Ecuador, muy cerca de pedir un salvataje al Fondo Monetario para enfrentar la crisis
Infobae
El gobierno de Ecuador está cada vez más próximo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por estas horas la administración encabezada por Lenín Moreno analiza las vías de acercamiento con el organismo internacional para poder entablar un acuerdo definitivo de salvataje ante la retracción económica que enfrenta el país.
El ministro de Economía y Finanzas ecuatoriano, Richard Martínez, tendió no sólo los primeros puentes con el organismo sino que consultó además a pares regionales respecto a los acuerdos que alcanzaron en los últimos meses e interiorizarse en los pedidos y metas que exigieron desde el Fondo, de acuerdo a fuentes consultadas por Infobae.
La intención de Quito es que el Fondo acceda a un convenio de similares características al que comprometió a la Argentina recientemente, cuyo principal requisito es el equilibrio de las cuentas fiscales.
La caída del precio del barril de crudo y la sobreestimación hecha por la actual administración ecuatoriana respecto a los números de la actividad, generaron una severa recesión económica. Los especialistas ven como única salida un salvataje económico al Fondo que dé previsibilidad a los mercados externos.
Los datos de la realidad aumentan la presión sobre el Gobierno que necesita conseguir el financiamiento necesario para cubrir el déficit fiscal y las amortizaciones de la ya existente deuda. Además, el escenario interno no es el más alentador: tanto las empresas estatales como privadas no ven con buenos ojos ser quienes deban continuar financiando al fisco, situación que se haría insostenible para 2019.
La apuesta de la administración Moreno es lograr un acercamiento formal con el FMI para obtener un financiamiento con tasas y plazos mucho más favorables que las conseguidas en los últimos años en los mercados internacionales, además de generar una mayor confianza internacional hacia el Ecuador. Esto permitiría ayudar a bajar el riesgo país y abrir nuevas opciones de financiamiento.
La economía ecuatoriana está dolarizada desde hace casi 19 años. El 9 de enero del año 2000 el país gobernado entonces por Jamil Mahuad abandonó la que hasta entonces fue su moneda nacional, el sucre, por el dólar estadounidense, en medio del quiebre del sistema bancario nacional. Días después el presidente caería derrocado, pero la dolarización se mantuvo hasta la actualidad.
Las misiones del FMI hacia Ecuador nunca se detuvieron. En junio último un grupo de economistas dio un panorama complicado para el país. "Ecuador aún se está acomodando a los choques externos que han expuesto los desequilibrios estructurales subyacentes en la economía del país. En este contexto, se avecinan importantes desafíos, como abordar un alto déficit fiscal y el aumento de la deuda pública, un tipo de cambio efectivo real sobrevaluado y vulnerabilidades en la balanza de pagos del país", decía el informe.
"Abordar los desequilibrios fiscales sigue siendo una importante prioridad política. Después del declive del precio internacional del petróleo en 2014, el déficit del sector público no financiero aumentó al 8,4 por ciento del PIB en 2016. Pero con un 4,8 por ciento del PIB en 2017, el déficit aún es grande, particularmente para una economía dolarizada", concluyó.
La apuesta del ministro Martínez es cerrar el acuerdo cuanto antes con el Fondo para poder dar mayor previsibilidad a los mercados externos y poder dar mayor respaldo a las reservas internacionales. En las últimas horas, en medio de una gran reestructuración ministerial, Moreno ratificó a su hombre fuerte de la economía y al canciller José Valencia, previendo los tiempos de diálogo y negociaciones que se aproximan con el FMI.
El gobierno de Ecuador está cada vez más próximo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por estas horas la administración encabezada por Lenín Moreno analiza las vías de acercamiento con el organismo internacional para poder entablar un acuerdo definitivo de salvataje ante la retracción económica que enfrenta el país.
El ministro de Economía y Finanzas ecuatoriano, Richard Martínez, tendió no sólo los primeros puentes con el organismo sino que consultó además a pares regionales respecto a los acuerdos que alcanzaron en los últimos meses e interiorizarse en los pedidos y metas que exigieron desde el Fondo, de acuerdo a fuentes consultadas por Infobae.
La intención de Quito es que el Fondo acceda a un convenio de similares características al que comprometió a la Argentina recientemente, cuyo principal requisito es el equilibrio de las cuentas fiscales.
La caída del precio del barril de crudo y la sobreestimación hecha por la actual administración ecuatoriana respecto a los números de la actividad, generaron una severa recesión económica. Los especialistas ven como única salida un salvataje económico al Fondo que dé previsibilidad a los mercados externos.
Los datos de la realidad aumentan la presión sobre el Gobierno que necesita conseguir el financiamiento necesario para cubrir el déficit fiscal y las amortizaciones de la ya existente deuda. Además, el escenario interno no es el más alentador: tanto las empresas estatales como privadas no ven con buenos ojos ser quienes deban continuar financiando al fisco, situación que se haría insostenible para 2019.
La apuesta de la administración Moreno es lograr un acercamiento formal con el FMI para obtener un financiamiento con tasas y plazos mucho más favorables que las conseguidas en los últimos años en los mercados internacionales, además de generar una mayor confianza internacional hacia el Ecuador. Esto permitiría ayudar a bajar el riesgo país y abrir nuevas opciones de financiamiento.
La economía ecuatoriana está dolarizada desde hace casi 19 años. El 9 de enero del año 2000 el país gobernado entonces por Jamil Mahuad abandonó la que hasta entonces fue su moneda nacional, el sucre, por el dólar estadounidense, en medio del quiebre del sistema bancario nacional. Días después el presidente caería derrocado, pero la dolarización se mantuvo hasta la actualidad.
Las misiones del FMI hacia Ecuador nunca se detuvieron. En junio último un grupo de economistas dio un panorama complicado para el país. "Ecuador aún se está acomodando a los choques externos que han expuesto los desequilibrios estructurales subyacentes en la economía del país. En este contexto, se avecinan importantes desafíos, como abordar un alto déficit fiscal y el aumento de la deuda pública, un tipo de cambio efectivo real sobrevaluado y vulnerabilidades en la balanza de pagos del país", decía el informe.
"Abordar los desequilibrios fiscales sigue siendo una importante prioridad política. Después del declive del precio internacional del petróleo en 2014, el déficit del sector público no financiero aumentó al 8,4 por ciento del PIB en 2016. Pero con un 4,8 por ciento del PIB en 2017, el déficit aún es grande, particularmente para una economía dolarizada", concluyó.
La apuesta del ministro Martínez es cerrar el acuerdo cuanto antes con el Fondo para poder dar mayor previsibilidad a los mercados externos y poder dar mayor respaldo a las reservas internacionales. En las últimas horas, en medio de una gran reestructuración ministerial, Moreno ratificó a su hombre fuerte de la economía y al canciller José Valencia, previendo los tiempos de diálogo y negociaciones que se aproximan con el FMI.