BARCELONA 4 - SEVILLA 2 / Liderato con disgusto incluido

Messi encarriló el triunfo en un partido loco con una asistencia y un gol antes de lesionarse a los 15 minutos. Ter Stegen se erigió en un gigante.


Santi Giménez
As
El Barça vuelve a mandar en la Liga tras derrotar al Sevilla por un contundente 4-2, pero la alegría culé se vio empañada por la lesión de Messi, que al cuarto de hora tuvo que abandonar el campo. Eso sí, dejando tres cuartas del trabajo hecho a sus compañeros, que sin el argentino mantuvieron el tipo ante un Sevilla que si no llega a toparse con un Ter Stegen estratosférico hubiera podido salir con algo más del Camp Nou.


El primer partido entre Sevilla y Barcelona duró un cuarto de hora en el que los barcelonistas fueron un ciclón que arrasó al equipo que había empezado la jornada como líder. La determinación del Barcelona para recuperar la cabeza del campeonato se vio desde el primer instante. Al Sevilla, en cambio pareció venirle grande el traje en un escenario como el Camp Nou.

Por una vez, no fue el Barcelona el equipo que entró flojo al partido, sino que esta vez, los de Valverde decidieron intimidar a su adversario desde el primer minuto. Y fue casi literal, porque en el segundo minuto, Messi aprovechó una progresión de Semedo por la banda para filtrar un pase delicioso a Coutinho que el brasileño puso en la escuadra de Vaclik.

Messi insinuaba que estaba en modo Wembley, pero el Sevilla no se cortaba y Arana le devolvió a Semedo la jugada que valió el primer gol del Barcelona, pero en esta ocasión su disparo se estrelló en la base del poste de Ter Stegen.

El aviso sevillista se lo tomó Messi muy en serio y en un contragolpe lanzado por Suárez, el argentino realizó su jugada favorita desarbolando a Sergi Gómez y colocando la pelota en el ángulo inferior de la portería del Sevilla. El partido y la vida le sonreían al Barcelona…hasta que Leo se lesionó.

En el minuto 15, tras un choque con el Mudo Vázquez, Messi cayó en mala posición forzando el ligamento colateral de su brazo derecho. Las muestras de dolor del argentino en el suelo helaron la sangre de un Camp Nou que contuvo la respiración. Tras estar ocho minutos atendido por el nuevo médico del Barça, vaya día para debutar tuvo el doctor Florit, el jugador se fue con evidente cara de sufrimiento al vestuario con el brazo aparatosamente vendado. Después se confirmaron los peores augurios: fractura de radio y tres semanas de baja.

Durante nueve minutos el Barça jugó en inferioridad numérica y mental, porque el shock de ver cómo el mejor se iba de esa manera afectó al equipo blaugrana. Por suerte para los locales, el Sevilla no aprovechó la circunstancia y el Barça recuperó el pulso cuando finalmente entró Dembélé en escena. El ingreso del francés en el césped fue toda una declaración de intenciones que sacudió al público y al equipo con una cabalgada dejando sentados a dos rivales, pero encantándose a la hora de chutar.

El tramo final de la primera parte fue un partido sin control ninguno y de intercambio de golpes por ambas partes. Por parte blaugrana, Semedo se plantó solo ante Vaclik en una jugada en la que Suárez reclamó penalti y el propio uruguayo disparó flojito a las manos del portero antes de que Rakitic se sobrara tratando de superarle de vaselina. El Sevilla también tuvo sus ocasiones antes del descanso mediante Sarabia y Sergio Gómez.

En la segunda parte, el Barcelona salió dispuesto a evitar que el partido se descontrolara como en el último tramo de la primera. Arthur, impresionante, ponía de lo suyo para lograrlo, pero Dembélé entró en una espiral de perder balones que no ayudaba. El Sevilla aprovechó para irse arriba, pero un imperial Ter Stegen evitó con un doble paradón el gol primero de Silva y luego el del Mudo.

De lo que podía ser el 2-1 se pasó al 3-0 en un decir Jesús cuando Vaclik le hizo penalti a Suárez que él mismo transformó. Cuando parecía que el partido estaba ya visto para sentencia, un disparo lejano de Sarabia fue desviado sin querer por Lenglet despistando a Ter Stegen. Al Sevilla le quedaban diez minutos para intentar la proeza.

Y la podrían haber conseguido de no ser porque Ter Stegen, cuando hace milagros, los hace a pares y volvió a lucirse ante Sarabia y Ben Yedder en un doble paradón descomunal que de nuevo dio pie a la jugada del cuarto gol, que Rakitic no quiso celebrar. Muriel obtuvo con un gol en el 90 el premio a la insistencia sevillista.

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