Trump critica al Departamento de Justicia por perjudicar a su partido al procesar a dos congresistas

El mandatario arremete contra el fiscal general, Jeff Sessions, por acusar a dos candidatos “muy populares” de cara a las legislativas

Antonia Laborde
Washington, El País
Donald Trump ya no se esfuerza en esconder la influencia que quiere ejercer sobre el Departamento de Justicia. El presidente estadounidense ha criticado este lunes a su fiscal general, Jeff Sessions, por perjudicar al Partido Republicano tras las acusaciones federales contra dos congresistas conservadores que se presentan a la reelección en las legislativas de noviembre. La intromisión pone en duda el respeto de Trump por la separación de poderes y por la independencia con la que debiera actuar la justicia. "Dos victorias fáciles ahora en duda porque no hay tiempo suficiente. Buen trabajo Jeff", ha tuiteado el mandatario.


Washington está acostumbrado a que Trump menoscabe el trabajo del máximo responsable de la cartera de Justicia, pero nunca había dejado tan clara su posición de que las decisiones que toma deben considerar los intereses de su partido. La falta de filtro aparece después de que Duncan Hunter, congresista californiano, haya sido acusado de malversar 250.000 dólares de fondos de campaña y Chris Collins de Nueva York de abuso de información privilegiada. "Dos investigaciones de la era Obama de dos congresistas republicanos muy populares fueron presentadas justo antes de las elecciones de medio término por el Departamento de Justicia de Jeff Sessions”, lamentó el republicano y agregó con sarcasmo unas felicitaciones para el fiscal general.

En un segundo tuit, Trump volvió a arremeter contra Sessions, que fue uno de sus máximos defensores durante la campaña electoral de 2016, por el favor que le está haciendo a los demócratas tras las acusaciones: "Los demócratas, que ninguno de ellos votó por Sessions, ahora le adoran, lo mismo que a James Comey (exdirector del FBI)”. El mandatario fulminó a Comey cuando estaba a cargo de la explosiva investigación de la trama rusa, que busca esclarecer si el entorno del ahora presidente colaboró con el Kremlin para interferir en los comicios de 2016 con el fin de favorecer la llegada al poder del republicano.

La ira del multimillonario neoyorquino hacia el fiscal general se engendró cuando Sessions decidió apartarse de la investigación de la trama rusa después de que saliese a la luz que se había visto con el embajador ruso Sergei Kislyak y no había informado al Senado. “Tomó el trabajo y luego dijo: 'Me voy a recursar a mí mismo'. ¿Qué clase de hombre hace esto?”, cuestionó el presidente a una entrevista en Fox&Friends hace un par de semanas. Anteriormente sostuvo que de haber sabido que se iba a apartar, hubiera elegido a otro. Sessions respondió tajante a los dardos a través de un comunicado: “Mientras yo sea fiscal general, las acciones del Departamento de Justicia no se verán influidas de forma inapropiada por consideraciones políticas”.

Los demócratas esperan sacar rédito electoral del campo de minas legislativo por el que se pasean los republicanos. Y Trump lo sabe. Por eso el mandatario hace un paralelo entre Sessions y Comey. "Los demócratas le odiaban (a Comey), le querían fuera, pensaban que era asqueroso, ¡HASTA QUE YO LE DESPEDÍ! Inmediatamente se convirtió en un hombre maravilloso, una figura santa de hecho. ¡Muy enfermizo!", tuiteó entre los descargos al Departamento de Justicia. Sin embargo, el presidente ha dicho que no piensa remover a Sessions de su cargo antes de las legislativas de otoño. Y Sessions, entre ataque y ataque, ha dicho que no piensa en renunciar.

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