Las claves del desastre del Madrid: la defensa, Benzema...

La incomparecencia en la primera mitad le costó a los blancos un 3-0 al descanso. Machín superó a Lopetegui, Marcelo no se enteró de nada...

Mario Cortegana
As
En el Sánchez-Pizjuán, difícil encontrar un escenario peor para ello, al Madrid le faltaron el fútbol y las ganas. La consecuencia de esa dejadez fue un vapuleo de los de recordar, nuevamente con Machín, como la temporada pasada en Montilivi, en el banquillo rival. La primera derrota en Liga la marca un reguero de pecados que, repetidos, convierten el título en un imposible. Y el sábado, el derbi...


Falta de intensidad

El Madrid fue al encuentro del Lobo con la candidez de Caperucita, una actitud especialmente kamikaze estando tan reciente el patinazo del Barcelona, sorpresa que el vestuario blanco no supo asimilar como una advertencia y como un estimulante: el liderato estaba a un punto. Encogido por un Sevilla gigante, en la primera parte recibió tres goles, sólo probó a Vaclik en una ocasión y le costó un Everest salir de su campo para crear peligro. En la segunda mitad reaccionó, pero a estos niveles pasa factura hacer una pachanga de un primer tiempo. "Hemos regalado 45 minutos", reconoció y lamentó Casemiro.

Sin presión y sin defensa

También se olvidó el Madrid de la presión, una de sus nuevas señas de identidad. A partir de ahí se empezó a descuajaringar el equipo, sobrepasado en cada parcela y especialmente en la izquierda, donde Jesús Navas se quedó a gusto con Marcelo. Fueron tres los goles locales, pero pudieron ser el doble...

Marcelo, de errático a lesionado

De Marcelo se dice, a cuenta de su bipolaridad, que acaba dando más de lo que quita, pero en este mes y medio de curso ha pasado mucho lo segundo y muy poco lo primero. En el Sánchez-Pizjuán hizo hat-trick: estuvo entre los principales acusados en el 1-0, en el 2-0 e incluso en el 3-0. Sus errores no sólo fueron de juego, sino también de pasotismo, de nuevo reacio a correr hacia su portería tras fallar. Para colmo de males, acabó lesionado pese a haber descansado frente al Espanyol.

Benzema ha desaparecido

Hay una cosa peor que fallar y es no intentarlo. En ese plan lleva Benzema cuatro partidos, 270 minutos. En ninguno de ellos, ni ante el Athletic, ni ante el Roma, ni ante el Espanyol ni ante el Sevilla, ha marcado, asistido o tirado a puerta. Y Lopetegui no mira hacia otro lado: en San Mamés le aguantó los 90 minutos, pero en los otros tres le eligió para la primera sustitución.

Machín aleccionó a Lopetegui

Le pasó en Girona en la última Liga a Zidane y, once meses después, le ha ocurrido en Sevilla a Lopetegui, que no pudo con la pizarra de Machín y su defensa de tres centrales. En vez de buscar el oro a la espalda de los carrileros sevillistas, el Madrid le facilitó al contrario el atasco de su fútbol empeñándose en intentarlo por dentro. En cambio, el Sevilla, con la lección aprendida, ejecutó su plan a la perfección y castigó a Marcelo con otra noche aciaga.

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