Lopetegui, sentenciado desde Moscú
Decepcionado con el técnico desde la derrota ante el CSKA, Florentino Pérez quiso esperar el resultado del clásico antes de impulsar un despido que cree cada vez más necesario
Diego Torres
Madrid, El País
El jueves 27 septiembre, al día siguiente de la primera derrota del Madrid en esta Liga, contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (3-0), un intermediario que dijo actuar en nombre del club que preside Florentino Pérez llamó al representante de Antonio Conte para comunicarle que su cliente era uno de los nombres que aparecían en la restringida lista de posibles alternativas para sustituir a Julen Lopetegui, si las cosas seguían torciéndose. El agente de Conte —ex entrenador del Chelsea y de la Juventus, actualmente en el paro— recibió el mensaje con la admonición de rigor: si recibía una oferta de otro club, que por favor avisara de inmediato. Desde entonces el Madrid ha desmentido —oficiosamente— este contacto. Pero hasta este sábado había fuentes en el club que insistían en que la opción de Conte sigue en pie, junto con otras, como la de nombrar a un técnico interino, alguien de la casa como el entrenador del Castilla, Santiago Solari, que se haría cargo del equipo hasta Navidad, mientras se prepara la transición definitiva.
La ausencia de candidatos convincentes para ocupar la caseta ha dilatado el proceso. Hasta este sábado, el plan de la directiva, según un responsable del Madrid, era esperar al clásico del Camp Nou para ejecutar una decisión que todos en los despachos de Chamartín dan por tomada desde el 2 de octubre, día del 0-1 contra el CSKA en Moscú: hay que despedir a Lopetegui para evitar que la crisis que amenaza con descarrilar al equipo de la Liga provoque males mayores. Solo falta determinar cuándo y cómo. No tenía sentido, advertían en las oficinas del Bernabéu, nombrar a un nuevo técnico antes del domingo que viene, exponiéndolo, tal y como está el equipo, a dejarle marcado si pierde por goleada en el Camp Nou.
Estas previsiones pueden alterarse con la derrota ante el Levante, la tercera consecutiva que sufre el Madrid, que encadena cinco partidos sin ganar, precisamente desde el viaje a Sevilla del 26 de septiembre. Los ejecutivos madridistas preveían un panorama tormentoso, pero no hasta este punto. Se quedaron perplejos ante el espectáculo ofrecido ante el Levante, comenzando por la alineación. Florentino Pérez bajó al vestuario, como es su costumbre, y debió pasar por el trance desagradable de cruzarse con Julen Lopetegui.
Los testigos de los encuentros del presidente con el entrenador observan que son cada vez más fríos. Especialmente desde la derrota sufrida en Moscú, cuando Florentino Pérez resolvió que el vasco no era el hombre adecuado para su banquillo. El mandatario prefiere evitarle, aunque el distanciamiento resulte patente para los presentes. "Si hay un grupo de personas", indica un empleado del club, "el presidente saluda a todos antes que a Lopetegui".
Lopetegui pasó por el aro del protocolo y después acudió a la sala de conferencias a repetir un discurso que, cuanto más gasta, mejor pronuncia. “Está claro que no lo hemos merecido”, dijo el técnico tras caer ante el Levante, más firme que nunca y sin evidenciar los tics nerviosos que exhibió en Moscú o en Vitoria, cuando debió explicar una decepción que entonces resultaba más novedosa. “Pero el fútbol no se gana por merecimientos", remató.
"Hemos disparado 34 veces en total, a puerta 15, y hemos llegado innumerables veces a portería", dijo, en defensa de su tarea y cargando la responsabilidad en los delanteros. "Creo que hemos tenido muchísimas opciones. Lo único que puede hacer el equipo es cambiar dinámicas. Acertar en la portería contraria. ¡Las dinámicas son arrebatadoras!”.
Le preguntaron si temía perder el cargo y adoptó una actitud altiva. “En lo último que pienso es en eso”, dijo. “Me preocupa levantar a los chicos, que sigan creyendo e insistiendo en cambiar las dinámicas, y prepararlos para el partido tan importante de Champions [el martes contra el Viktoria Pilsen].
La Champions, prioritaria
En este punto el entrenador coincide plenamente con Florentino Pérez, como revelan desde el palco. Contra lo que predica la propaganda oficial, la prioridad absoluta del presidente en esta temporada —igual que las anteriores— es la Champions. Si Florentino Pérez se plantea fulminar a Lopetegui lo antes posible es porque considera que su permanencia al frente del equipo compromete la clasificación para los octavos de la Champions o el acceso al cuarto puesto de la Liga, puerta del máximo torneo continental.
Como viene haciendo desde Sevilla, cada vez con más determinación, el técnico del Madrid evitó por todos los medios reconocer la evidencia de aquello que no funciona. En su abnegación por eludir la autocrítica, durante su conferencia de prensa Lopetegui llegó a asegurar que su equipo había entrado al partido con buen pie, a pesar de encajar dos goles muy evitables en los primeros 15 minutos. “El equipo no ha salido mal”, dijo, “y a nivel colectivo hemos tenido un inicio prometedor con llegadas (...). En ese ataque estático hemos tenido muchísima incidencia. Hemos atacado mucho y bien. Pero los números en el fútbol valen de poco. Valen los goles”.
Lopetegui contabilizó como ocasiones claras una serie de rebotes y disparos atropellados a la salida de centros laterales, prácticamente la única opción ofensiva que descubrieron Asensio, Bale y Mariano. El técnico del Levante, Paco López, desmintió a su colega con la prueba del marcador en la mano. “El Madrid”, dijo, “solo nos ha podido marcar un gol al contragolpe, por un error en un pase de Campaña cuando tenía mucho tiempo para decidir y todo nuestro equipo estaba desplegado”.
Diego Torres
Madrid, El País
El jueves 27 septiembre, al día siguiente de la primera derrota del Madrid en esta Liga, contra el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (3-0), un intermediario que dijo actuar en nombre del club que preside Florentino Pérez llamó al representante de Antonio Conte para comunicarle que su cliente era uno de los nombres que aparecían en la restringida lista de posibles alternativas para sustituir a Julen Lopetegui, si las cosas seguían torciéndose. El agente de Conte —ex entrenador del Chelsea y de la Juventus, actualmente en el paro— recibió el mensaje con la admonición de rigor: si recibía una oferta de otro club, que por favor avisara de inmediato. Desde entonces el Madrid ha desmentido —oficiosamente— este contacto. Pero hasta este sábado había fuentes en el club que insistían en que la opción de Conte sigue en pie, junto con otras, como la de nombrar a un técnico interino, alguien de la casa como el entrenador del Castilla, Santiago Solari, que se haría cargo del equipo hasta Navidad, mientras se prepara la transición definitiva.
La ausencia de candidatos convincentes para ocupar la caseta ha dilatado el proceso. Hasta este sábado, el plan de la directiva, según un responsable del Madrid, era esperar al clásico del Camp Nou para ejecutar una decisión que todos en los despachos de Chamartín dan por tomada desde el 2 de octubre, día del 0-1 contra el CSKA en Moscú: hay que despedir a Lopetegui para evitar que la crisis que amenaza con descarrilar al equipo de la Liga provoque males mayores. Solo falta determinar cuándo y cómo. No tenía sentido, advertían en las oficinas del Bernabéu, nombrar a un nuevo técnico antes del domingo que viene, exponiéndolo, tal y como está el equipo, a dejarle marcado si pierde por goleada en el Camp Nou.
Estas previsiones pueden alterarse con la derrota ante el Levante, la tercera consecutiva que sufre el Madrid, que encadena cinco partidos sin ganar, precisamente desde el viaje a Sevilla del 26 de septiembre. Los ejecutivos madridistas preveían un panorama tormentoso, pero no hasta este punto. Se quedaron perplejos ante el espectáculo ofrecido ante el Levante, comenzando por la alineación. Florentino Pérez bajó al vestuario, como es su costumbre, y debió pasar por el trance desagradable de cruzarse con Julen Lopetegui.
Los testigos de los encuentros del presidente con el entrenador observan que son cada vez más fríos. Especialmente desde la derrota sufrida en Moscú, cuando Florentino Pérez resolvió que el vasco no era el hombre adecuado para su banquillo. El mandatario prefiere evitarle, aunque el distanciamiento resulte patente para los presentes. "Si hay un grupo de personas", indica un empleado del club, "el presidente saluda a todos antes que a Lopetegui".
Lopetegui pasó por el aro del protocolo y después acudió a la sala de conferencias a repetir un discurso que, cuanto más gasta, mejor pronuncia. “Está claro que no lo hemos merecido”, dijo el técnico tras caer ante el Levante, más firme que nunca y sin evidenciar los tics nerviosos que exhibió en Moscú o en Vitoria, cuando debió explicar una decepción que entonces resultaba más novedosa. “Pero el fútbol no se gana por merecimientos", remató.
"Hemos disparado 34 veces en total, a puerta 15, y hemos llegado innumerables veces a portería", dijo, en defensa de su tarea y cargando la responsabilidad en los delanteros. "Creo que hemos tenido muchísimas opciones. Lo único que puede hacer el equipo es cambiar dinámicas. Acertar en la portería contraria. ¡Las dinámicas son arrebatadoras!”.
Le preguntaron si temía perder el cargo y adoptó una actitud altiva. “En lo último que pienso es en eso”, dijo. “Me preocupa levantar a los chicos, que sigan creyendo e insistiendo en cambiar las dinámicas, y prepararlos para el partido tan importante de Champions [el martes contra el Viktoria Pilsen].
La Champions, prioritaria
En este punto el entrenador coincide plenamente con Florentino Pérez, como revelan desde el palco. Contra lo que predica la propaganda oficial, la prioridad absoluta del presidente en esta temporada —igual que las anteriores— es la Champions. Si Florentino Pérez se plantea fulminar a Lopetegui lo antes posible es porque considera que su permanencia al frente del equipo compromete la clasificación para los octavos de la Champions o el acceso al cuarto puesto de la Liga, puerta del máximo torneo continental.
Como viene haciendo desde Sevilla, cada vez con más determinación, el técnico del Madrid evitó por todos los medios reconocer la evidencia de aquello que no funciona. En su abnegación por eludir la autocrítica, durante su conferencia de prensa Lopetegui llegó a asegurar que su equipo había entrado al partido con buen pie, a pesar de encajar dos goles muy evitables en los primeros 15 minutos. “El equipo no ha salido mal”, dijo, “y a nivel colectivo hemos tenido un inicio prometedor con llegadas (...). En ese ataque estático hemos tenido muchísima incidencia. Hemos atacado mucho y bien. Pero los números en el fútbol valen de poco. Valen los goles”.
Lopetegui contabilizó como ocasiones claras una serie de rebotes y disparos atropellados a la salida de centros laterales, prácticamente la única opción ofensiva que descubrieron Asensio, Bale y Mariano. El técnico del Levante, Paco López, desmintió a su colega con la prueba del marcador en la mano. “El Madrid”, dijo, “solo nos ha podido marcar un gol al contragolpe, por un error en un pase de Campaña cuando tenía mucho tiempo para decidir y todo nuestro equipo estaba desplegado”.