Muere en Cuba el embajador venezolano Alí Rodríguez

Caracas, EFE
El embajador venezolano en Cuba y exsecretario de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), Alí Rodríguez Araque, falleció en La Habana a los 81 años, informó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
"Con mucha tristeza recibo la noticia del fallecimiento de Alí Rodríguez Araque, un luchador incansable, de esos que son imprescindibles en la revolución", dijo el gobernante venezolano en Twitter.


"Extiendo mis palabras de aliento para toda su familia, su experiencia y honestidad fueron una escuela para todos nosotros", añadió.

Rodríguez Araque, quien se desempeñaba como embajador en La Habana desde 2014, nació en el poblado rural de Ejido, en el occidental estado de Mérida el 9 de septiembre de 1937.

Durante las décadas de los años 1960 y 1970 tomó las armas e intentó derrocar el sistema bipartidista que imperaba en Venezuela y que había marginado a las agrupaciones de corte comunista.

Conocido como el "comandante Fausto", abandona las armas a principios de 1980, pero mantiene sus acentuadas críticas a los gobiernos de los partidos Acción Democrática y Copei, que se alternaron en el poder por los primeros 40 años de la era democrática venezolana.

Con el ascenso a la presidencia del fallecido Hugo Chávez (1999-2013), Rodríguez Araque finalmente obtiene cargos en el Ejecutivo venezolano.

Durante los gobiernos de Chávez, cuya intentona golpista apoyó de forma pública, Rodríguez Araque ocupó las carteras de energía y minas, exteriores, economía y electricidad.

Además, fue el secretario general de la Opep entre enero de 2001 y junio de 2002, y conductor de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) en el periodo comprendido entre 2012 y 2014.

Pese a que en sus primeros acercamientos con la academia se decantó por el derecho y obtuvo en 1961 el título de abogado de la Universidad Central de Venezuela, una de las más prestigiosas del país, posteriormente enfocó sus estudios en la materia económica y la industria del petróleo.

En el seno del chavismo era considerado un experto en el tema petrolero -del cual escribió varios libros- y ocupó la presidencia de la estatal Pdvsa durante la huelga que ocurrió entre 2002 y 2003, y que terminó con el despido de casi 20.000 trabajadores.