US OPEN / Serena: "Es sexista que me quite un juego por llamarle ladrón"
Williams lloró también en la rueda de prensa posterior a su derrota con escándalo ante Osaka al hablar sobre los derechos y la igualdad de las mujeres.
Nacho Albarrán
As
Serena Williams se emocionó de nuevo en la sala de prensa después del escándalo que montó en la pista con cada amonestación que le señaló en juez de silla Carlos Ramos en su derrota contra Naomi Osaka en la final del US Open. La tenista consideró lo ocurrido en la pista con un ataque sexista contra su persona: "He visto a hombres decirle muchas cosas a los árbitros. Estoy luchando por los derechos de las mujeres, por la igualdad y todas esas cosas. Para mí, que me quite un juego por llamarle ladrón es un comentario sexista. Nunca le han quitado un juego a un hombre por decir ladrón. Me parece increíble, pero seguiré luchando por las mujeres, porque seamos iguales, para que Cornet pueda quitarse la camiseta sin que la penalicen. Es indignante. Lo que he hecho es un ejemplo para la próxima que tenga sentimientos y quiera demostrarlos y ser una mujer fuerte. A lo mejor pueden hacerlo gracias a lo ocurrido hoy, quizá no me ha funcionado a mí, pero le puede valer a la próxima persona".
Serena negó categóricamente que hubiera recibido instrucciones, por lo que fue penalizada en primer lugar, pese a que su entrenador, Patrick Muratoglu, reconoció que lo había hecho: "Le he preguntado qué quería decir, porque nosotros no tenemos ninguna clase de señas, nunca he usado el coaching ni siquiera en los torneos que lo permiten. No sé por qué habrá dicho eso, tengo que aclararlo".
Williams afirmó que algún día le explicará a su hija de un año, Alexis Olympia, lo que ocurrió: "Le diré que luché por lo que creía, por lo que está bien. A veces las cosas en la vida no ocurren como uno quiere, pero siempre hay que mantenerse cortés y humilde, es la lección que todos podemos aprender de esto, como yo he hecho".
También reconoció que Osaka había merecido la victoria: "He dicho en la pista que no silbaran, porque ella se lo merecía, por eso no quise contestar preguntas, porque era su momento. Jugó un partido asombroso, se mereció ganar.
As
Serena Williams se emocionó de nuevo en la sala de prensa después del escándalo que montó en la pista con cada amonestación que le señaló en juez de silla Carlos Ramos en su derrota contra Naomi Osaka en la final del US Open. La tenista consideró lo ocurrido en la pista con un ataque sexista contra su persona: "He visto a hombres decirle muchas cosas a los árbitros. Estoy luchando por los derechos de las mujeres, por la igualdad y todas esas cosas. Para mí, que me quite un juego por llamarle ladrón es un comentario sexista. Nunca le han quitado un juego a un hombre por decir ladrón. Me parece increíble, pero seguiré luchando por las mujeres, porque seamos iguales, para que Cornet pueda quitarse la camiseta sin que la penalicen. Es indignante. Lo que he hecho es un ejemplo para la próxima que tenga sentimientos y quiera demostrarlos y ser una mujer fuerte. A lo mejor pueden hacerlo gracias a lo ocurrido hoy, quizá no me ha funcionado a mí, pero le puede valer a la próxima persona".
Serena negó categóricamente que hubiera recibido instrucciones, por lo que fue penalizada en primer lugar, pese a que su entrenador, Patrick Muratoglu, reconoció que lo había hecho: "Le he preguntado qué quería decir, porque nosotros no tenemos ninguna clase de señas, nunca he usado el coaching ni siquiera en los torneos que lo permiten. No sé por qué habrá dicho eso, tengo que aclararlo".
Williams afirmó que algún día le explicará a su hija de un año, Alexis Olympia, lo que ocurrió: "Le diré que luché por lo que creía, por lo que está bien. A veces las cosas en la vida no ocurren como uno quiere, pero siempre hay que mantenerse cortés y humilde, es la lección que todos podemos aprender de esto, como yo he hecho".
También reconoció que Osaka había merecido la victoria: "He dicho en la pista que no silbaran, porque ella se lo merecía, por eso no quise contestar preguntas, porque era su momento. Jugó un partido asombroso, se mereció ganar.
