El Barça vuelve a ser respetado
No ganaba en Champions en un campo de primera desde febrero de 2016 en el Emirates. Desde entonces pinchó fuera ante Atleti, Juve (dos veces), PSG, City, Chelea y Roma.
Alfredo Matilla
As
El Barça necesitaba la imponente pero sufrida victoria de Wembley para espantar los fantasmas y, sobre todo, para recuperar el respeto que infundía. Llevaba dos años y medio sin dar un golpe en la mesa a domicilio en Champions con una de esas victorias que asombran al mundo por la contundencia y por la importancia del escenario. Desde que ganó en octavos al Arsenal en el Emirates el 23 de febrero de 2016, todo lo que vivió en los 904 días posteriores fueron varapalos. El primero, en el Calderón, con aquella derrota ante el Atlético (2-0) que hizo vibrar (literalmente) al Calderón. El último, fue el curso pasado en Roma, donde el Barça de Valverde tocó fondo en una noche de impotencia generalizada.
Entre medias, el Barça ha sufrido otros cuatro resbalones dolorosos cada vez que ha visitado a rivales de tronío. Mientras en las dos últimas temporadas ha ido ganando a rivales menores en las fases de grupos (Celtic, Gladbach, Celtic, Sporting Portugal, Olympiacos…), en las grandes noches se arrugaba. En la temporada 2016-17 se la pegó ante el City de Guardiola (3-1) en la primera fase. Después, llegó aquel repaso del PSG en París (4-0) que fue sorprendentemente maquillado (que no olvidado) con una remontada de época en el Camp Nou en el descuento (6-1). Ahí, pareció que el Barça se iba a comer el punto a lomos de su tridente pero en cuartos, otra noche negra a domicilio acabó con sus esperanzas de desbancar al Madrid: 3-0 frente a la Juve que ya fue imposible de remontar en la vuelta de cuartos.
La pasada temporada no pudo de nuevo con el equipo de Allegri en Turín en la fase de grupos (0-0) ni tampoco pudo superar al Chelsea (1-1) en octavos en una ida que se le puso cuesta arriba y que le obligó a exprimirse en la vuelta (3-0). El último tropiezo fuera en un estadio de enjundia llevó la firma de Manolas con aquel 3-0 que bajó de la nube al Barça. En esta nueva edición de las Champions, quién si no, Messi, ha devuelto al Barça en sólo 90 minutos su grandeza, su pulso y su brillo; ha recuperado la admiración de todos los aficionados al fútbol y ha inoculado como antaño el temor de los rivales. El Barça vuelve a ser respetado. El 6 de noviembre en Milán (Inter) tiene otra ocasión para confirmarlo.
As
El Barça necesitaba la imponente pero sufrida victoria de Wembley para espantar los fantasmas y, sobre todo, para recuperar el respeto que infundía. Llevaba dos años y medio sin dar un golpe en la mesa a domicilio en Champions con una de esas victorias que asombran al mundo por la contundencia y por la importancia del escenario. Desde que ganó en octavos al Arsenal en el Emirates el 23 de febrero de 2016, todo lo que vivió en los 904 días posteriores fueron varapalos. El primero, en el Calderón, con aquella derrota ante el Atlético (2-0) que hizo vibrar (literalmente) al Calderón. El último, fue el curso pasado en Roma, donde el Barça de Valverde tocó fondo en una noche de impotencia generalizada.
Entre medias, el Barça ha sufrido otros cuatro resbalones dolorosos cada vez que ha visitado a rivales de tronío. Mientras en las dos últimas temporadas ha ido ganando a rivales menores en las fases de grupos (Celtic, Gladbach, Celtic, Sporting Portugal, Olympiacos…), en las grandes noches se arrugaba. En la temporada 2016-17 se la pegó ante el City de Guardiola (3-1) en la primera fase. Después, llegó aquel repaso del PSG en París (4-0) que fue sorprendentemente maquillado (que no olvidado) con una remontada de época en el Camp Nou en el descuento (6-1). Ahí, pareció que el Barça se iba a comer el punto a lomos de su tridente pero en cuartos, otra noche negra a domicilio acabó con sus esperanzas de desbancar al Madrid: 3-0 frente a la Juve que ya fue imposible de remontar en la vuelta de cuartos.
La pasada temporada no pudo de nuevo con el equipo de Allegri en Turín en la fase de grupos (0-0) ni tampoco pudo superar al Chelsea (1-1) en octavos en una ida que se le puso cuesta arriba y que le obligó a exprimirse en la vuelta (3-0). El último tropiezo fuera en un estadio de enjundia llevó la firma de Manolas con aquel 3-0 que bajó de la nube al Barça. En esta nueva edición de las Champions, quién si no, Messi, ha devuelto al Barça en sólo 90 minutos su grandeza, su pulso y su brillo; ha recuperado la admiración de todos los aficionados al fútbol y ha inoculado como antaño el temor de los rivales. El Barça vuelve a ser respetado. El 6 de noviembre en Milán (Inter) tiene otra ocasión para confirmarlo.
