La automatización según un experto en transformación digital: “El trabajo en relación de dependencia, tal como lo conocemos, va a desaparecer”
Así lo aseguró, en diálogo con Infobae, José Ramón López-Portillo Romano, autor del libro “La gran transición: retos y oportunidades del cambio tecnológico exponencial”. El autor es economista, doctor en ciencia política y pensamiento económico de la Universidad de Oxford y asesor de la ONU.
Desirée Jaimovich
djaimovich@infobae.com
La inteligencia artificial avanza y así como nuevos empleos surgirán de la mano de las nuevas tecnologías, hay muchos otros que ya están en vía de extinción.
Según una publicación de Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, investigadores de la Universidad de Oxford, se estima que el 47% de los trabajos actuales está en riesgo de desaparecer dentro de los próximos 15 o 20 años. Si bien se trata de una proyección para Estados Unidos, el futuro es bastante similar para el resto del mundo.
De acuerdo con un estudio de McKinsey Global Institute (MGI), el 49% de las actividades laborales en el mundo podrían ser automatizadas. Esto afectaría a 1100 millones de trabajadores. Un número alarmante.
A su vez, se estima que para 2022, podrían desaparecer 75 millones de empleos en sectores como contabilidad, administración, fábricas de ensamblaje, los centros de atención de clientes o los servicios postales, según un informe del Foro Económico Mundial.
Los trabajadores serán reemplazados por máquinas
"Por un lado las empresas suben sus utilidades y bajan sus costos. Al introducir tecnología buscan optimizar los resultados y se reemplazan parte de las ocupaciones: las fotocopias las pueden hacer las máquinas, los asistentes son reemplazados por asistentes virtuales", enumeró José Ramón López-Portillo Romano, autor del libro "La gran transición: retos y oportunidades del cambio tecnológico exponencial", en diálogo con Infobae.
El autor es licenciado en Economía y doctor en Ciencias Políticas, egresado de la Universidad de Oxford. Recientemente en 2018, fue nominado como miembro del Grupo de 10 Expertos en apoyo del Mecanismo de Facilitación de Tecnología (MFT) de las Naciones Unidas.
Como especialista en el cambio tecnológico exponencial y su impacto socioeconómico, trabajó como asesor del Gobierno de México en la consecución de la Resolución de la ONU sobre "Impacto de los rápidos cambios tecnológicos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", que fue aprobada en diciembre de 2017.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: Un robot fue citado a declarar ante el Parlamento británico
En el libro analiza los cambios tecnológicos desde el punto de vista de los países en desarrollo. Según destaca el experto, es necesario que los gobiernos actúen de inmediato para adelantarse a las repercusiones que tendrán las nuevas tecnologías en el empleo.
"El punto de todo esto es que no es una ola, es un tsunami que tiene enormes ventajas pero también tiene sus riesgos", subrayó durante la charla que tuvo con este medio.
En lo que se refiere al empleo la automatización afecta tanto a empleados de fábricas o con empleos manuales como a los administrativos. "La inteligencia artificial sustituye no sólo las actividades físicas sino también las cognitivas. Las máquinas no se cansan y no se equivocan si tienen un algoritmo correcto", advirtió López-Portillo Romano.
¿El fin del trabajo en relación de dependencia?
"Creo que el trabajo en relación de dependencia tal como lo conocemos eventualmente va a desaparecer. El punto es cómo transitamos desde una situación con este peligro a una donde todos podamos mejorar el bienestar", explicó el especialista.
Según López-Portillo Romano, en los nuevos empleos se requerirá cada vez mayor grado de especialización, con lo cual mucha gente que hoy cuenta con títulos universitarios en disciplinas generalistas o donde hay mucha oferta de capital humano pero escasas ofertas laborales quedan rezagados y obligados a competir por empleos cada vez menos calificados.
Qué se puede hacer para evitar ser arrasados por el desempleo
"Todos los empleos van a estar sujetos a cierto grados de automatización. Los que menos sufrirán serán los creadores e innovadores, los que generen nuevos modelos de negocios", asegura el autor. "Como esto no es una ola, sino un tsunami, prácticamente la totalidad de las tareas pueden ser reemplazadas", enfatizó.
La forma de lidiar con estas nuevas circunstancias que se avecinan es que los trabajadores actuales comiencen a ser entrenados para trabajar con las máquinas y que desarrollen mayor disponibilidad y versatilidad para adaptarse.
En este sentido, gobiernos y empresas deberían trabajar de manera conjunta para lograr estos objetivos, según explica López-Portillo Romano."Es necesario generar mecanismos para redistribuir la riqueza que cada vez va estar más concentrada en pocas manos", destacó.
"La CEPAL está luchando para que nuestra región se digitalice, depende de la decisión de los estados. En un par de años la gente no va a poder seguir haciendo su trabajo porque ya no va a ser competitivo, porque ese empleo lo va a hacer una máquina", añadió.
Latinoamérica, entre las regiones que menos invierten en investigación y desarrollo
"El problema es que nuestra región latinoamericana está rezagada de manera alarmante, porque no generamos tecnología y somos por lo tanto receptores obligados de las mismas y la capacidad con la cual absorbemos esa tecnología requiere que demos saltos cuánticos para mejorar la economía o bienestar o bien que se generarán distorsiones", dijo.
"América Latina está rezagada en cuanto a la capacidad de investigación desarrollo e innovación. Nuestra región tiene un nivel de gasto inferior al promedio mundial", analizó.
Los países que más invierten en este segmento son Israel y Corea del Sur: dedican un 4,3% de su PBI a investigación y desarrollo. El tercer puesto es para Japón (3,4%), seguido por Finlandia (3,2%) y Austria (3,1%), según datos de la Unesco.
América Latina lleva las de perder. Está entre las regiones donde menos fondos se destinan a este sector. Brasil invierte un 1,2% de su PIB; seguido por Argentina, con 0,6%; luego México, con 0,5% y Chile, con 0,4%.
"Por otro lado, el número de patentes en relación de habitantes de nuestros países es bastante bajo en comparación con países como China, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Alemania, Corea del Sur, entre otros", añade López-Portillo Romano.
"Nuestros países no se han subido al tren de la tecnología y hay que hacerlo pronto. Es fundamental que los estados y las empresas inviertan en investigación básica y aplicada", concluyó.
Desirée Jaimovich
djaimovich@infobae.com
La inteligencia artificial avanza y así como nuevos empleos surgirán de la mano de las nuevas tecnologías, hay muchos otros que ya están en vía de extinción.
Según una publicación de Carl Benedikt Frey y Michael Osborne, investigadores de la Universidad de Oxford, se estima que el 47% de los trabajos actuales está en riesgo de desaparecer dentro de los próximos 15 o 20 años. Si bien se trata de una proyección para Estados Unidos, el futuro es bastante similar para el resto del mundo.
De acuerdo con un estudio de McKinsey Global Institute (MGI), el 49% de las actividades laborales en el mundo podrían ser automatizadas. Esto afectaría a 1100 millones de trabajadores. Un número alarmante.
A su vez, se estima que para 2022, podrían desaparecer 75 millones de empleos en sectores como contabilidad, administración, fábricas de ensamblaje, los centros de atención de clientes o los servicios postales, según un informe del Foro Económico Mundial.
Los trabajadores serán reemplazados por máquinas
"Por un lado las empresas suben sus utilidades y bajan sus costos. Al introducir tecnología buscan optimizar los resultados y se reemplazan parte de las ocupaciones: las fotocopias las pueden hacer las máquinas, los asistentes son reemplazados por asistentes virtuales", enumeró José Ramón López-Portillo Romano, autor del libro "La gran transición: retos y oportunidades del cambio tecnológico exponencial", en diálogo con Infobae.
El autor es licenciado en Economía y doctor en Ciencias Políticas, egresado de la Universidad de Oxford. Recientemente en 2018, fue nominado como miembro del Grupo de 10 Expertos en apoyo del Mecanismo de Facilitación de Tecnología (MFT) de las Naciones Unidas.
Como especialista en el cambio tecnológico exponencial y su impacto socioeconómico, trabajó como asesor del Gobierno de México en la consecución de la Resolución de la ONU sobre "Impacto de los rápidos cambios tecnológicos en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible", que fue aprobada en diciembre de 2017.
MÁS SOBRE ESTE TEMA: Un robot fue citado a declarar ante el Parlamento británico
En el libro analiza los cambios tecnológicos desde el punto de vista de los países en desarrollo. Según destaca el experto, es necesario que los gobiernos actúen de inmediato para adelantarse a las repercusiones que tendrán las nuevas tecnologías en el empleo.
"El punto de todo esto es que no es una ola, es un tsunami que tiene enormes ventajas pero también tiene sus riesgos", subrayó durante la charla que tuvo con este medio.
En lo que se refiere al empleo la automatización afecta tanto a empleados de fábricas o con empleos manuales como a los administrativos. "La inteligencia artificial sustituye no sólo las actividades físicas sino también las cognitivas. Las máquinas no se cansan y no se equivocan si tienen un algoritmo correcto", advirtió López-Portillo Romano.
¿El fin del trabajo en relación de dependencia?
"Creo que el trabajo en relación de dependencia tal como lo conocemos eventualmente va a desaparecer. El punto es cómo transitamos desde una situación con este peligro a una donde todos podamos mejorar el bienestar", explicó el especialista.
Según López-Portillo Romano, en los nuevos empleos se requerirá cada vez mayor grado de especialización, con lo cual mucha gente que hoy cuenta con títulos universitarios en disciplinas generalistas o donde hay mucha oferta de capital humano pero escasas ofertas laborales quedan rezagados y obligados a competir por empleos cada vez menos calificados.
Qué se puede hacer para evitar ser arrasados por el desempleo
"Todos los empleos van a estar sujetos a cierto grados de automatización. Los que menos sufrirán serán los creadores e innovadores, los que generen nuevos modelos de negocios", asegura el autor. "Como esto no es una ola, sino un tsunami, prácticamente la totalidad de las tareas pueden ser reemplazadas", enfatizó.
La forma de lidiar con estas nuevas circunstancias que se avecinan es que los trabajadores actuales comiencen a ser entrenados para trabajar con las máquinas y que desarrollen mayor disponibilidad y versatilidad para adaptarse.
En este sentido, gobiernos y empresas deberían trabajar de manera conjunta para lograr estos objetivos, según explica López-Portillo Romano."Es necesario generar mecanismos para redistribuir la riqueza que cada vez va estar más concentrada en pocas manos", destacó.
"La CEPAL está luchando para que nuestra región se digitalice, depende de la decisión de los estados. En un par de años la gente no va a poder seguir haciendo su trabajo porque ya no va a ser competitivo, porque ese empleo lo va a hacer una máquina", añadió.
Latinoamérica, entre las regiones que menos invierten en investigación y desarrollo
"El problema es que nuestra región latinoamericana está rezagada de manera alarmante, porque no generamos tecnología y somos por lo tanto receptores obligados de las mismas y la capacidad con la cual absorbemos esa tecnología requiere que demos saltos cuánticos para mejorar la economía o bienestar o bien que se generarán distorsiones", dijo.
"América Latina está rezagada en cuanto a la capacidad de investigación desarrollo e innovación. Nuestra región tiene un nivel de gasto inferior al promedio mundial", analizó.
Los países que más invierten en este segmento son Israel y Corea del Sur: dedican un 4,3% de su PBI a investigación y desarrollo. El tercer puesto es para Japón (3,4%), seguido por Finlandia (3,2%) y Austria (3,1%), según datos de la Unesco.
América Latina lleva las de perder. Está entre las regiones donde menos fondos se destinan a este sector. Brasil invierte un 1,2% de su PIB; seguido por Argentina, con 0,6%; luego México, con 0,5% y Chile, con 0,4%.
"Por otro lado, el número de patentes en relación de habitantes de nuestros países es bastante bajo en comparación con países como China, Estados Unidos, Japón, Reino Unido, Alemania, Corea del Sur, entre otros", añade López-Portillo Romano.
"Nuestros países no se han subido al tren de la tecnología y hay que hacerlo pronto. Es fundamental que los estados y las empresas inviertan en investigación básica y aplicada", concluyó.