Al Valencia le eliminan la ley de Cristiano y la flor de Mourinho
CR7 fue decisivo en el único gol de la Juventus, asistiendo a Mandzukic; el técnico celebró el triunfo que echa a los valencianistas con un tanto en el 91'.
Conrado Valle
As
La Champions le ha dicho al Valencia de Marcelino que aún no está preparado para ella. Y lo hizo de forma cruel, con un gol de Fellaini en el último minuto del partido de Old Trafford del que los blanquinegros se enteraron por boca del delegado Camarasa cuando se marchaban al túnel de vestuarios del Juventus Stadium. La derrota ante la Juventus puede entenderse como un resultado lógico y hasta entendible y la flor del United, caprichos del destino. Pero algo hicieron mal los blanquinegros para caer eliminados sin tan siquiera apurar las seis jornadas de la liguilla.
El Valencia ha pagado su empanada en Berna, dejándole aquel empate contra los suizos fuera de la Champions. Los resultados le mandan al Valencia a la Europa League, es decir, pasa de ser cola de león a ser cabeza de ratón. Quizás ahí pueda llegar más lejos, al menos esa será su exigencia allá por marzo, aunque hoy se llora despedirse de ella, de la más bella: la Champions.
El Valencia, en lo que fue su actuación de este martes, llegó al descanso vivo en el partido y también en el torneo. El Young Boys se mantenía firme en Old Trafford y ello hacía que los de Marcelino siguieran dependiendo de sí mismos para meterse en octavos. El asturiano aventuró un encuentro largo y tortuoso y hasta el descanso fue más lo primero que lo segundo. La Juventus había inquietado a Neto, como es lo lógico cuando tienes a Cristiano, Dybala y cía, aunque para nada fue un asedio juventino, que no olvidemos a esas horas seguían sin tener en su bolsillo el billete para octavos. El más de los incisivos de los italianos era Joao Cancelo y la mejor ocasión, sin duda, fue la que tuvo Diakhaby en el último suspiro del primer tiempo.
El remate de cabeza del francés lo sacó sobre la bocina Szczesny en un alarde de reflejos. Seguro que el VAR habría revisado esa jugada por si el balón hubiera llegado a traspasar la la línea, como también un posible penalti de Kondogbia a Pjanic y un manotazo de Gabriel a Dybala. Esa ocasión de Diakhaby reafirmaba (aunque no consumaba) el planteamiento de Marcelino, que consistía en defender a a lo Fuenteovejuna y aprovechar los momentos que, por talento, seguro tendrían los suyos. Neto tenía seguridad privada con Wass, Gabriel, Diakhaby y Gayà; mientras Parejo sacaba en Turín su mejor versión, esa que lleva semanas demostrando Coquelin. Ellos taparon los errores de Kondogbia, que está lejos del que era en Valencia y cerca del que fue en Milán.
Hasta el descanso apenas hubo noticias de Cristiano Ronaldo. Pero el portugués siempre está. De un recorte a Gabriel Paulista hizo un pasillo y de un pase raso, un abrelatas. Sobre el Valencia cayó la Ley de Cristiano, impecable como suele serlo el portugués en la Champions, un torneo al que le tiene un cariño especial y que vuelve a ser su gran objetivo personal y también colectivo. Para eso le fichó la Juventus. Su asistencia fue un regalo de gol a Mandzukic y un mazazo en toda regla a la moral blanquinegra, que a partir de ese instante se la jugaba más en Old Trafford que en Turín.
El Young Boys era su aliado y la flor del United, su enemigo. Diakhaby quiso emular la mano de Dios de Maradona, aunque al francés sí le pillaron. Fue lo más cerca que estuvo el Valencia del empate, al que el paso de los minutos le hizo mella en lo físico y también en lo anímico. Por más artillería que sacara Marcelino con Batshuayi y Carlos Soler, que se sumaron a Gameiro desde el banquillo, las verdaderas ocasiones fueron de la Juventus. La tuvo Cristiano Ronaldo y también Mandzukic, aunque Neto se encargó de dejarlas en nada. Pero nada pudo hacer el brasileño para evitar el gol de Fellaini. Es lo que tiene acabar dependiendo de terceros. Adiós a la Champions.
Conrado Valle
As
La Champions le ha dicho al Valencia de Marcelino que aún no está preparado para ella. Y lo hizo de forma cruel, con un gol de Fellaini en el último minuto del partido de Old Trafford del que los blanquinegros se enteraron por boca del delegado Camarasa cuando se marchaban al túnel de vestuarios del Juventus Stadium. La derrota ante la Juventus puede entenderse como un resultado lógico y hasta entendible y la flor del United, caprichos del destino. Pero algo hicieron mal los blanquinegros para caer eliminados sin tan siquiera apurar las seis jornadas de la liguilla.
El Valencia ha pagado su empanada en Berna, dejándole aquel empate contra los suizos fuera de la Champions. Los resultados le mandan al Valencia a la Europa League, es decir, pasa de ser cola de león a ser cabeza de ratón. Quizás ahí pueda llegar más lejos, al menos esa será su exigencia allá por marzo, aunque hoy se llora despedirse de ella, de la más bella: la Champions.
El Valencia, en lo que fue su actuación de este martes, llegó al descanso vivo en el partido y también en el torneo. El Young Boys se mantenía firme en Old Trafford y ello hacía que los de Marcelino siguieran dependiendo de sí mismos para meterse en octavos. El asturiano aventuró un encuentro largo y tortuoso y hasta el descanso fue más lo primero que lo segundo. La Juventus había inquietado a Neto, como es lo lógico cuando tienes a Cristiano, Dybala y cía, aunque para nada fue un asedio juventino, que no olvidemos a esas horas seguían sin tener en su bolsillo el billete para octavos. El más de los incisivos de los italianos era Joao Cancelo y la mejor ocasión, sin duda, fue la que tuvo Diakhaby en el último suspiro del primer tiempo.
El remate de cabeza del francés lo sacó sobre la bocina Szczesny en un alarde de reflejos. Seguro que el VAR habría revisado esa jugada por si el balón hubiera llegado a traspasar la la línea, como también un posible penalti de Kondogbia a Pjanic y un manotazo de Gabriel a Dybala. Esa ocasión de Diakhaby reafirmaba (aunque no consumaba) el planteamiento de Marcelino, que consistía en defender a a lo Fuenteovejuna y aprovechar los momentos que, por talento, seguro tendrían los suyos. Neto tenía seguridad privada con Wass, Gabriel, Diakhaby y Gayà; mientras Parejo sacaba en Turín su mejor versión, esa que lleva semanas demostrando Coquelin. Ellos taparon los errores de Kondogbia, que está lejos del que era en Valencia y cerca del que fue en Milán.
Hasta el descanso apenas hubo noticias de Cristiano Ronaldo. Pero el portugués siempre está. De un recorte a Gabriel Paulista hizo un pasillo y de un pase raso, un abrelatas. Sobre el Valencia cayó la Ley de Cristiano, impecable como suele serlo el portugués en la Champions, un torneo al que le tiene un cariño especial y que vuelve a ser su gran objetivo personal y también colectivo. Para eso le fichó la Juventus. Su asistencia fue un regalo de gol a Mandzukic y un mazazo en toda regla a la moral blanquinegra, que a partir de ese instante se la jugaba más en Old Trafford que en Turín.
El Young Boys era su aliado y la flor del United, su enemigo. Diakhaby quiso emular la mano de Dios de Maradona, aunque al francés sí le pillaron. Fue lo más cerca que estuvo el Valencia del empate, al que el paso de los minutos le hizo mella en lo físico y también en lo anímico. Por más artillería que sacara Marcelino con Batshuayi y Carlos Soler, que se sumaron a Gameiro desde el banquillo, las verdaderas ocasiones fueron de la Juventus. La tuvo Cristiano Ronaldo y también Mandzukic, aunque Neto se encargó de dejarlas en nada. Pero nada pudo hacer el brasileño para evitar el gol de Fellaini. Es lo que tiene acabar dependiendo de terceros. Adiós a la Champions.