Barça: 9 que se va, 9 que golea
En la última década hubo más casos como el de Alcácer. Ibra siguió marcando diferencias, Villa ganó otra Liga, Sandro resucitó en Málaga, Munir brilló en Vitoria…
Alfredo Matilla
As
El Barça tiene un don en la última década para que muchos de sus nueves, suplentes o titulares, exploten justo después de abandonar un club en el que empezaron a agotar su confianza. Esta temporada es el turno de Paco Alcácer. El internacional se fue cedido al Borussia Dortmund este verano tras dos temporadas en el Camp Nou en la que rindió por debajo de las expectativas que había generado en el Valencia (15 goles de blaugrana en 50 partidos; uno cada 152 minutos). Nada más llegar a Alemania se ha quitado de encima los complejos que tenía a la perpetua sombra de Suárez, se ha destapado como el gran artillero de la Bundesliga (hat-trick en el último partido) y ha vuelto a la Selección de la mano de Luis Enrique a base de goles. Lleva siete en cuatro partidos, uno cada 24 minutos. Ibrahimovic, Villa, Sandro y hasta Munir ya repitieron esa moda de golear nada más irse del Barça.
Salvo Gudjohnsen y Bojan, que empeoraron sus números después de alejarse de Messi en la delantera y nunca volvieron a ser lo que un día apuntaron, la mayoría de nueve de la última era triunfal culé hicieron que más de uno se arrepintiera de sus salidas. Con Etoo en 2099, que se fue por la puerta de atrás, ya pasó cuando en su primera temporada en el Inter de Milán ganó un doblete e hizo 13 en 32 partidos (34 goles en 67 encuentros en sus dos años). Se equivocaron los que pensaban que estaba en clara caída. Con Ibrahimovic sucedió más de lo mismo. A nadie le sorprendió que el sueco siguiera goleando fuera del Barça. Su salida se debió más a su relación con Guardiola y con una parte del vestuario. Ibra hizo 56 goles en el Milán, 156 en el PSG y 29 en el United consiguiendo 17 títulos más entre ligas, copas y competiciones europeas. Villa fue otro de los que se fue del Barça tras ganarlo todo y en el Atleti, a las primeras de cambio, hizo 15 goles en 47 partidos, y logró la Liga siendo titular en el Camp Nou en el decisivo partido entre Barça y Atleti. En la final de Champions ante el Madrid también jugó con diferente suerte.
Mención aparte hay que hacer con los arietes de la cantera. En este tiempo, Jonathan Soriano, Sandro y Munir no dieron la talla como suplentes en el Barça o, al menos, no convencieron a sus entrenadores para ser recambios de garantías. Sin embargo, en cuanto salieron del Camp Nou, explotaron. Soriano lo hizo en el Salzburgo, donde marcó una época tras jugar un solo partido en dos temporadas de blaugrana. En Austria se ganó a su afición desde el primer año e hizo 120 goles en 144 partidos, ganó diez títulos y fue pichichi en Liga, Copa y Europa League. Demostró que sí estaba para darle un relevo a los cracks. Sandro, que tuvo pocas opciones con Suárez (7 goles en 32 partidos), también brilló al llegar al Málaga (16 tantos en 31 encuentros), aunque luego se apagó en el Sevilla (sin goles en 18 partidos) y ahora busca reencontrarse en la Real Sociedad. Munir siguió ese camino de buscar fuera lo que no encontraba dentro. En el Barça hizo 11 goles en 48 partidos y, tras marcharse cedido a Vitoria, fue uno de los líderes de Abelardo, con el que hizo 14 goles. Ahora ha vuelto y sigue calentando banquillo. De Nolito, Alexis y Neymar, extremos que alguna vez también hicieron de falso nueve en esta época, no hace falta ni citarlos para demostrar que delantero centro que se va, delantero que el Barça echa de menos.
Alfredo Matilla
As
El Barça tiene un don en la última década para que muchos de sus nueves, suplentes o titulares, exploten justo después de abandonar un club en el que empezaron a agotar su confianza. Esta temporada es el turno de Paco Alcácer. El internacional se fue cedido al Borussia Dortmund este verano tras dos temporadas en el Camp Nou en la que rindió por debajo de las expectativas que había generado en el Valencia (15 goles de blaugrana en 50 partidos; uno cada 152 minutos). Nada más llegar a Alemania se ha quitado de encima los complejos que tenía a la perpetua sombra de Suárez, se ha destapado como el gran artillero de la Bundesliga (hat-trick en el último partido) y ha vuelto a la Selección de la mano de Luis Enrique a base de goles. Lleva siete en cuatro partidos, uno cada 24 minutos. Ibrahimovic, Villa, Sandro y hasta Munir ya repitieron esa moda de golear nada más irse del Barça.
Salvo Gudjohnsen y Bojan, que empeoraron sus números después de alejarse de Messi en la delantera y nunca volvieron a ser lo que un día apuntaron, la mayoría de nueve de la última era triunfal culé hicieron que más de uno se arrepintiera de sus salidas. Con Etoo en 2099, que se fue por la puerta de atrás, ya pasó cuando en su primera temporada en el Inter de Milán ganó un doblete e hizo 13 en 32 partidos (34 goles en 67 encuentros en sus dos años). Se equivocaron los que pensaban que estaba en clara caída. Con Ibrahimovic sucedió más de lo mismo. A nadie le sorprendió que el sueco siguiera goleando fuera del Barça. Su salida se debió más a su relación con Guardiola y con una parte del vestuario. Ibra hizo 56 goles en el Milán, 156 en el PSG y 29 en el United consiguiendo 17 títulos más entre ligas, copas y competiciones europeas. Villa fue otro de los que se fue del Barça tras ganarlo todo y en el Atleti, a las primeras de cambio, hizo 15 goles en 47 partidos, y logró la Liga siendo titular en el Camp Nou en el decisivo partido entre Barça y Atleti. En la final de Champions ante el Madrid también jugó con diferente suerte.
Mención aparte hay que hacer con los arietes de la cantera. En este tiempo, Jonathan Soriano, Sandro y Munir no dieron la talla como suplentes en el Barça o, al menos, no convencieron a sus entrenadores para ser recambios de garantías. Sin embargo, en cuanto salieron del Camp Nou, explotaron. Soriano lo hizo en el Salzburgo, donde marcó una época tras jugar un solo partido en dos temporadas de blaugrana. En Austria se ganó a su afición desde el primer año e hizo 120 goles en 144 partidos, ganó diez títulos y fue pichichi en Liga, Copa y Europa League. Demostró que sí estaba para darle un relevo a los cracks. Sandro, que tuvo pocas opciones con Suárez (7 goles en 32 partidos), también brilló al llegar al Málaga (16 tantos en 31 encuentros), aunque luego se apagó en el Sevilla (sin goles en 18 partidos) y ahora busca reencontrarse en la Real Sociedad. Munir siguió ese camino de buscar fuera lo que no encontraba dentro. En el Barça hizo 11 goles en 48 partidos y, tras marcharse cedido a Vitoria, fue uno de los líderes de Abelardo, con el que hizo 14 goles. Ahora ha vuelto y sigue calentando banquillo. De Nolito, Alexis y Neymar, extremos que alguna vez también hicieron de falso nueve en esta época, no hace falta ni citarlos para demostrar que delantero centro que se va, delantero que el Barça echa de menos.