La gran coalición afronta unas elecciones regionales clave para el futuro político de Berlín

Los sondeos vaticinan una pérdida de votos para conservadores y socialdemócratas en los comicios de Hesse este domingo

Ana Carbajosa
Berlín, El País
Son unas elecciones regionales, pero amenazan con sacudir los ya inestables cimientos de la gran coalición que gobierna en Berlín. El domingo, los habitantes de Hesse, un Estado del centro de Alemania, eligen a su Ejecutivo regional, pero a la vez está previsto que envíen señales de alerta a los cuarteles generales de los grandes partidos alemanes. Las encuestas vaticinan una nueva caída del centro-derecha (CDU/CSU) y los socialdemócratas (SPD), ambos socios de la debilitada gran coalición de Berlín.


Todavía está fresco en la memoria el batacazo electoral de hace dos semanas en Baviera, donde el partido hermanado con la CDU de Angela Merkel perdió la mayoría absoluta y el SPD se desplomó. Aquí, al contrario que en Baviera, es el propio partido de Merkel, que gobierna en coalición con Los Verdes, el que se la juega. Prueba de la relevancia subyacente de estos comicios es que la canciller se ha empleado a fondo en la campaña para apoyar a su candidato, Volker Bouffier. El último sondeo otorga a la CDU un 28% de los votos, hasta 10 puntos porcentuales menos que hace cinco años, en el Estado en el que se encuentra Fráncfort, el gran polo financiero del país y en el que el precio y la accesibilidad a la vivienda se ha convertido en un gran tema de campaña.

Un mal resultado en Hesse supondría un nuevo golpe para Merkel tras 13 años en el poder. La prensa alemana augura con insistencia que Hesse podría marcar el pistoletazo de salida de la carrera por la sucesión de la canciller. En diciembre, la CDU celebra un congreso en el que podría aflorar el malestar contra la líder de un partido que atraviesa horas bajas.

Además, si los sondeos aciertan, el SPD, el otro socio de Gobierno en la gran coalición, será también un gran damnificado, que podría perder cerca de diez puntos. Su caída tensaría la delgada cuerda que une a los partidos en la gran coalición, que ha provocado un importante desgaste para el partido socialdemócrata, en el que crecen las voces que piden romper la alianza con los conservadores.

Hasta ahora, el miedo a unas nuevas elecciones generales en las que previsiblemente saldrían mal parados ha sido el pegamento que ha mantenido unidos a los partidos de la gran coalición. La fuerza de ese pegamento se pondrá a prueba de nuevo este domingo en Hesse. “Si este Gobierno se rompiera ahora, habría nuevas elecciones”, advirtió el jueves pasado Annegret Kramp-Karrenbauer, más conocida como AKK y posible sucesora de Merkel.

Resurgir 'verde'

Los Verdes y la extrema derecha, Alternativa por Alemania (Afd), pueden volver a ser como en Baviera, los grandes beneficiados del desgaste de los grandes partidos. “Vemos que el sistema político se organiza en torno a líneas ideológicas que, por un lado, defienden la democracia liberal, el europeísmo y las sociedades abiertas y, por otro, las fuerzas nacionalistas. Afd y los Verdes son los partidos con un perfil más claramente definido, que no titubean como los otros en tema como la inmigración y los electores lo agradecen”, interpreta el politólogo Arne Jungjohann.

En el caso de Los Verdes, que experimentan un resurgimiento también en el ámbito nacional, podrían duplicar su porcentaje de voto en Hesse y situarse en segundo puesto con un 20% de los votos, igualados con el SPD. Jungjohann cree que su ascenso se debe también a la calidad de los candidatos de la coalición ecologista y a que han sabido perfilarse como el antídoto frente a Afd. Tarek Al Wazir, un popular político pragmático, de origen yemení, encabeza la lista ecologista de Hesse y podría acabar siendo primer ministro regional dependiendo de las opciones que abra la aritmética postelectoral. En todo Alemania, los Verdes gobiernan ya en nueve de los 16 Estados federados.

Tras las elecciones de Hesse, Afd, con un 12% de intención de voto, entraría en el último Parlamento regional de Alemania que le queda por conquistar, después de haber entrado en el Bundestag federal hace un año con un 12,6% de los votos.

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