Se desinfla el globo Malcom
Su partido en León desilusionó a todos aquellos que le pedían a Valverde su alineación. Perdió 14 balones y, más allá de eso, no dejó sensaciones de crack.
Juan Jiménez
As
Malcom fue el gran fiasco del partido del Barça en León. Valverde debía ver algo que el resto no cuando, después de los pinchazos ante Girona, Leganés y Athletic, se pidió con fuerza el fichaje del brasileño, un futbolista “clave” en el proyecto según las palabras del secretario técnico, Eric Abidal, en la Asamblea de Compromisarios del 20 de octubre.
Pero las prisas por ver a Malcom, que hasta este miércoles sólo había jugado 25 minutos oficiales, no parecían estar justificadas. Su partido empezó con dos patadas por detrás de Dionicio Escalante, duro defensa mexcicano. Sirvieran para descentrarle o no, nunca fue a mejor. Malcom perdió 14 balones (no fue el que más, Dembélé extravió 17) y sólo acertó en el 25 por ciento de sus regates. Pero eso no fue lo peor. Tampoco un intento de disparo que terminó por ser grotesco ya que salió por la línea de banda. Fue la sensación de no ser un jugador con verdadero peso y del que, aunque no le salgan en un día concreto las cosas, se pueda esperar algo grande. Podría decirse que el globo de las expectativas sobre el brasileño se desinfló.
Valverde terminó por sustituirle en el minuto 80 y el jugador se vio obligado a aceptarlo. El partido dejó fríos a todos aquellos que habían pedido minutos en las encuestas para el brasileño y dio la razón al técnico, que ha escogido otras opciones hasta el momento. Habrá que ver qué cariz toman los acontecimientos desde ahora y si Malcom sigue desaparecido de las alineaciones y toma fuerza la posibilidad de una salida en enero para un futbolista que, en este momento, parece lejos del nivel de los jugadores que deben marcar la diferencia en el Barça. La ilusión que despertó cuando cambió el billete de avión de Roma por uno a Barcelona se ha hecho añicos a día de hoy.
Juan Jiménez
As
Malcom fue el gran fiasco del partido del Barça en León. Valverde debía ver algo que el resto no cuando, después de los pinchazos ante Girona, Leganés y Athletic, se pidió con fuerza el fichaje del brasileño, un futbolista “clave” en el proyecto según las palabras del secretario técnico, Eric Abidal, en la Asamblea de Compromisarios del 20 de octubre.
Pero las prisas por ver a Malcom, que hasta este miércoles sólo había jugado 25 minutos oficiales, no parecían estar justificadas. Su partido empezó con dos patadas por detrás de Dionicio Escalante, duro defensa mexcicano. Sirvieran para descentrarle o no, nunca fue a mejor. Malcom perdió 14 balones (no fue el que más, Dembélé extravió 17) y sólo acertó en el 25 por ciento de sus regates. Pero eso no fue lo peor. Tampoco un intento de disparo que terminó por ser grotesco ya que salió por la línea de banda. Fue la sensación de no ser un jugador con verdadero peso y del que, aunque no le salgan en un día concreto las cosas, se pueda esperar algo grande. Podría decirse que el globo de las expectativas sobre el brasileño se desinfló.
Valverde terminó por sustituirle en el minuto 80 y el jugador se vio obligado a aceptarlo. El partido dejó fríos a todos aquellos que habían pedido minutos en las encuestas para el brasileño y dio la razón al técnico, que ha escogido otras opciones hasta el momento. Habrá que ver qué cariz toman los acontecimientos desde ahora y si Malcom sigue desaparecido de las alineaciones y toma fuerza la posibilidad de una salida en enero para un futbolista que, en este momento, parece lejos del nivel de los jugadores que deben marcar la diferencia en el Barça. La ilusión que despertó cuando cambió el billete de avión de Roma por uno a Barcelona se ha hecho añicos a día de hoy.