Empezó examen de los restos de huesos humanos hallados en la nunciatura del Vaticano en Roma

Roma, EFE
El examen de los restos de huesos humanos encontrados bajo el suelo de un sótano de la nunciatura (embajada) de la Santa Sede en Roma comenzó hoy, y el resultado llegará entre 7 y 10 días.
Así lo explicó a EFE Laura Sgro, abogada de la familia de Emanuela Orlandi, la joven hija de un empleado vaticano cuya desaparición hace 35 años es uno de los grandes misterios de Italia y del Vaticano.




Pietro Orlandi, hermano de Emanuela, y la abogada acudieron hoy a la fiscalía de Roma que lleva el caso después de que tras el hallazgo de los restos óseos saltase en los medios la posibilidad de que correspondieran a la joven desaparecida.

Según explicó Sgro, el ADN de la joven está a disposición de la magistratura ya desde 2012, cuando se reabrió el caso al encontrar un huesos sin identificar al lado de la tumba en la basílica de San Apolinar de Enrico De Pedis, jefe de la “Banda de la Magliana”, la mafia de Roma durante los años 70 y 80.

Sgro también agregó que la familia quiere saber por qué tras el hallazgo se vinculó inmediatamente el nombre de Emanuela Orlandi, cuando se trata “únicamente de unos 70 pequeños fragmentos óseos”.

En estos días los medios de comunicación han publicado que se puede tratar de restos pertenecientes a dos personas, ya que se encontraron en dos sitios diferentes.



Ello les llevó también a sugerir que se pueda tratar de Mirella Gregori, otra joven desaparecida también ese mismo año y de la que nunca se tuvieron noticias.

Gregori vivía a escasos cien metros de la calle donde se encuentra este palacio.

El caso Orlandi tiene muchos componentes de misterio, ya que en la suerte de la muchacha se cruzan todo tipo de teorías que señalan a mafiosos, a la Iglesia e incluso al turco Ali Agca, que en 1981 atentó contra el papa Juan Pablo II.

En su momento Ali Agca aseguró que la desaparición de las adolescentes estaba vinculada a una exigencia de que él fuera puesto en libertad y apuntó que estaban vivas, pero fue una hipótesis que nunca se tuvo demasiado en cuenta, ya que el terrorista ha cambiado de versión en multitud de ocasiones.



También se investigó sobre que la chica fuera secuestrada por indicación del arzobispo estadounidense Paul Marcinkus, entonces director del Instituto para las Obras Religiosas (el IOR, más conocido como el Banco Vaticano) “para dar un escarmiento a alguien”.

En los últimos días se ha disparado la hipótesis de que los restos puedan pertenecer a la esposa de un portero de la nunciatura que desapareció misteriosamente en los años 60.

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