Los suplentes de Boca no pasaron la prueba ante Central: las claves de un tibio empate


Claudio Mauri
La Nación
Descansaron los titulares de Boca que enfrentarán el miércoles a Palmeiras por las semifinales de la Copa Libertadores. Al reposo físico también pueden sumarle tranquilidad porque ninguno de los que jugaron en el empate 0-0 con Rosario Central hizo méritos suficientes para quitarle el puesto a alguno.


De Rossi está la duda permanente sobre su capacidad para dar la seguridad que ofrecía Andrada. Cada partido es un examen para el arquero que es mirado con desconfianza. Llegó el boliviano Lampe, a quien en las pocas prácticas observaron como un arquero con buena técnica y ubicación. Si Rossi, que tiene más respaldo de Guillermo Barros Schelotto que de otros sectores del club, se jugaba la posibilidad de estar desde el arranque ante los brasileños, no desperdició la oportunidad. No porque haya tenido un gran rendimiento, sino porque respondió con acierto en las pocas llegadas de Central.

Dejando al margen su peligrosa tendencia a quedarse bajo los palos y no salir a cortar los centros, Rossi estuvo firme para tapar una definición cruzada de Zampedri y un cabezazo de Ortiz; en situaciones más sencillas hizo lo correcto. Y tuvo la cuota de suerte que no siempre lo acompaña en esa volea y cabezazo del final de Carrizo que se fueron desviados. Seguramente Boca empezará a buscar la final de la Libertadores con Rossi en el arco.

Wanchope Ábila ya se debe ir imaginando cómo lidiará con los zagueros centrales de Palmeiras. Benedetto sigue sin ser el centro-delantero que era antes de la grave lesión en los ligamentos de una rodilla. Que todavía no haya marcado un gol tras la recuperación -también se desgarró frente a Gimnasia por la Copa Argentina- es todo un síntoma. Le faltan agresividad y olfato, fue un atacante dócil ante la férrea marcación de Ortiz y Caruzzo.

Si entre Villa y Zárate hay un puesto en danza, el colombiano, aun con intermitencias, fue más incisivo que el ex Vélez, muy apagado, disperso. El tiro libre que ejecutó a la tribuna antes de ser reemplazado fue el epitafio de su descolorida actuación. Villa, con su velocidad y freno, fue el que más inquietó a la defensa de Central, y en el cierre provocó la expulsión por una falta de Pereyra.

A Gago le cuesta más dirigir el juego, como se lo pide su estilo y personalidad. Su pase no tuvo la limpieza ni la precisión habituales para romper las líneas rivales.

En una Bombonera que no estuvo colmada, como si se estuviera reservando para el miércoles, la formación alternativa que diseñó Barros Schelotto también empezó poco enchufada en el partido. Con poco ritmo y tensión competitivos. Enfrente, Central debía demostrarse que estaba vivo, luego de haber obtenido solo un punto en los últimos cuatro partidos, con apenas un tanto marcado. El conjunto de Bauza fue ordenado y voluntarioso, bien sostenido por su arquero Ledesma -ágil y sólido cuando tuvo más trabajo en el segundo tiempo- y los zagueros centrales Caruzzo y el reaparecido Ortiz. Eso sí, el Canalla debe asimilar la baja forma futbolística de Ortigoza, al que cada vez le cuesta más encontrar la pelota.

El equipo para enfrentar a Palmeiras lo tengo en la cabeza, pero lo definiré el martes. Quiero que los jugadores estén preparados y atentos
Guillermo Barros Schelotto (DT de Boca)
Boca tuvo un poco más dinámica en la segunda etapa y dispuso de algunas ocasiones, pero también se vio descompensado en algunos contraataques de Central. Lo más destacado fue a futuro, no para lo inmediato del miércoles: el central Balerdi, con su primer partido en la Bombonera a los 19 años, demostró estampa y promisorias condiciones. El punto de un empate tibio es insuficiente para acercarse a Racing y darle sustento al sueño del tricampeonato. Fue una jornada neutra, insulsa, con suplentes descafeinados. Con otros nombres, frente a Palmeiras será indispensable más picante y robustez.

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