Macron se erige en adalid de un nuevo multilateralismo
El presidente francés, en un discurso antitético al de Trump, propone no firmar acuerdos comerciales con países que no ratifiquen el Pacto de París sobre el clima
Pablo Guimón
Nueva York, El País
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asumido este martes una vez más el papel de antítesis de Donald Trump en la escena internacional, y ha urgido al mundo a construir un nuevo orden mundial basado en el multilateralismo. “Cuando nuestro sistema colectivo se derrumba en pedazos”, ha dicho ante la Asamblea General de la ONU, “construyamos un nuevo orden con rostro humano”. Poco después de que el presidente Donald Trump propusiera “rechazar la doctrina del globalismo y abrazar el patriotismo”, Macron le ha replicado que el universalismo no solo es compatible con la soberanía, en la que cree “profundamente”, sino que es un requisito para combatir las desigualdades que la lastran.
“El nacionalismo siempre lleva al fracaso”, ha resumido Macron. El diluvio que caía sobre la cúpula de la Asamblea General mientras pronunciaba su discurso simbolizaba lo arduo de su cometido cuando la gran potencia, además de otras fuerzas emergentes, incluso dentro de su propio país, reman en sentido contrario.
Pero Macron ha llamado al compromiso y a la determinación para superar las adversidades. El Pacto de París contra el cambio climático, ha recordado, “sigue intacto”, a pesar de que Estados Unidos, al llegar Trump a la Casa Blanca, anunciara que lo abandonará en cumplimiento de una promesa electoral. “Eso es el poder”, ha dicho, “eso es responder a los desafíos”. A los que argumentan que ya es tarde para alcanzar los objetivos asumidos en París, Macron les ha respondido: “Pues démonos prisa, estamos ante una situación urgente”. Y ha propuesto que los países dejen de firmar acuerdos comerciales con aquellos que no hayan firmado el Pacto de París.
Esta última medida contenía una clara referencia a EE UU, el único país que ha anunciado su retirada del pacto. En una conferencia de prensa posterior, Macron ha desarrollado esta idea de incluir los estándares de reducción de emisiones en los acuerdos comerciales. ”Podría haber acuerdos para sectores individuales, como automóviles o farmacéuticas, siempre que sean neutrales climáticamente¨, ha explicado. ”Pero acuerdos generales que van contra las convenciones del clima, eso no está bien”.
“No creo en una globalización vacía y general, pero sí en los valores universales”, ha dicho Macron, y ha citado los derechos humanos, la dignidad humana y la igualdad de género, la cual, ha asegurado, es “una prioridad” de su presidencia. En ese “nuevo orden mundial con rostro humano”, basado en un multilateralismo rediseñado, ha explicado, a Francia y a la Unión Europea les corresponde un papel de liderazgo.
La visión del mundo planteada por Macron supone el reverso de la expuesta poco antes por Trump, figura que estuvo latente en todo el discurso -que ha triplicado los 15 minutos de duración recomendados por la ONU- sin que el francés llegara a mencionar su nombre. “Nunca dejaré de defender la soberanía, incluso cuando el nacionalismo la enarbola como una manera de atacar a otros”, ha dicho. “Hoy, incluso aquellos que lo critican se han beneficiado de la manera en que se ha estructurado el orden global en torno a la globalización”.
Pero ese orden global, según Macron, ha fracasado por su incapacidad para dar respuesta a la desigual distribución de la riqueza, y eso ha provocado “un nacionalismo emergente”. “Abordemos nuevas formas de cooperación para combatir las causas de las desigualdades que han creado esta situación”, ha propuesto, y ha advertido: “Nadie puede combatir esas desigualdades actuando solo”. De esa forma, ha explicado, “nos quedaremos en el statu quo, que es lo que hemos hecho durante 10 años”. “El aislacionismo y el proteccionismo solo elevan las tensiones”, ha concluido, en un nuevo dardo a su homólogo estadounidense.
Ante el derrumbe del vigente orden mundial, según Macron, se pueden seguir tres caminos. El primero, considerar erróneamente el momento actual como “un paréntesis histórico”. El segundo camino sería la prevalencia de los más poderosos. Eso, ha dicho, es el unilateralismo, y “la ley del más fuerte solo exacerba la violencia”.
Pero hay un tercer camino, ha asegurado. Es el camino más difícil “porque exige trazar un nuevo modelo y un nuevo equilibrio mundial”, que debe estar basado en los principios de soberanía, cooperación regional y robustas garantías internacionales. Esos tres principios son, para Macron, la única vía para avanzar en la resolución del conflicto de Siria. También “multilateralismo y diálogo” son necesarios para resolver la crisis de Irán, ha opinado, después de que Trump propusiera “aislar al régimen iraní”.
Respecto a la inmigración, otro de los grandes desafíos globales, Macron ha asegurado que no cree en la apertura total. “Pero tampoco somos más fuertes cerrando fronteras”, ha advertido, y ha defendido el pacto global de migración de la ONU, del que todos los miembros son firmantes menos Hungría y, también, Estados Unidos.
Pablo Guimón
Nueva York, El País
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha asumido este martes una vez más el papel de antítesis de Donald Trump en la escena internacional, y ha urgido al mundo a construir un nuevo orden mundial basado en el multilateralismo. “Cuando nuestro sistema colectivo se derrumba en pedazos”, ha dicho ante la Asamblea General de la ONU, “construyamos un nuevo orden con rostro humano”. Poco después de que el presidente Donald Trump propusiera “rechazar la doctrina del globalismo y abrazar el patriotismo”, Macron le ha replicado que el universalismo no solo es compatible con la soberanía, en la que cree “profundamente”, sino que es un requisito para combatir las desigualdades que la lastran.
“El nacionalismo siempre lleva al fracaso”, ha resumido Macron. El diluvio que caía sobre la cúpula de la Asamblea General mientras pronunciaba su discurso simbolizaba lo arduo de su cometido cuando la gran potencia, además de otras fuerzas emergentes, incluso dentro de su propio país, reman en sentido contrario.
Pero Macron ha llamado al compromiso y a la determinación para superar las adversidades. El Pacto de París contra el cambio climático, ha recordado, “sigue intacto”, a pesar de que Estados Unidos, al llegar Trump a la Casa Blanca, anunciara que lo abandonará en cumplimiento de una promesa electoral. “Eso es el poder”, ha dicho, “eso es responder a los desafíos”. A los que argumentan que ya es tarde para alcanzar los objetivos asumidos en París, Macron les ha respondido: “Pues démonos prisa, estamos ante una situación urgente”. Y ha propuesto que los países dejen de firmar acuerdos comerciales con aquellos que no hayan firmado el Pacto de París.
Esta última medida contenía una clara referencia a EE UU, el único país que ha anunciado su retirada del pacto. En una conferencia de prensa posterior, Macron ha desarrollado esta idea de incluir los estándares de reducción de emisiones en los acuerdos comerciales. ”Podría haber acuerdos para sectores individuales, como automóviles o farmacéuticas, siempre que sean neutrales climáticamente¨, ha explicado. ”Pero acuerdos generales que van contra las convenciones del clima, eso no está bien”.
“No creo en una globalización vacía y general, pero sí en los valores universales”, ha dicho Macron, y ha citado los derechos humanos, la dignidad humana y la igualdad de género, la cual, ha asegurado, es “una prioridad” de su presidencia. En ese “nuevo orden mundial con rostro humano”, basado en un multilateralismo rediseñado, ha explicado, a Francia y a la Unión Europea les corresponde un papel de liderazgo.
La visión del mundo planteada por Macron supone el reverso de la expuesta poco antes por Trump, figura que estuvo latente en todo el discurso -que ha triplicado los 15 minutos de duración recomendados por la ONU- sin que el francés llegara a mencionar su nombre. “Nunca dejaré de defender la soberanía, incluso cuando el nacionalismo la enarbola como una manera de atacar a otros”, ha dicho. “Hoy, incluso aquellos que lo critican se han beneficiado de la manera en que se ha estructurado el orden global en torno a la globalización”.
Pero ese orden global, según Macron, ha fracasado por su incapacidad para dar respuesta a la desigual distribución de la riqueza, y eso ha provocado “un nacionalismo emergente”. “Abordemos nuevas formas de cooperación para combatir las causas de las desigualdades que han creado esta situación”, ha propuesto, y ha advertido: “Nadie puede combatir esas desigualdades actuando solo”. De esa forma, ha explicado, “nos quedaremos en el statu quo, que es lo que hemos hecho durante 10 años”. “El aislacionismo y el proteccionismo solo elevan las tensiones”, ha concluido, en un nuevo dardo a su homólogo estadounidense.
Ante el derrumbe del vigente orden mundial, según Macron, se pueden seguir tres caminos. El primero, considerar erróneamente el momento actual como “un paréntesis histórico”. El segundo camino sería la prevalencia de los más poderosos. Eso, ha dicho, es el unilateralismo, y “la ley del más fuerte solo exacerba la violencia”.
Pero hay un tercer camino, ha asegurado. Es el camino más difícil “porque exige trazar un nuevo modelo y un nuevo equilibrio mundial”, que debe estar basado en los principios de soberanía, cooperación regional y robustas garantías internacionales. Esos tres principios son, para Macron, la única vía para avanzar en la resolución del conflicto de Siria. También “multilateralismo y diálogo” son necesarios para resolver la crisis de Irán, ha opinado, después de que Trump propusiera “aislar al régimen iraní”.
Respecto a la inmigración, otro de los grandes desafíos globales, Macron ha asegurado que no cree en la apertura total. “Pero tampoco somos más fuertes cerrando fronteras”, ha advertido, y ha defendido el pacto global de migración de la ONU, del que todos los miembros son firmantes menos Hungría y, también, Estados Unidos.