El Roma siempre resurge en la Champions: 3-0 al CSKA
Los giallorossi, en su estadio, son imparables cuando se juega para la Orejona: otro triunfo ante los rusos con un gran Dzeko, autor de un doblete y de una asistencia.
Mirko Calemme
As
Decimos que el Roma vive de altibajos, de grandes crisis e increíbles hazañas. Es innegable, pero hay una constante: cuando el himno de la Champions suena en el Olímpico, en las últimas dos temporadas los giallorossi se hacen gigantes. En ocho partidos, un empate, siete victorias, 20 goles marcados, sólo dos encajados: la última víctima fue el CSKA de Moscú, que cayó con un rotundo 3-0.
El marcador esconde las dificultades que, en el comienzo del partido, sufrieron los de Di Francesco, que perdió por lesión a Kluivert poco antes del enfrentamiento. Los rusos se mueven bien en el campo: cierran líneas defendiéndose con cinco y atacan fuerte, agarrándose a un gran Vlasic. Olsen tuvo que ejecutar dos paradas ya en los primeros 10 minutos, pero los capitalinos aguantaron y crecieron con el paso del tiempo.
El tanto que abrió la lata fue una obra maestra: una telaraña de 29 pases que terminó con una pared entre El Shaarawy y Pellegrini y la puntería de Dzeko, que empujó entre palos una gran asistencia del mediocampista. Antes del descanso el punta también marcó el segundo, recibiendo un pase del ‘Faraón' y sumando 80 dianas en 150 partidos con su equipo. Números que hablan solos.
El Roma remató la faena nada más empezar la reanudación: esta vez Dzeko firmó una asistencia, peinando un pase largo de Florenzi para Ünder, que fulminó a Pomazun. El CSKA tuvo ocasiones para el gol del honor, los giallorossi otras para el 4-1, pero el marcador no volvió a moverse. Di Francesco, así, pasó de las críticas por la absurda derrota ante el SPAL, a liderar un grupo de Champions con el Madrid a sus espaldas por el 'goalaverage'. El domingo, le toca visitar al Nápoles.
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Decimos que el Roma vive de altibajos, de grandes crisis e increíbles hazañas. Es innegable, pero hay una constante: cuando el himno de la Champions suena en el Olímpico, en las últimas dos temporadas los giallorossi se hacen gigantes. En ocho partidos, un empate, siete victorias, 20 goles marcados, sólo dos encajados: la última víctima fue el CSKA de Moscú, que cayó con un rotundo 3-0.
El marcador esconde las dificultades que, en el comienzo del partido, sufrieron los de Di Francesco, que perdió por lesión a Kluivert poco antes del enfrentamiento. Los rusos se mueven bien en el campo: cierran líneas defendiéndose con cinco y atacan fuerte, agarrándose a un gran Vlasic. Olsen tuvo que ejecutar dos paradas ya en los primeros 10 minutos, pero los capitalinos aguantaron y crecieron con el paso del tiempo.
El tanto que abrió la lata fue una obra maestra: una telaraña de 29 pases que terminó con una pared entre El Shaarawy y Pellegrini y la puntería de Dzeko, que empujó entre palos una gran asistencia del mediocampista. Antes del descanso el punta también marcó el segundo, recibiendo un pase del ‘Faraón' y sumando 80 dianas en 150 partidos con su equipo. Números que hablan solos.
El Roma remató la faena nada más empezar la reanudación: esta vez Dzeko firmó una asistencia, peinando un pase largo de Florenzi para Ünder, que fulminó a Pomazun. El CSKA tuvo ocasiones para el gol del honor, los giallorossi otras para el 4-1, pero el marcador no volvió a moverse. Di Francesco, así, pasó de las críticas por la absurda derrota ante el SPAL, a liderar un grupo de Champions con el Madrid a sus espaldas por el 'goalaverage'. El domingo, le toca visitar al Nápoles.
