El ISIS contraataca en Siria con el secuestro de cientos de civiles
Las milicias yihadistas retornan a las tácticas de insurgencia ante la ofensiva de la fuerzas kurdas
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Acorralados en menos del 2% del vasto territorio que el califato llegó a dominar hace cuatro años a caballo de Siria e Irak, un número impreciso de combatientes del ISIS (por las siglas en inglés de Estado Islámico) ha lanzado un contraataque ante la ofensiva de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), encabezadas por milicias kurdas, en la provincia nororiental siria de Deir Ezzor. Los yihadistas atacaron el viernes el campamento de Al Bahra, para desplazados por el conflicto y controlado por las FDS, donde secuestraron a 130 familias, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Esta ONG, que cuenta con informadores sobre el terreno, precisa que la mayoría de los rehenes son mujeres de desertores del ISIS, entre ellas viudas de yihadistas extranjeros abatidos.
Las milicias kurdas lanzaron hace un mes una ofensiva general para expulsar a unos 3.000 combatientes del Estado Islámico, en su mayoría procedentes de otros países, del distrito de Hajin, el último reducto que controlan en Deir Ezzor junto a la frontera iraquí. El ISIS emprendió el contraataque el pasado día 10 en unos enfrentamientos que se han saldado con 58 bajas mortales en sus propias filas frente a la muerte de 37 milicianos de las FDS y la ejecución de una decena de rehenes. A pesar de las tormentas de arenas en el desértico distrito, los bombardeos aéreos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos y el envío de unidades kurdas de refuerzo han intentado frenar la contraofensiva. Sin precisar el número de rehenes, un portavoz de las FDS reconoció a France Presse que un grupo de civiles había sido capturado en el campamento de Al Bahra.
Tras la pérdida de Mosul y Raqa, respectivas capitales en Irak y Siria, que coronaron la derrota territorial del Estado Islámico, los yihadistas han retornado a tácticas insurgentes que incluyen emboscadas a las fuerzas de seguridad, secuestros de civiles y atentados indiscriminados. El pasado julio el ISIS ya capturó a 34 miembros de la minoría drusa en la provincia de Sueida, en el sur de Siria, después de haber matado a dos centenares de personas. Los ataques se han multiplicado desde entonces a ambos lados de la frontera. Abubaker al Bagdadi, el líder que proclamó el califato en 2014, difundió en agosto un mensaje en el que afirmaba que la pérdida de territorio no condicionaba la victoria final y llamaba a los yihadistas a perseverar en la lucha. Las milicias kurdas han asegurado que han hecho prisioneros a 900 combatientes del Estado Islámico, de los que 520 son extranjeros procedentes de 44 países.
Mientras el ISIS contraataca, Siria sigue preparándose para la posguerra. Israel se dispone a reabrir el paso fronterizo de Quneitra, junto a los Altos del Golán, la meseta siria que ocupa su Ejército desde 1967 y que se anexionó en 1981. La medida está destinada a facilitar la tarea de los cascos azules de la ONU que patrullan la zona desmilitarizada establecida en 1974, tras la llamada guerra de Yom Kipur. La reapertura del paso fronterizo de Nassib entre Siria y Jordania, esencial para la reconstrucción tras la guerra y para el comercio regional, sigue pendiente de la autorización del Gobierno de Amán.
Juan Carlos Sanz
Jerusalén, El País
Acorralados en menos del 2% del vasto territorio que el califato llegó a dominar hace cuatro años a caballo de Siria e Irak, un número impreciso de combatientes del ISIS (por las siglas en inglés de Estado Islámico) ha lanzado un contraataque ante la ofensiva de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), encabezadas por milicias kurdas, en la provincia nororiental siria de Deir Ezzor. Los yihadistas atacaron el viernes el campamento de Al Bahra, para desplazados por el conflicto y controlado por las FDS, donde secuestraron a 130 familias, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos. Esta ONG, que cuenta con informadores sobre el terreno, precisa que la mayoría de los rehenes son mujeres de desertores del ISIS, entre ellas viudas de yihadistas extranjeros abatidos.
Las milicias kurdas lanzaron hace un mes una ofensiva general para expulsar a unos 3.000 combatientes del Estado Islámico, en su mayoría procedentes de otros países, del distrito de Hajin, el último reducto que controlan en Deir Ezzor junto a la frontera iraquí. El ISIS emprendió el contraataque el pasado día 10 en unos enfrentamientos que se han saldado con 58 bajas mortales en sus propias filas frente a la muerte de 37 milicianos de las FDS y la ejecución de una decena de rehenes. A pesar de las tormentas de arenas en el desértico distrito, los bombardeos aéreos de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos y el envío de unidades kurdas de refuerzo han intentado frenar la contraofensiva. Sin precisar el número de rehenes, un portavoz de las FDS reconoció a France Presse que un grupo de civiles había sido capturado en el campamento de Al Bahra.
Tras la pérdida de Mosul y Raqa, respectivas capitales en Irak y Siria, que coronaron la derrota territorial del Estado Islámico, los yihadistas han retornado a tácticas insurgentes que incluyen emboscadas a las fuerzas de seguridad, secuestros de civiles y atentados indiscriminados. El pasado julio el ISIS ya capturó a 34 miembros de la minoría drusa en la provincia de Sueida, en el sur de Siria, después de haber matado a dos centenares de personas. Los ataques se han multiplicado desde entonces a ambos lados de la frontera. Abubaker al Bagdadi, el líder que proclamó el califato en 2014, difundió en agosto un mensaje en el que afirmaba que la pérdida de territorio no condicionaba la victoria final y llamaba a los yihadistas a perseverar en la lucha. Las milicias kurdas han asegurado que han hecho prisioneros a 900 combatientes del Estado Islámico, de los que 520 son extranjeros procedentes de 44 países.
Mientras el ISIS contraataca, Siria sigue preparándose para la posguerra. Israel se dispone a reabrir el paso fronterizo de Quneitra, junto a los Altos del Golán, la meseta siria que ocupa su Ejército desde 1967 y que se anexionó en 1981. La medida está destinada a facilitar la tarea de los cascos azules de la ONU que patrullan la zona desmilitarizada establecida en 1974, tras la llamada guerra de Yom Kipur. La reapertura del paso fronterizo de Nassib entre Siria y Jordania, esencial para la reconstrucción tras la guerra y para el comercio regional, sigue pendiente de la autorización del Gobierno de Amán.