BAYERN 0-B. MGLADBACH 3 / En el aire el futuro de Kovac tras una nueva derrota del Bayern
Dos derrotas consecutivas en la Bundesliga, cuatro partidos seguidos sin ganar y Kovac contra las cuerdas. El Bayern, con la derrota, continúa en la quinta posición.
José Carlos Menzel
As
La crisis en Múnich se escribe en mayúsculas tras una nueva derrota del Bayern, esta vez por 0-3 ante el Borussia Mönchengladbach. Niko Kovac, sucesor de Jupp Heynckes en el banquillo bávaro, ya acumula dos derrotas consecutivas en la Bundesliga y cuatro encuentros sin ganar, un bache de resultados que coloca al Bayern, de momento, en la quinta posición de la tabla y a cuatro puntos del flamante líder, el Borussia Dortmund de Paco Alcácer. El futuro de Kovac queda más en el aire que nunca.
El Gladbach sabía que era primordial sobrevivir a los primeros minutos. Los locales, con James en el once y ansiosos por ponerle punto y final a la racha negativa, salieron mordiendo al césped del Allianz y encerraron al Gladbach en su área. Pero los de Hecking andaban finos atrás. Lewandowski no entraba en escena, Thiago no filtraba el cuero y a la primera de cambio le dio un golpe en seco al campeón. El Gladbach superó la primera línea de presión tocando, el esférico le llegó a Plea y el francés-maliense le coló el primero (10') a Neuer, imparable para el meta teutón.
Se hizo el silencio en el coliseo muniqués, que no se creía lo que veía. Pero lo peor estaba por llegar. Seis minutos más tarde, justo cuando los de Kovac parecían haberse recompuesto tras el shock, Hofmann se aprovechó de un grandísimo error de Thiago en la salida de balón y le sirvió el cuero a Stindl para que éste le bailara a Hummels y subiera el segundo al luminoso. Sonaron los primeros pitos hacia Kovac.
El técnico croata tuvo que reaccionar y optó por darle más velocidad a las bandas. El joven Gnabry y el veterano Ribéry sustituyeron a Robben y Müller, pero el conjunto muniqués parecía que había acudido al Oktoberfest la noche anterior. Poca fluidez, escaso control y posesión estéril no ayudaron a derrumbar el muro defensivo del Gladbach. Lewandowski llegó a recortar diferencias, pero el VAR lo anuló el tanto por fuera de juego. El Gladbach sabía lo que tenía que hacer. Cerrarse y contraatacar, tal y como lo hizo en en los compases finales para firmar la goleada por medio de Herrmann (88.) y hundir al Bayern en una profunda crisis que puede llegar a sacudir el banquillo bávaro.
José Carlos Menzel
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La crisis en Múnich se escribe en mayúsculas tras una nueva derrota del Bayern, esta vez por 0-3 ante el Borussia Mönchengladbach. Niko Kovac, sucesor de Jupp Heynckes en el banquillo bávaro, ya acumula dos derrotas consecutivas en la Bundesliga y cuatro encuentros sin ganar, un bache de resultados que coloca al Bayern, de momento, en la quinta posición de la tabla y a cuatro puntos del flamante líder, el Borussia Dortmund de Paco Alcácer. El futuro de Kovac queda más en el aire que nunca.
El Gladbach sabía que era primordial sobrevivir a los primeros minutos. Los locales, con James en el once y ansiosos por ponerle punto y final a la racha negativa, salieron mordiendo al césped del Allianz y encerraron al Gladbach en su área. Pero los de Hecking andaban finos atrás. Lewandowski no entraba en escena, Thiago no filtraba el cuero y a la primera de cambio le dio un golpe en seco al campeón. El Gladbach superó la primera línea de presión tocando, el esférico le llegó a Plea y el francés-maliense le coló el primero (10') a Neuer, imparable para el meta teutón.
Se hizo el silencio en el coliseo muniqués, que no se creía lo que veía. Pero lo peor estaba por llegar. Seis minutos más tarde, justo cuando los de Kovac parecían haberse recompuesto tras el shock, Hofmann se aprovechó de un grandísimo error de Thiago en la salida de balón y le sirvió el cuero a Stindl para que éste le bailara a Hummels y subiera el segundo al luminoso. Sonaron los primeros pitos hacia Kovac.
El técnico croata tuvo que reaccionar y optó por darle más velocidad a las bandas. El joven Gnabry y el veterano Ribéry sustituyeron a Robben y Müller, pero el conjunto muniqués parecía que había acudido al Oktoberfest la noche anterior. Poca fluidez, escaso control y posesión estéril no ayudaron a derrumbar el muro defensivo del Gladbach. Lewandowski llegó a recortar diferencias, pero el VAR lo anuló el tanto por fuera de juego. El Gladbach sabía lo que tenía que hacer. Cerrarse y contraatacar, tal y como lo hizo en en los compases finales para firmar la goleada por medio de Herrmann (88.) y hundir al Bayern en una profunda crisis que puede llegar a sacudir el banquillo bávaro.