Dos minutos bastaron al Bayern
Los goles de Javi Martínez y Lewandowski acabaron con un rocoso AEK y llevan cierta tranquilidad a los alemanes, que recuperan el liderato de grupo.
José Carlos Menzel
As
Dos minutos de pura eficacia le bastaron al Bayern para imponerse por 2-0 a un rocoso y valiente AEK que le puso las cosas bastante más difíciles al favorito de lo que se esperaba a priori. Tras empatar en la jornada previa ante el Ajax, los bávaros vuelven a colocarse líderes del grupo E y le ponen punto y final a una crisis de resultados y ambiente que había sacudido bastante al campeón alemán.
Sobre el césped pasó lo que se esperaba. El Bayern no tardó en hacerse con el esférico y trató de encerrar a los de Ouzounidis. Eso sí, no encontró la manera para hacerle daño a los locales. El cuadro bávaro apenas lograba pisar área, algo que el AEK, por sorpresa, consiguió en más de una ocasión. Ponce tuvo la más clara tras escaparse de Hummels, pero su disparo se marchó alto.
Justo cuando el conjunto griego empezó a creer en el milagro tras una chilena de Klonaridis que salió por poco apareció el Bayern. Javi Martínez abrió la lata de volea y dos minutos más tarde Lewandowski terminó con las esperanzas empujando un centro raso de Rafinha sobre la línea. Los dos tantos exprés le quitaron el ánimo al AEK ante un Bayern que se conformó y dejó pasar los minutos restantes tocando el cuero. Deberes cumplidos.
José Carlos Menzel
As
Dos minutos de pura eficacia le bastaron al Bayern para imponerse por 2-0 a un rocoso y valiente AEK que le puso las cosas bastante más difíciles al favorito de lo que se esperaba a priori. Tras empatar en la jornada previa ante el Ajax, los bávaros vuelven a colocarse líderes del grupo E y le ponen punto y final a una crisis de resultados y ambiente que había sacudido bastante al campeón alemán.
Sobre el césped pasó lo que se esperaba. El Bayern no tardó en hacerse con el esférico y trató de encerrar a los de Ouzounidis. Eso sí, no encontró la manera para hacerle daño a los locales. El cuadro bávaro apenas lograba pisar área, algo que el AEK, por sorpresa, consiguió en más de una ocasión. Ponce tuvo la más clara tras escaparse de Hummels, pero su disparo se marchó alto.
Justo cuando el conjunto griego empezó a creer en el milagro tras una chilena de Klonaridis que salió por poco apareció el Bayern. Javi Martínez abrió la lata de volea y dos minutos más tarde Lewandowski terminó con las esperanzas empujando un centro raso de Rafinha sobre la línea. Los dos tantos exprés le quitaron el ánimo al AEK ante un Bayern que se conformó y dejó pasar los minutos restantes tocando el cuero. Deberes cumplidos.