¿Qué hacen los venezolanos con los bolívares?
El programa económico de Nicolás Maduro no frena la hiperinflación. Muchos ciudadanos destinan los billetes a hacer manualidades
Maolis Castro
Caracas, El País
El bolívar se ha puesto de moda en Venezuela. Una moda peculiar. La costurera Wilmarys Pacheco convierte el papel moneda en carteras y otros accesorios en el oeste de Caracas. “Se venden, son coquetos y muy económicos. Con unos 400 billetes puedo hacer un bolso y con unos 140 se elabora un monedero”, dice.
La devaluación ha provocado una acelerada pérdida del valor nominal de la moneda hasta el punto de que los billetes venezolanos son usados para manualidades o lo que se conoce como money art. En ciudades fronterizas de Colombia es frecuente la venta de artesanía hecha con bolívares, y hay artistas que han comenzado a emplearlos como soporte. Algunos ya han expuesto cuadros y otras creaciones en redes sociales. “Cuando divulgué una obra con papel moneda recibí amenazas anónimas en Twitter por emplear ese material, así que tuve que borrar esa publicación por precaución”, relata una artista en Caracas que pide no ser identificada.
Los billetes más usados para este fin son los de más baja denominación y los que ya no están vigentes debido a la entrada del nuevo cono monetario hace más de un mes. “Hice unos adornos, entre ellos anillos, con los de 100, 50, 20 y dos bolívares antiguos, que ya no sirven ni para comprar un caramelo, pero que tienen colores y diseños muy atractivos. Hace un mes hice un jarrón con ellos. Ya no sirven y la gente suele botarlos en la calle”, cuenta Adriana Tovar, una joven caraqueña.
Los oficialistas piensan que desde el exterior se ha desatado una “guerra” contra el bolívar a través de páginas web que cotizan divisas en el mercado negro. El Gobierno venezolano ha prometido un renacimiento del bolívar, al que ha anclado a la criptomoneda venezolana bautizada como el petro, que se encuentra respaldada en recursos minerales del país. Pero todo depende del funcionamiento del plan de recuperación de la economía, alabado por el oficialismo y criticado por los opositores.
Los nuevos billetes
El 20 de agosto entró en circulación un nuevo cono monetario (conjunto de monedas que existen y circulan simultáneamente en un país y que se describen en orden ascendente o descendente), tras eliminar cinco ceros al bolívar y aplicar un programa financiero con la intención de combatir la hiperinflación. El presidente, Nicolás Maduro, aseguró que se había logrado eliminar la “emisión de dinero inorgánico” con la aplicación de sus medidas económicas. “Todos los bolívares emitidos están sustentados en la riqueza nacional, los bolívares soberanos que están circulando están sustentados en la riqueza en divisas del país y en el funcionamiento del sistema tributario: el buen cobro de los impuestos”, indicó el mandatario un mes después de los ajustes. Pero ninguna de las fórmulas ha logrado mejorías.
Por ahora, los billetes se obtienen en bancos y alcanzan para pagar más que los anteriores. Con ellos se pueden adquirir algunos productos y pagar el transporte terrestre. También la venta de dinero en efectivo es menos evidente en el país. Pero las posibilidades de que el valor de la moneda se diluya este año son altas. Con 500 bolívares soberanos, la denominación más alta del cono monetario, se pueden comprar unos 30 huevos y un kilo de queso, el menos costoso. Hace un mes ese monto servía para pagar lo mismo, además de un kilogramo de pollo, pan, café, arroz y vegetales. "Solo ha servido para facilitar el comercio y otras operaciones, pues ahora nuestros bolsillos están más aliviados al no tener que cargar con voluminosas pacas de dinero. Eso no significa que será una solución duradera porque ya me alcanza menos el efectivo desde que empezó a circular", explica Adriana Tovar, que percibe el doble del salario mínimo.
La Asamblea Nacional, el poder legislativo opositor, calcula que la inflación aumentó en un 223,1% en agosto. Ni siquiera las divisas se salvan del precipicio económico en Venezuela. “Hoy se necesita casi tres veces más dólares para comprar una canasta promedio de bienes y servicios para una familia de cuatro miembros que lo que se necesitaba hace un año. La hiperinflación es tan agresiva que genera inflación en moneda dura”, decía el economista Asdrúbal Oliveros en Twitter. Otros expertos coinciden con él y pronostican un agravamiento de la debacle.
El aumento en un 3.464% del salario mínimo (que pasó de 5,2 millones de bolívares a 180 millones, unos 28 dólares) decretado por el Gobierno comenzó a devaluarse antes de entrar en vigor, el 1 de septiembre. Con esa cantidad solo se podían comprar cinco kilogramos de detergente hasta hace dos días. Pacheco sabe que el dinero se esfuma como humo en Venezuela. Su esposo, Ángel Ribas, acordó con sus jefes en una carnicería que le pagaran con comida. “Es más rentable que ganar en bolívares, la comida no se devalúa y así garantizamos la alimentación de nuestros cinco hijos”, acota.
La artesanía con billetes no genera grandes ganancias, la costurera apenas gana por la venta de un artículo entre 30 y 50 bolívares o menos de un dólar calculado en el mercado paralelo. Cree que tendrá nuevos diseños de carteras en unos meses. “Ojalá se levante el país, pero creo que eso tardará mucho tiempo… Ya un cliente me pidió que elaborara un monedero con los nuevos billetes porque tienen colores muy bonitos”, dice.
Maolis Castro
Caracas, El País
El bolívar se ha puesto de moda en Venezuela. Una moda peculiar. La costurera Wilmarys Pacheco convierte el papel moneda en carteras y otros accesorios en el oeste de Caracas. “Se venden, son coquetos y muy económicos. Con unos 400 billetes puedo hacer un bolso y con unos 140 se elabora un monedero”, dice.
La devaluación ha provocado una acelerada pérdida del valor nominal de la moneda hasta el punto de que los billetes venezolanos son usados para manualidades o lo que se conoce como money art. En ciudades fronterizas de Colombia es frecuente la venta de artesanía hecha con bolívares, y hay artistas que han comenzado a emplearlos como soporte. Algunos ya han expuesto cuadros y otras creaciones en redes sociales. “Cuando divulgué una obra con papel moneda recibí amenazas anónimas en Twitter por emplear ese material, así que tuve que borrar esa publicación por precaución”, relata una artista en Caracas que pide no ser identificada.
Los billetes más usados para este fin son los de más baja denominación y los que ya no están vigentes debido a la entrada del nuevo cono monetario hace más de un mes. “Hice unos adornos, entre ellos anillos, con los de 100, 50, 20 y dos bolívares antiguos, que ya no sirven ni para comprar un caramelo, pero que tienen colores y diseños muy atractivos. Hace un mes hice un jarrón con ellos. Ya no sirven y la gente suele botarlos en la calle”, cuenta Adriana Tovar, una joven caraqueña.
Los oficialistas piensan que desde el exterior se ha desatado una “guerra” contra el bolívar a través de páginas web que cotizan divisas en el mercado negro. El Gobierno venezolano ha prometido un renacimiento del bolívar, al que ha anclado a la criptomoneda venezolana bautizada como el petro, que se encuentra respaldada en recursos minerales del país. Pero todo depende del funcionamiento del plan de recuperación de la economía, alabado por el oficialismo y criticado por los opositores.
Los nuevos billetes
El 20 de agosto entró en circulación un nuevo cono monetario (conjunto de monedas que existen y circulan simultáneamente en un país y que se describen en orden ascendente o descendente), tras eliminar cinco ceros al bolívar y aplicar un programa financiero con la intención de combatir la hiperinflación. El presidente, Nicolás Maduro, aseguró que se había logrado eliminar la “emisión de dinero inorgánico” con la aplicación de sus medidas económicas. “Todos los bolívares emitidos están sustentados en la riqueza nacional, los bolívares soberanos que están circulando están sustentados en la riqueza en divisas del país y en el funcionamiento del sistema tributario: el buen cobro de los impuestos”, indicó el mandatario un mes después de los ajustes. Pero ninguna de las fórmulas ha logrado mejorías.
Por ahora, los billetes se obtienen en bancos y alcanzan para pagar más que los anteriores. Con ellos se pueden adquirir algunos productos y pagar el transporte terrestre. También la venta de dinero en efectivo es menos evidente en el país. Pero las posibilidades de que el valor de la moneda se diluya este año son altas. Con 500 bolívares soberanos, la denominación más alta del cono monetario, se pueden comprar unos 30 huevos y un kilo de queso, el menos costoso. Hace un mes ese monto servía para pagar lo mismo, además de un kilogramo de pollo, pan, café, arroz y vegetales. "Solo ha servido para facilitar el comercio y otras operaciones, pues ahora nuestros bolsillos están más aliviados al no tener que cargar con voluminosas pacas de dinero. Eso no significa que será una solución duradera porque ya me alcanza menos el efectivo desde que empezó a circular", explica Adriana Tovar, que percibe el doble del salario mínimo.
La Asamblea Nacional, el poder legislativo opositor, calcula que la inflación aumentó en un 223,1% en agosto. Ni siquiera las divisas se salvan del precipicio económico en Venezuela. “Hoy se necesita casi tres veces más dólares para comprar una canasta promedio de bienes y servicios para una familia de cuatro miembros que lo que se necesitaba hace un año. La hiperinflación es tan agresiva que genera inflación en moneda dura”, decía el economista Asdrúbal Oliveros en Twitter. Otros expertos coinciden con él y pronostican un agravamiento de la debacle.
El aumento en un 3.464% del salario mínimo (que pasó de 5,2 millones de bolívares a 180 millones, unos 28 dólares) decretado por el Gobierno comenzó a devaluarse antes de entrar en vigor, el 1 de septiembre. Con esa cantidad solo se podían comprar cinco kilogramos de detergente hasta hace dos días. Pacheco sabe que el dinero se esfuma como humo en Venezuela. Su esposo, Ángel Ribas, acordó con sus jefes en una carnicería que le pagaran con comida. “Es más rentable que ganar en bolívares, la comida no se devalúa y así garantizamos la alimentación de nuestros cinco hijos”, acota.
La artesanía con billetes no genera grandes ganancias, la costurera apenas gana por la venta de un artículo entre 30 y 50 bolívares o menos de un dólar calculado en el mercado paralelo. Cree que tendrá nuevos diseños de carteras en unos meses. “Ojalá se levante el país, pero creo que eso tardará mucho tiempo… Ya un cliente me pidió que elaborara un monedero con los nuevos billetes porque tienen colores muy bonitos”, dice.