PSV 1-BARCELONA 2 / La conexión Messi-Dembélé convierte al Barça en líder
Ya es primero de grupo independientemente de lo que pase la última jornada ante el Tottenham. El argentino y Piqué, goleadores.
Santi Giménez
As
El Barça ya espera rival para los octavos de final de la Champions tras certificar su clasificación ganando en Eindhoven (1-2) a falta de una jornada para que acabe el grupo. En un partido a ratos descontrolado, la asociación Demebélé-Messi liquidó al equipo holandés que pagó muy cara su falta de puntería.
La primera noticia de la jornada se conoció minutos antes del partido, y no era buena para el Barça, Umtiti se resentía de sus problemas en la rodilla y se quedaba fuera de la convocatoria. Todo apunta a que la temporada del francés puede ser un calvario de recaídas.
Así pues, con Lenglet en el once inicial y con Messi partiendo como falso delantero (Munir se quedó en el banquillo pese a la baja de Suárez) el Barça salto al terreno de juego. Lo de disputar el partido no llegaría hasta pasados 20 minutos más o menos.
Hay gente que se despierta de una siesta de dos horas más espabilada que el Barças en el inicio del partido en Eindhoven. Dos errores muy gruesos de Busquets y Rakitic obligaron a Ter Stegen a lucirse de entrada antes de que el poste, a disparo de Pereiro, salvara a los barcelonistas de un inicio de partido en el que estuvieron a punto de ceder una ventaja a los holandeses que podría haber sido definitiva.
Poco poco, aferrados al coraje de Vidal y a las carreras de Dembélé el Barça fue entrando en el partido. Messi se conectó y Coutinho empezó a darse cuenta qué diantre hacía vestido con pantalón corto. Claro, debió de pensar, estoy aquí porque hay que jugar un partido de fútbol.
Encadenó el Barcelona cuatro ocasiones clarísimas en poco más de diez minutos que enfriaron el ambiente en el PSV Stadion. Angeliño y Dumfries sacaron sendos balones sobre la línea y Messi empezó a poner a prueba a Zoet. No obstante, el último arreón, ya sobre el filo de la media parte fue del PSV, que volvió a toparse con los palos de Ter Stegen ante ramtes de De Jong y Bergwijn.
La segunda parte empezó como acabó la primera, con el Barça aceptando gustoso el intercambio de golpes que proponía el PSV en un desafío a ver cual de los dos equipos tenía más puntería. Hendrix tuvo la oportunidad para los locales a los 53 minutos, pero a los 61 la ocasión le llegó a Messi tras jugada de Dembélé y el argentino no perdonó en el que posiblemente fue el remate más complicado de todos los que había intentado. Rodeado de cuatro defensores del PSV, el argentino colocó la pelota por un espació casi inexistente entra las piernas de los defensores, la mano del portero y el poste. Un golazo.
Dembélé, cinco minutos después tuvo la opción de ampliar el marcador, pero Zoet,lo evitó ante su manifiesta frustración.
Pero del paradón del portero holandés se pasó a la jugada del segundo gol ante el que nada pudo hacer. Messi disparó una falta que Piqué desvió para marcar el segundo en una jugada que pareció ser tan fruto de la casualidad que probablemente fuera lo que buscaban os protagonistas, que en la celebración se echaron unas buenas risas.
Justo antes del segundo gol, ingreso en el campo Malcom por Coutinho, al que aún le falta rodaje tras su lesión. Con Dembélé y Malcom abiertos a bandas, el Barça redoblaba su apuesta por el intercambio de golpes, confiado en que por el momento, la cosa le había ido bien ante la falta de puntería local. Los holandeses siguieron intentando marcar, pero no era su noche en ataque y Ter Stegen se lo confirmo en persona a Hirving Lozano, que se había plantado solo ante el alemán.
El desquite de los holandeses llegó ya demasiado tarde con el tanto de De Jong a falta de siete minutos en los que el PSV empujado por su afición se tiro al monte.
Santi Giménez
As
El Barça ya espera rival para los octavos de final de la Champions tras certificar su clasificación ganando en Eindhoven (1-2) a falta de una jornada para que acabe el grupo. En un partido a ratos descontrolado, la asociación Demebélé-Messi liquidó al equipo holandés que pagó muy cara su falta de puntería.
La primera noticia de la jornada se conoció minutos antes del partido, y no era buena para el Barça, Umtiti se resentía de sus problemas en la rodilla y se quedaba fuera de la convocatoria. Todo apunta a que la temporada del francés puede ser un calvario de recaídas.
Así pues, con Lenglet en el once inicial y con Messi partiendo como falso delantero (Munir se quedó en el banquillo pese a la baja de Suárez) el Barça salto al terreno de juego. Lo de disputar el partido no llegaría hasta pasados 20 minutos más o menos.
Hay gente que se despierta de una siesta de dos horas más espabilada que el Barças en el inicio del partido en Eindhoven. Dos errores muy gruesos de Busquets y Rakitic obligaron a Ter Stegen a lucirse de entrada antes de que el poste, a disparo de Pereiro, salvara a los barcelonistas de un inicio de partido en el que estuvieron a punto de ceder una ventaja a los holandeses que podría haber sido definitiva.
Poco poco, aferrados al coraje de Vidal y a las carreras de Dembélé el Barça fue entrando en el partido. Messi se conectó y Coutinho empezó a darse cuenta qué diantre hacía vestido con pantalón corto. Claro, debió de pensar, estoy aquí porque hay que jugar un partido de fútbol.
Encadenó el Barcelona cuatro ocasiones clarísimas en poco más de diez minutos que enfriaron el ambiente en el PSV Stadion. Angeliño y Dumfries sacaron sendos balones sobre la línea y Messi empezó a poner a prueba a Zoet. No obstante, el último arreón, ya sobre el filo de la media parte fue del PSV, que volvió a toparse con los palos de Ter Stegen ante ramtes de De Jong y Bergwijn.
La segunda parte empezó como acabó la primera, con el Barça aceptando gustoso el intercambio de golpes que proponía el PSV en un desafío a ver cual de los dos equipos tenía más puntería. Hendrix tuvo la oportunidad para los locales a los 53 minutos, pero a los 61 la ocasión le llegó a Messi tras jugada de Dembélé y el argentino no perdonó en el que posiblemente fue el remate más complicado de todos los que había intentado. Rodeado de cuatro defensores del PSV, el argentino colocó la pelota por un espació casi inexistente entra las piernas de los defensores, la mano del portero y el poste. Un golazo.
Dembélé, cinco minutos después tuvo la opción de ampliar el marcador, pero Zoet,lo evitó ante su manifiesta frustración.
Pero del paradón del portero holandés se pasó a la jugada del segundo gol ante el que nada pudo hacer. Messi disparó una falta que Piqué desvió para marcar el segundo en una jugada que pareció ser tan fruto de la casualidad que probablemente fuera lo que buscaban os protagonistas, que en la celebración se echaron unas buenas risas.
Justo antes del segundo gol, ingreso en el campo Malcom por Coutinho, al que aún le falta rodaje tras su lesión. Con Dembélé y Malcom abiertos a bandas, el Barça redoblaba su apuesta por el intercambio de golpes, confiado en que por el momento, la cosa le había ido bien ante la falta de puntería local. Los holandeses siguieron intentando marcar, pero no era su noche en ataque y Ter Stegen se lo confirmo en persona a Hirving Lozano, que se había plantado solo ante el alemán.
El desquite de los holandeses llegó ya demasiado tarde con el tanto de De Jong a falta de siete minutos en los que el PSV empujado por su afición se tiro al monte.