Gloria y ocaso del club colombiano que de la mano del narco estuvo a punto de contratar a Maradona

El América de Cali logró ocho de sus 13 títulos nacionales y tres finales en la Copa Libertadores con la influencia de dineros del narcotráfico, cuando fueron controlados por los hermanos Rodríguez Orejuela, líderes del Cártel de Cali

Adriana Chica
Infobae
El América de Cali se llevó ocho títulos en Colombia, jugó cuatro finales de Copa Libertadores y casi contrata al astro Diego Armando Maradona. Comenzaba la década de los 80, el auge de la cocaína y el inicio de la violencia narco en el país. Los hermanos Rodríguez Orejuela, líderes del Cartel de Cali, pusieron a su club de fútbol favorito entre los mejores del continente. Pero con ellos también entró a la Lista Clinton (la lista negra del Tesoro de los Estados Unidos de personas y empresas vinculadas al narcotráfico) y bajó a segunda división, donde estuvo cinco años.


En 1977, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela intentaron comprar acciones del Deportivo Cali para lavar el dinero de las sólidas rutas del tráfico de cocaína que tenían hacia Estados Unidos, que para entonces ya era un secreto a voces. Pero la junta directiva lo impidió. No pasó lo mismo con el club rojo, que a la fecha no había logrado un solo título, pero era inmensamente popular. En 1980 los narcos pasaron a ser los accionistas mayoritarios.

La gloria se asomaba con un equipo de lujo inyectado con dinero del 'oro blanco'. El arquero Julio César Falcioni, los peruanos César Cueto y Guillermo la Rosa, los paraguayos Juan Manuel Bataglia y Gerardo González Aquino, los argentinos Roque Raúl Alfaro y Ricardo Gareca, el colombiano Willington Ortiz. Parecía una selección de estrellas de Latinoamérica. El América de Cali llegó a tener en su nómina 150 jugadores, la más grande y nunca antes vista en el fútbol nacional.

"Conformó un equipo casi invencible que se paseó en todos los estadios de Colombia no solamente con sus grandes jugadores, sino con el dinero que había producto del narcotráfico, el cual también influyó en ciertos resultados cuando empezaron a pagarles a los árbitros dinero para que favorecieran al equipo", contó Fernando Rodríguez Mondragón, hijo de el capo narco Gilberto, en su entrevista con El Universal de México.

Los diablos rojos consiguieron 13 títulos nacionales y disputaron tres finales de Copas Libertadores.

La compra de árbitros se volvió habitual. El emisario era Hernán Velasco, incondicional de la familia, pero que en el año 2000 fue secuestrado en una discoteca por hombres armados y nunca volvió a aparecer. La misma Federación Colombiana de Fútbol les avisaba quién sería el juez del partido días antes de que se llevara a cabo. Fernando Rodríguez también contó al medio mexicano que la Confederación Sudamericana les brindaba ayuda.

Así, durante aquellos años, alcanzaron ocho títulos nacionales y tres subtítulos en Copa Libertadores, catapultándolo como uno de los equipos más grandes y populares de Colombia, y uno de los más importantes de América del Sur. La influencia fue tal que, según contó Rodríguez, ayudaron a Argentina a ganar el Mundial de 1978. Los albicelestes debían ganar al menos por cuatro goles a Perú para eliminar a Brasil. Los peruanos aceptaron el dinero del soborno, el partido terminó 6-0 y Argentina pasó a la final con Holanda, en la que se impuso 3-1.

Esa anécdota la contó el hijo del ex capo narco en el libro 'El hijo del ajedrecista 2'. "De primera mano supimos cómo fue lo del partido Argentina-Perú. Mi tío Miguel habló con un grande del fútbol mundial y le confesó lo del dinero que hubo para arreglar ese partido para sacar a Brasil de la final", explicó a Caracol Radio.

Algunos ex jugadores peruanos como José Velásquez han descartado el soborno, aunque aceptan la influencia del entonces dictador Jorge Videla para que su selección ganara el Mundial. Cierto o no, el hijo del narco nunca reveló los intereses que tendría el Cartel de Cali para tal acto.

En ese momento Miguel Rodríguez Orejuela veía en Diego Armando Maradona, que no llegaba a los 20 años, a una futura estrella. En 1979, el que se convertiría en uno de los mejores jugadores del mundo, llegaba a Cali para disputarse con el Boca Juniors la Copa Libertadores con el América. La oportunidad no se podía desaprovechar. La familia completa del narco asistió a una elegante cena en su casa del barrio Ciudad Jardín.

Quinientos mil dólares en efectivo, ahí mismo, le ofreció para que terminara con ellos la temporada. El resto también se pagaría de contado. Maradona aceptó, pero su manager de entonces, Jorge Cyterszpiler, postergó la decisión. Lo buscaba el FC Barcelona, que fue quien lo fichó. Pero la relación con Miguel Rodríguez siguió. El jugador le envió camisetas autografiadas y el narco relojes Rolex de oro. Todo lo cuenta su sobrino Fernando en el libro.

El ocaso

Que el narcotráfico había logrado la gloria del América en el fútbol lo sabía el país entero. Y la guerra de narcos lo dejó más claro. En 1981, por ejemplo, una avioneta sobrevoló el estadio Pascual Guerrero de Cali cuando jugaba Nacional y los diablos rojos para anunciar la creación del grupo 'Muerte a secuestradores' con miles de papeles que advertían una amenaza a grupos guerrilleros. Todo por el secuestro de una de las hermanas del clan Ochoa. Fue, a su vez, el comienzo del paramilitarismo.

Luego, en 1983, el entonces ministro de Defensa, Rodrigo Lara Bonilla, denunció en rueda de prensa y con nombre propio los equipos de fútbol profesional que estaban vinculados al narcotráfico: Atlético Nacional, Millonarios, Santa Fe, Deportivo Independiente Medellín, América de Cali y Deportivo Pereira. Fue su sentencia de muerte, que llegaría con su asesinato el 30 de abril de 1984.

Llegó entonces el Proceso 8.000 y la Lista Clinton. En 1994 Ernesto Samper Pizano llegó a la presidencia con acusaciones de que su campaña había sido financiada por el Cartel de Cali. Se inició contra él un proceso en la Fiscalía que correspondía al número 8.000. La presión política lo hizo iniciar una cacería contra los miembros del grupo narcotraficante. Y en 1995 empezaron a caer.

Ese mismo año, la Oficina de Control de Bienes Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos creó la llamada "Lista Clinton", con nombres y empresas vinculadas a los negocios ilícitos. El América de Cali entró en ella. Fue un veto internacional para mantener relaciones comerciales con quienes aparecieran en ella, una especie de condena a muerte financiera. Con esto y sin el aval económico de los Rodríguez Orejuela el equipo comenzó un declive.

Siguieron ganando títulos, logrando la 12° estrella nacional en 2008, pese a la imposibilidad de tener patrocinadores. La nómina ahora era de jugadores jóvenes y de poco renombre. El América de Cali terminó en segunda división en 2012. Pero entonces comenzó una nueva historia de renacimiento. En 2016 regresó a la A y salió limpio de la Lista Clinton después de más de 15 años.

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