Las tres refugiadas fueron asesinadas a sangre fría en Grecia por alguien experimentado
La Policía investiga un móvil hallado junto a una de las víctimas, a 50 metros de la frontera turca
EFE
Atenas
Las tres refugiadas que fueron halladas muertas el miércoles en Grecia a pocos metros de la frontera con Turquía fueron asesinadas a sangre fría por alguien experimentado, según los resultados de la autopsia divulgados este viernes.
El informe no aclara definitivamente si se trató de una ejecución por parte de radicales islámicos o un asesinato perpetrado por traficantes de personas, pero permite deducir que los autores no actuaban por vez primera, a la vista de la destreza de los acuchillamientos.
Según fuentes de la investigación citadas por los medios locales, el cadáver de la mayor de las tres mujeres, de unos 35 años, presentaba una serie de heridas que demuestran que intentó defenderse de sus agresores, mientras que las otras dos, posiblemente con edades entre los 15 y 21 años, fueron degolladas sin poder presentar resistencia.
La mayor de las mujeres podría ser la madre de las otras dos, un extremo que todavía no ha podido confirmarse.
La víctima presentaba ocho incisiones en manos y abdomen, lo que demuestra que intentó zafarse de sus agresores, pero solo la novena cuchillada, un corte en el cuello de izquierda a derecha, fue la mortal.
Las tres mujeres fueron halladas este miércoles con las manos atadas a solo 50 metros de la frontera con Turquía, en el extremo nororiental de Grecia, pero, según el informe forense, posiblemente llevaban ya tres o cuatro días muertas. Por el momento se desconoce su identidad y procedencia, pero se cree que podrían provenir del Magreb o de algún país árabe.
Las dos jóvenes fueron halladas juntas, mientras que el cuerpo de la tercera estaba a unos metros de distancia de ellas.
Los asesinos habían obligado a las tres mujeres a ponerse de rodillas y mirar en la misma dirección, lo que, según los medios locales, hace pensar a los investigadores que podría tratarse de un crimen en el que se ha seguido un ritual musulmán.
Los cuerpos no presentaban indicios de agresión sexual ni tampoco hay pruebas de que fueran víctimas de un robo, pues la mayor de las tres mujeres portaba joyas.
La Policía griega examina un teléfono móvil hallado junto a esta mujer del que espera obtener información sobre el origen, identidad, trayecto y contactos que tuvieron las tres víctimas.
Según explicó a Efe una portavoz, el móvil fue hallado encendido junto a esa mujer al lado de un cuchillo de tipo militar que se sospecha fue utilizado para el asesinato y que está siendo examinado en el laboratorio forense.
Una ruta muy transitada
El hallazgo se produjo junto al río Evros, paso habitual de migrantes en búsqueda de mejores condiciones de vida en Europa desde los años noventa, mucho antes del estallido de la crisis de refugiados, en 2015.
Según datos del Ministerio de Migración, han llegado a Grecia a través de la frontera terrestre con Turquía 3.300 personas en 2016, 5.500 en 2017 y 12.000 solo en los primeros nueve meses de 2018.
Desde enero hasta septiembre de este año, la Policía detuvo además en el norte de Grecia a 1.190 traficantes, a los que se sumaron otros 30 durante la primera semana de octubre.
EFE
Atenas
Las tres refugiadas que fueron halladas muertas el miércoles en Grecia a pocos metros de la frontera con Turquía fueron asesinadas a sangre fría por alguien experimentado, según los resultados de la autopsia divulgados este viernes.
El informe no aclara definitivamente si se trató de una ejecución por parte de radicales islámicos o un asesinato perpetrado por traficantes de personas, pero permite deducir que los autores no actuaban por vez primera, a la vista de la destreza de los acuchillamientos.
Según fuentes de la investigación citadas por los medios locales, el cadáver de la mayor de las tres mujeres, de unos 35 años, presentaba una serie de heridas que demuestran que intentó defenderse de sus agresores, mientras que las otras dos, posiblemente con edades entre los 15 y 21 años, fueron degolladas sin poder presentar resistencia.
La mayor de las mujeres podría ser la madre de las otras dos, un extremo que todavía no ha podido confirmarse.
La víctima presentaba ocho incisiones en manos y abdomen, lo que demuestra que intentó zafarse de sus agresores, pero solo la novena cuchillada, un corte en el cuello de izquierda a derecha, fue la mortal.
Las tres mujeres fueron halladas este miércoles con las manos atadas a solo 50 metros de la frontera con Turquía, en el extremo nororiental de Grecia, pero, según el informe forense, posiblemente llevaban ya tres o cuatro días muertas. Por el momento se desconoce su identidad y procedencia, pero se cree que podrían provenir del Magreb o de algún país árabe.
Las dos jóvenes fueron halladas juntas, mientras que el cuerpo de la tercera estaba a unos metros de distancia de ellas.
Los asesinos habían obligado a las tres mujeres a ponerse de rodillas y mirar en la misma dirección, lo que, según los medios locales, hace pensar a los investigadores que podría tratarse de un crimen en el que se ha seguido un ritual musulmán.
Los cuerpos no presentaban indicios de agresión sexual ni tampoco hay pruebas de que fueran víctimas de un robo, pues la mayor de las tres mujeres portaba joyas.
La Policía griega examina un teléfono móvil hallado junto a esta mujer del que espera obtener información sobre el origen, identidad, trayecto y contactos que tuvieron las tres víctimas.
Según explicó a Efe una portavoz, el móvil fue hallado encendido junto a esa mujer al lado de un cuchillo de tipo militar que se sospecha fue utilizado para el asesinato y que está siendo examinado en el laboratorio forense.
Una ruta muy transitada
El hallazgo se produjo junto al río Evros, paso habitual de migrantes en búsqueda de mejores condiciones de vida en Europa desde los años noventa, mucho antes del estallido de la crisis de refugiados, en 2015.
Según datos del Ministerio de Migración, han llegado a Grecia a través de la frontera terrestre con Turquía 3.300 personas en 2016, 5.500 en 2017 y 12.000 solo en los primeros nueve meses de 2018.
Desde enero hasta septiembre de este año, la Policía detuvo además en el norte de Grecia a 1.190 traficantes, a los que se sumaron otros 30 durante la primera semana de octubre.