Mattarella advierte de que los presupuestos del Gobierno desafían a la Constitución

El Gobierno del M5S y la Liga aprobaron el jueves un presupuesto expansivo en contra de las recomendaciones de contención de la Comisión Europea

Lorena Pacho
Roma, El País
El presidente de la república italiana, Sergio Mattarella, poco propenso a comentar en público las decisiones del Ejecutivo, ha entrado en juego abiertamente en la cuestión presupuestaria y por primera vez desde que se inició el debate. Ha advertido de que la Constitución exige unas cuentas públicas en orden: “respeto al equilibrio presupuestario y un nivel de deuda sostenible”. Lo hace después de que el Gobierno de coalición del Movimiento 5 Estrellas y la Liga aprobaran el pasado jueves un aumento del déficit hasta el 2,4% del PIB, que es el triple de lo que mantuvo el anterior Gobierno de Paolo Gentiloni, del Partido Democrático. Y un desafío para la UE y los mercados. Mattarella apeló al artículo 97, que estipula la necesidad de “asegurar un presupuesto equilibrado y la sostenibilidad de la deuda pública”, en un encuentro público con una delegación de jóvenes italianos.


Y continuó su aviso: “La Constitución lo establece así para tutelar los ahorros de nuestros ciudadanos, los recursos para las familias y para las empresas, para defender las pensiones, para hacer posible intervenciones sociales concretas y eficaces”. También subrayó que tener unas cuentas públicas sólidas y ordenadas “es una condición indispensable de seguridad social”.

La aprobación del plan presupuestario desató una batalla campal en el Gobierno. Por un lado los socios Matteo Salvini y Luigi Di Maio pedían aumentar el gasto para tener margen fiscal para cumplir sus promesas, como la renta de ciudadanía del Movimiento 5 Estrellas o la reducción de impuestos y de la edad de jubilación que prometió la Liga. Por el otro, el ministro de economía, el técnico independiente Giovanni Tria no era partidario de sobrepasar el 1,6% de déficit respecto al PIB. Mattarella llamó en el último momento a Tria y le sugirió que cediera para evitar una crisis que pusiera en jaque al Ejecutivo, pero hasta ahora, nunca había tomado una posición tan clara en la cuestión en público.

El vicepresidente y líder de la ultraderechista Liga, Matteo Salvini, que ya advirtió el viernes de su intención de continuar adelante aunque Bruselas pusiera objeciones, no tardó en reaccionar al apercibimiento del presidente de la República. “Me ne fregó”, remarcó, “me importa un bledo”: “Si en Bruselas me dicen que no lo puedo hacer, me importa un bledo, lo hago igualmente”. Y continuó: “Presidente [Mattarella], quédese tranquilo, después de años de presupuestos impuestos por Europa y que han hecho explotar la deuda pública, finalmente, se cambia de ruta y se apuesta por el futuro y el crecimiento”. Aunque la única forma de sostener el aumento del déficit sea endeudándose.

Mattarella sigue con especial atención y habitualmente desde un plano poco visible la deriva económica del país. Desde su nombramiento en 2015 ha intervenido en las decisiones del Gobierno en ocasiones limitadas. Sin embargo, desde las elecciones del 4 de marzo su figura está cada vez más presente. El pasado mayo vetó la elección de un euroescéptico y contrario al euro, Paolo Savona, para el puesto de ministro de Economía, lo que hizo saltar por los aires la formación del Gobierno.

Entonces recibió duros ataques y la fricción alcanzó un nivel sin precedentes. El Movimiento 5 Estrellas llegó a hablar de impeachment al presidente en un primer momento, hasta que se propuso otro nombre para la cartera de Economía.

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