Bruselas inicia el proceso para sancionar el derrape presupuestario de Italia
La Comisión da al gobierno de Conte dos semanas para justificar el desvío de sus objetivos de deuda pública para 2018 y 2019
Lluís Pellicer
Bruselas, El País
La Comisión Europea ha dado este martes el primer paso para someter a Italia a un procedimiento disciplinario que puede acabar en importantes sanciones e incluso un recorte de fondos estructurales por no contener la deuda pública. Bruselas remitió el lunes por la noche una carta al gobierno de Giuseppe Conte en la que advierte de que los números que tiene a su disposición indican "un desvío significativo" de la deuda pública para este año y el que viene. En los últimos años, Italia ya había sido reprendida por el ejecutivo comunitario, pero Bruselas había aceptado las justificaciones aportadas por Roma. Sin embargo, este año la Comisión Europea parece estar dispuesta a usar este instrumento para frenar los planes de expansión fiscal con los que el ejecutivo italiano ha desafiado a las normas comunitarias.
La carta –firmada por Marco Buti, director general de Asuntos Económicos— arranca recordando que Italia ya está advertida por su borrador de Presupuestos, que no está “en línea con los compromisos presentados” en su Programa de Estabilidad de abril de 2018. La Comisión devolvió las cuentas a Roma y le dio tres semanas para ajustarlas a las reglas comunitarias. Sin embargo, el documento enviado al director general del Tesoro, Alessandro Rivera, pone el foco en los efectos que las políticas fiscales y el frenazo en el crecimiento tendrán en la evolución de la deuda pública.
La carta es, pues, el preludio de la puesta en marcha del mecanismo para incorporar a Italia en el brazo correctivo de la Comisión. En este caso, no obstante, no por su déficit público, sino por no cumplir con sus obligaciones para rebajar la deuda (de más del 130% del PIB) hasta el 60% que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. “La deuda pública de Italia sigue siendo una vulnerabilidad crucial”, sostiene la Comisión Europea.
30.000 millones de flexibilidad
En un comunicado, el Gobierno italiano ha sostenido que Italia ha recibido esa misma carta en otras ocasiones. Hasta ahora, la Comisión siempre había aceptado las razones del país. Lo recuerda así el dictamen del pasado 23 de octubre, que servía como base para rechazar las cuentas enviadas por el gobierno del M5S y la Lega. En ese documento, Bruselas recordaba que Italia se ha beneficiado de los mecanismos de flexibilidad previstos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, ya fuera alegando la existencia de malas condiciones económicas, la puesta en marcha de reformas estructurales o inversiones, la crisis de los refugiados o amenazas de seguridad. En total, evitó ajustes por 30.000 millones de euros –el 1,8% del PIB—.
De hecho, en esta última carta Bruselas recuerda que Italia ya cerró 2017 con un endeudamiento equivalente al 131,2% del Producto Interior Bruto (PIB). Y ese dato, a su juicio, confirmaba un progreso insuficiente para cumplir con los objetivos fijados en 2017. Basándose en el borrador entregado, Buti señala que “a primera vista”, lo mismo ocurrirá tanto en 2018 y 2019. “Dado el tamaño de la economía italiana, es una fuente de preocupación común para el conjunto de la zona euro”, agrega.
La Comisión, pues, en esta ocasión no parece dispuesta a seguir la dinámica de otros años y dejar pasar el desafío lanzado desde Roma. Y remacha que de los planes enviados a Bruselas solo puede extraerse una conclusión: que el desvío en la senda de reducción de la deuda pública de 2017 continuará este año y el que viene. Los motivos son la “expansión fiscal” proyectada para 2019 y los riesgos de que el crecimiento no se el previsto. Italia prevé que el año que viene se expandirá un 1,5%. Hoy, sin embargo, se ha conocido el dato del tercer trimestre de este año, y el PIB del país no solo se está desacelerando, sino que se ha quedado estancado.
La senda fiscal, afirma Buti, “será incompatible con la necesidad de reducir de forma decisiva” la enorme ratio entre deuda y PIB. De acuerdo con las normas comunitarias, la Comisión da la oportunidad a Italia de que justifique esa expansión de la deuda pública. Pero probablemente deberá hacerlo antes. En concreto, en el Eurogrupo del próximo lunes, en cuya orden del día está la discusión de los borradores de Presupuestos que los países miembros han mandado a la Comisión.
Lluís Pellicer
Bruselas, El País
La Comisión Europea ha dado este martes el primer paso para someter a Italia a un procedimiento disciplinario que puede acabar en importantes sanciones e incluso un recorte de fondos estructurales por no contener la deuda pública. Bruselas remitió el lunes por la noche una carta al gobierno de Giuseppe Conte en la que advierte de que los números que tiene a su disposición indican "un desvío significativo" de la deuda pública para este año y el que viene. En los últimos años, Italia ya había sido reprendida por el ejecutivo comunitario, pero Bruselas había aceptado las justificaciones aportadas por Roma. Sin embargo, este año la Comisión Europea parece estar dispuesta a usar este instrumento para frenar los planes de expansión fiscal con los que el ejecutivo italiano ha desafiado a las normas comunitarias.
La carta –firmada por Marco Buti, director general de Asuntos Económicos— arranca recordando que Italia ya está advertida por su borrador de Presupuestos, que no está “en línea con los compromisos presentados” en su Programa de Estabilidad de abril de 2018. La Comisión devolvió las cuentas a Roma y le dio tres semanas para ajustarlas a las reglas comunitarias. Sin embargo, el documento enviado al director general del Tesoro, Alessandro Rivera, pone el foco en los efectos que las políticas fiscales y el frenazo en el crecimiento tendrán en la evolución de la deuda pública.
La carta es, pues, el preludio de la puesta en marcha del mecanismo para incorporar a Italia en el brazo correctivo de la Comisión. En este caso, no obstante, no por su déficit público, sino por no cumplir con sus obligaciones para rebajar la deuda (de más del 130% del PIB) hasta el 60% que fija el Pacto de Estabilidad y Crecimiento. “La deuda pública de Italia sigue siendo una vulnerabilidad crucial”, sostiene la Comisión Europea.
30.000 millones de flexibilidad
En un comunicado, el Gobierno italiano ha sostenido que Italia ha recibido esa misma carta en otras ocasiones. Hasta ahora, la Comisión siempre había aceptado las razones del país. Lo recuerda así el dictamen del pasado 23 de octubre, que servía como base para rechazar las cuentas enviadas por el gobierno del M5S y la Lega. En ese documento, Bruselas recordaba que Italia se ha beneficiado de los mecanismos de flexibilidad previstos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, ya fuera alegando la existencia de malas condiciones económicas, la puesta en marcha de reformas estructurales o inversiones, la crisis de los refugiados o amenazas de seguridad. En total, evitó ajustes por 30.000 millones de euros –el 1,8% del PIB—.
De hecho, en esta última carta Bruselas recuerda que Italia ya cerró 2017 con un endeudamiento equivalente al 131,2% del Producto Interior Bruto (PIB). Y ese dato, a su juicio, confirmaba un progreso insuficiente para cumplir con los objetivos fijados en 2017. Basándose en el borrador entregado, Buti señala que “a primera vista”, lo mismo ocurrirá tanto en 2018 y 2019. “Dado el tamaño de la economía italiana, es una fuente de preocupación común para el conjunto de la zona euro”, agrega.
La Comisión, pues, en esta ocasión no parece dispuesta a seguir la dinámica de otros años y dejar pasar el desafío lanzado desde Roma. Y remacha que de los planes enviados a Bruselas solo puede extraerse una conclusión: que el desvío en la senda de reducción de la deuda pública de 2017 continuará este año y el que viene. Los motivos son la “expansión fiscal” proyectada para 2019 y los riesgos de que el crecimiento no se el previsto. Italia prevé que el año que viene se expandirá un 1,5%. Hoy, sin embargo, se ha conocido el dato del tercer trimestre de este año, y el PIB del país no solo se está desacelerando, sino que se ha quedado estancado.
La senda fiscal, afirma Buti, “será incompatible con la necesidad de reducir de forma decisiva” la enorme ratio entre deuda y PIB. De acuerdo con las normas comunitarias, la Comisión da la oportunidad a Italia de que justifique esa expansión de la deuda pública. Pero probablemente deberá hacerlo antes. En concreto, en el Eurogrupo del próximo lunes, en cuya orden del día está la discusión de los borradores de Presupuestos que los países miembros han mandado a la Comisión.