Radiografía de 86'' sonrojantes

Vermaelen demostró que no es lateral en el 1-1, Piqué pecó como un juvenil en el 2-1, Coutinho originó los dos tantos del Leganés, Umtiti y Busquets discutieron, Messi...

Alfredo Matilla
As
El Barça se dejó tres puntos en Butarque en sólo 86 segundos, que son los que transcurrieron desde el inicio del primer gol (que no su finalización) hasta la consecución del segundo. El Leganés remontó el gol de Coutinho en un minuto y medio de desconcierto culé que recordó al partido de Roma en la pasada Champions: errores individuales grotescos, falta de comunicación, desesperación... Las imágenes que transcurrieron desde el minuto 51:30 al 52:56 delataron a Coutinho, Sergi Roberto, Piqué y Vermaelen, pero también dejaron estampas curiosas de Messi, Busquets, Umtiti y Valverde.


El primer gol del Leganés, con 0-1 en el marcador, nació en un pelotazo de Vesga desde su propio campo aprovechando que la presión de Coutinho al balón fue demasiado tímida, más para justificarse que realmente para tapar un envío en largo. En la jugada, Sergi Roberto estuvo mucho más lento al espacio que Silva, que fue el encargado de poner con la zurda el balón llovido a la olla. En la acción, quien más retratado quedó fue Vermaelen. En primer lugar, porque partió de una posición desequilibrada: pegado a la banda y a demasiada distancia de Umtiti. Mientras toda la defensa había basculado a la derecha, él no corrigió su posición, demostrando que no es lateral, y se quedó demasiado abierto. Eso propició que llegara tarde al remate de cabeza decisivo de El Zhar en boca de gol.

El Barça recuperó la posesión simplemente porque así lo marcan las normas. Sacó de centro, sobó el balón con tres pases horizontales y enseguida lo perdió. Umtiti no hizo caso a los consejos de Busquets, que le pidió el balón en corto. El central prefirió jugar un pase por dentro a Coutinho y éste lo perdió como ¡otros 15 más durante todo el partido! Coutinho controló mal y regaló el balón a Rubén Pérez, que con un solo pelotazo habilitó a En Nesyri a la carrera. En su uno contra uno perdió el balón ante Piqué, pero el central se lo regaló al instante a Óscar para marcar a placer. Ahí fue cuando salió la peor cara de este Barça. Malos gestos, resoplidos de Valverde y una discusión entre varios jugadores. Destacó la charla subida de tono de Umtiti y Busquets. Messi, como aquella noche aciaga de Roma, no decía nada. Pese a ser el capitán. Tan solo se echó la mano a la cara una y otra vez. Un minuto y medio da para mucho. Para remontar y para quedar en evidencia.

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