó junto al ex del Villarreal en el medio para controlar mejor las posesiones, pero entre los dos apenas pudieron dar continuidad al Atlético en la primera parte. Con la entrada de Thomas pasó a la derecha más para achicar agua y remangarse que para manejar el partido.
Saúl. Volvió al centro del campo después de dos partidos seguidos como lateral, pero solamente durante una hora. Hasta la lesión de Filipe. Entonces le tocó volver al lateral con tan mala suerte de que tres minutos después un remate de Unal rebotaba en sus piernas y significaba el 2-2. Jugando de volante izquierdo no había influido.
Griezmann. Su partido fue únicamente de pinceladas, pero de lo más relevantes. Decisivas. Sin atravesar su mejor momento de inspiración, asistió a Kalinic muy bien en el primer gol y después buscó atrás, con mucha inteligencia, la subida de Arias en la jugada que dio origen al penalti que transformó. Y cuando peor pintaba para el Atlético, después de haber dilapidado un 0-2, tiró de instinto en el área y de remate para hacer el 2-3. Y todavía tuvo una más para redondear el hat-trick. Peso de crack en el partido.
Kalinic. Se esforzó durante el primer tiempo posicionar al equipo en campo rival, sin mucho premio, unas veces porque perdía el duelo y otras porque cuando lo ganaba sus compañeros aparecían demasiado lejos. Pero su implicación tuvo resultado en el 26´ interpretando muy bien un desmarque en diagonal perfectamente habilitado al espacio por Griezmann. El croata definió al primer toque, como ante el Alavés. Precisión quirúrgica, música para los oídos de Simeone, y poco más.
Thomas. Entró por la lesión de Filipe para aportar algo de contundencia a una medular que, por entonces, perdía casi todos los duelos. El Atlético cambió algo con él en el campo y Rodrigo agradeció su ayuda.
Vitolo. Salió por Kalinic para partir desde el costado izquierdo. Necesita más minutos seguidos para alcanzar su mejor forma.
Gelson. Tuvo una buena puesta en escena desde el banquillo en un momento delicado del partido. Con pausa para oxigenar y estirar al Atlético cuando el empuje pucelano era enorme. Su habilidad fue un respiro durante esos minutos.